A la luz de la guerra en Ucrania, Europa intenta adaptarse a nuevas formas de conflicto que tienen lugar lejos de la línea del frente tradicional.
Los ejércitos europeos dependen cada vez más de las llamadas tecnologías emergentes y disruptivas para mejorar su rendimiento, protegerse mejor y debilitar a sus enemigos.
Una de las más importantes de estas tecnologías es la inteligencia artificial, capaz de analizar vastos conjuntos de datos para anticiparse a las amenazas y permitir una rápida toma de decisiones. Otro campo prometedor es la robótica, con el desarrollo de sistemas autónomos como robots de transporte y, sobre todo, drones. Las armas hipersónicas, los materiales avanzados y las tecnologías cuánticas también están abriendo grandes oportunidades.
Nuestra reportera Valérie Gauriat viajó a Polonia, que ha hecho de la defensa una prioridad durante su presidencia rotatoria de la Unión Europea. Como muchos otros Estados , el país está explorando el potencial de las tecnologías emergentes aplicadas a la defensa.
En Varsovia, un reciente "hackatón" reunió a unos 200 desarrolladores de toda Europa para diseñar en 24 horas proyectos tecnológicos relacionados con la defensa.
"Estamos construyendo una red de innovación en defensa para inspirar a los jóvenes a trabajar en soluciones que salven vidas y aborden retos urgentes de seguridad", explica Benjamin Wolba, cofundador de la red "European Defense Tech Hub", y coorganizadora del evento.
"Europa debe despertar; necesitamos tener los medios para defendernos", insiste.
Entre los proyectos presentados por equipos multinacionales figuran un sistema basado en radios definidas por software para localizar posiciones enemigas, o una iniciativa que combina la fagoterapia con la IA para tratar rápidamente las infecciones resistentes a los antibióticos en soldados.
Estudiantes ucranianos crearon un robot esférico autónomo para misiones ofensivas, así como municiones guiadas visualmente para apuntar con mayor precisión a posiciones enemigas.
"Europa debe volcarse en los sistemas autónomos porque son el futuro", subraya Illya, especialista en visión por ordenador. "Así es como podemos salvar vidas en caso de guerra. Los que lucharán serán los robots, no las personas".
Para estos jóvenes ingenieros, el reto va más allá de la mera proeza tecnológica. "Tenemos experiencia en ingeniería de sistemas, navegación y visión por ordenador, pero, sobre todo, esta iniciativa se hace eco de nuestros valores", explica João, miembro de un equipo portugués que vino a presentar un sistema de navegación que utiliza la inteligencia artificial para localizar drones sin GPS. "Luchamos por lo que creemos: nuestra libertad como europeos".
Los avances tecnológicos también plantean nuevos retos: los ciberataques, la vulnerabilidad de las infraestructuras energéticas y las alteraciones de las capacidades espaciales son amenazas que ya se han hecho realidad, subraya Federica Valente, jefa de innovación de la Agencia Europea de Defensa. Europa debe acelerar la adopción de estas tecnologías para hacer frente a estos peligros, afirma.
Y también debe recuperar el tiempo perdido en el plano financiero. La fragmentación de la inversión entre los Estados , la persistente brecha entre tecnologías civiles y militares y la falta de al capital para las nuevas empresas de defensa son algunos de los obstáculos que hay que superar, explica. "Realmente necesitamos coordinar y canalizar la inversión hacia acciones innovadoras en el ámbito de la defensa", concluye Valente.