El presidente Donald Trump firmó el martes órdenes ejecutivas para relajar algunos de sus aranceles del 25% sobre automóviles y piezas, dijo la Casa Blanca, un retroceso significativo ya que los impuestos a la importación amenazaban con perjudicar a los fabricantes nacionales.
Fabricantes de automóviles y análisis independientes han indicado que los aranceles podrían elevar los precios, reducir las ventas y hacer menos competitiva la producción estadounidense en todo el mundo. El presidente Trump describió los cambios como un puente para que los fabricantes de automóviles trasladen más producción a Estados Unidos. "Sólo queríamos ayudarlos durante esta pequeña transición, a corto plazo", dijo Trump a los periodistas. "No queríamos penalizarlos".
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, que habló antes en una sesión informativa en la Casa Blanca el martes, dijo que el objetivo era permitir a los fabricantes de automóviles crear más empleos de fabricación nacional. "El presidente Trump ha tenido reuniones con productores de automóviles nacionales y extranjeros, y se ha comprometido a traer de vuelta la producción de automóviles a los Estados Unidos", dijo Bessent. "Así que queremos dar a los fabricantes de automóviles un camino para hacer eso, de forma rápida, eficiente y crear tantos puestos de trabajo como sea posible".
La nueva orden de Donald Trump sobre los aranceles
Trump firmó el martes una orden que modificaba sus anteriores aranceles del 25% a los automóviles y piezas, facilitando que los vehículos que se ensamblan en EE.UU. con piezas extranjeras no se enfrenten a impuestos de importación extremadamente altos.
La orden modificada prevé una rebaja durante un año del 3,75% en relación con los precios de venta de un vehículo ensamblado en el país. Esa cifra se alcanzó aplicando el 25% de impuestos a la importación a las piezas, que representan el 15% del precio de venta de un vehículo. Para el segundo año, la rebaja equivaldría al 2,5% del precio de venta de un vehículo, ya que se aplicaría a una parte menor de las piezas.
Un alto funcionario del Departamento de Comercio, que insistió en el anonimato para adelantar la orden en una llamada con periodistas, dijo que los fabricantes de automóviles dijeron a Trump que el tiempo adicional les permitiría acelerar la construcción de nuevas fábricas, después de que los productores de automóviles advirtieran que les llevaría tiempo cambiar sus cadenas de suministro.
El funcionario anónimo dijo que los fabricantes de automóviles anunciarían durante el próximo mes turnos adicionales para los trabajadores, nuevas contrataciones y planes para nuevas instalaciones.
La reacción de las empresas de la industria automovilística
El presidente de la multinacional Stellantis, John Elkann, dijo en un comunicado que la empresa aprecia las medidas de alivio arancelario del presidente: "Mientras seguimos evaluando el impacto de las políticas arancelarias en nuestras operaciones en Norteamérica, esperamos seguir colaborando con la istración estadounidense para fortalecer una industria automovilística estadounidense competitiva y estimular las exportaciones", afirmó.
La consejera delegada de General Motors, Mary Barra, dijo que el fabricante de automóviles está agradecido por el apoyo de Trump a la industria, y señaló que la compañía espera mantener conversaciones con el presidente y trabajar con la istración. "Creemos que el liderazgo del presidente está ayudando a nivelar el campo de juego para empresas como GM y nos permite invertir aún más en la economía estadounidense", dijo Barra en un comunicado.
Jim Farley, presidente y consejero delegado de Ford Motor Company, subrayó que su empresa seguirá "colaborando estrechamente con la istración en apoyo de la visión del presidente de una industria automovilística sana y en crecimiento en Estados Unidos",
Además, Farley destacó el compromiso de su empresa con EE.UU.: "A medida que se pongan en marcha las políticas adecuadas, será importante que los principales importadores de vehículos igualen el compromiso de Ford de construir en América. Si todas las empresas que venden vehículos en EE.UU. igualaran el ratio de fabricación estadounidense de Ford, se ensamblarían en EE.UU. cuatro millones de vehículos más cada año".
Pero cambiar de dirección no ayuda a una industria que se nutre de la estabilidad, dijo Sam Fiorani, analista de la firma de previsión empresarial AutoForecast Solutions. "Hacer un cambio de producción para la fabricación de vehículos lleva un mínimo, meses y normalmente años, junto con cientos de millones, si no miles de millones de dólares", añadió. "Y por eso no es algo que se tomen a la ligera", dijo Fiorani.
La incertidumbre por el efecto de los aranceles continúa
'The Wall Street Journal' informó primero de los detalles de las órdenes ejecutivas. La cuenta de respuesta rápida de la Casa Blanca en X dijo que Trump firmó una segunda orden el martes por la tarde para evitar que sus diversos aranceles se apilaran sobre sus impuestos existentes sobre automóviles importados y piezas de automóviles.
Los aranceles impuestos por Trump fueron vistos por algunos como una amenaza existencial para el sector del automóvil. Arthur Laffer, a quien Trump concedió la Medalla Presidencial de la Libertad durante su primer mandato, dijo en un análisis privado que los aranceles sin ninguna modificación podrían añadir 4.711 dólares al coste de un vehículo.
Los vehículos nuevos se vendieron a 47.462 dólares (41.761 euros) de media el mes pasado, según el recurso de compra de automóviles Kelley Blue Book. Los arancelesponen en tensión la cadena de suministro de la automoción, un complejo entramado que se extiende por todo el mundo. No sólo muchas piezas cruzan varias veces las fronteras norteamericanas antes de ensamblarse en un vehículo acabado, sino que los fabricantes de automóviles dependen de proveedores de todo el mundo para miles de componentes.
El aumento de los gravámenes sin duda costaría más a los compradores de coches nuevos, sensibles a la inflación, lo que les empujaría al mercado de vehículos usados y pondría rápidamente a prueba la disponibilidad de coches de segunda mano. Los aranceles también repercuten en el coste de poseer y mantener un vehículo.
Las modificaciones llegan cuando Trump cumple 100 días de vuelta a la Casa Blanca yendo a Michigan, un estado definido por la fabricación de automóviles. Trump ganó el estado en las elecciones del año pasado prometiendo aumentar los puestos de trabajo en las fábricas. Sin embargo, aún no está claro qué impacto tendrán los aranceles más amplios de Trump en la economía estadounidense y en las ventas de automóviles.