Bruselas utilizará las últimas tecnologías, incluida la inteligencia artificial, para vigilar más de cerca la actividad de los buques pesqueros en el continente.
Båtsfjord es un remoto pueblo pesquero situado en la costa más septentrional de Noruega, mucho más allá del Círculo Polar Ártico. Aunque sólo tiene un par de miles de habitantes, es un centro local vital para la industria pesquera.
Cerca, un barco se dispone a aprovechar una breve ventana entre dos tormentas árticas para tener la oportunidad de encontrar una buena captura en estas aguas frías e impredecibles.
“Sí, puede ser duro. Sobre todo el otoño y los inviernos. El tiempo es muy impredecible. Hace mucho frío. Y, por supuesto, puede ser muy agitado. Trabajamos cuando hay peces que pescar. Así que no importa qué hora del día sea. De día, de noche, para nosotros es lo mismo", opina Tommy Jonassen, dueño del buque pesquero.
Este buque pesquero utiliza una gran red para capturar grandes cantidades de peces a la vez. Un buen día puede reportar 30 toneladas de capturas. El bacalao es la especie más rentable, pero las redes recogen una mezcla de especies. El pescado no deseado no puede devolverse al mar sin más: cada especie debe pesarse y registrarse por separado.
Las inspecciones pueden producirse en cualquier momento, y cualquier error en la declaración de capturas puede tener graves consecuencias, como multas cuantiosas y reducción de la cuota, según nos explica Jonassen:
"El sector pesquero noruego está estrictamente regulado. Por eso es muy importante para nosotros tener el número exacto de lo que capturamos para poder comunicarlo al Gobierno. Si cometemos un error, en el peor de los casos nos quitarán toda la captura. Eso significa que todo el trabajo que hemos hecho capturando los peces se echa a perder".
¿Cómo se pesan toneladas de peces diferentes con rapidez y precisión?
Normalmente, los pescadores calculan el peso total contando los contenedores llenos de pescado. Pero este buque cuenta con un nuevo dispositivo diseñado para que el recuento de capturas sea más fácil y preciso.
El escáner de capturas, aún en fase de desarrollo, utiliza inteligencia artificial para identificar la especie, el tamaño y el peso de los peces a medida que avanzan por la cinta transportadora. El objetivo es que el proceso sea lo más automático posible.
Las nuevas herramientas digitales de los buques pesqueros pueden hacer mucho más que contar las capturas. Europa está intensificando su lucha contra la pesca ilegal, tanto en casa como en el resto del mundo. En los próximos años, esto dará lugar a importantes innovaciones tecnológicas en materia de seguimiento, control y vigilancia de la pesca.
La notificación incompleta de las capturas puede llevar a la sobrepesca y dañar las poblaciones de peces y los ecosistemas. El escáner de capturas forma parte de EveryFish, un proyecto europeo que desarrolla herramientas inteligentes de registro de capturas. Está dirigido por Rachel Tiller, científica jefe de SINTEF Ocean en Trondheim:
"Necesitamos saber qué está pasando ahí fuera para poder resolver todas estas crisis: la crisis climática, la crisis de la biodiversidad, necesitamos tener más conocimientos sobre el océano. Estamos estudiando distintos avances en tecnología de cámaras y visión artificial, inteligencia artificial, tratando de encontrar soluciones para colocar en los buques pesqueros sensores que nos ayuden a registrar automáticamente todos los peces que salen del mar".
Una nueva herramienta de pesca: la inteligencia artificial
Quedan muchos retos de ingeniería por delante. Para que los escáneres de capturas sean realmente útiles, deben ser muy fiables y precisos. Pescadores, controladores y científicos deben confiar en los datos producidos por la IA a bordo. Para alcanzar este objetivo, los investigadores de EveryFish han desarrollado métodos de IA de código abierto para identificar las especies de peces y estimar su peso.
Los ingenieros colaboran estrechamente con los pescadores para garantizar que sus soluciones respondan a las necesidades del mundo real y funcionen bien en embarcaciones que se balancean en mares fríos y salados.
"Es muy importante recibir información del sector, de los buques, para poder dar forma a lo que hacemos aquí en el laboratorio. Si no recibimos ese tipo de '', podríamos ir en la dirección equivocada", explica el científico investigador de SINTEF Ocean Elling Ruud Øye.
Para contar las capturas en embarcaciones más pequeñas, los investigadores están desarrollando sistemas de visión por ordenador capaces de identificar y medir peces individuales en un montón. Esto podría permitir a los pescadores artesanales y aficionados escanear sus capturas utilizando cámaras de CCTV o incluso teléfonos inteligentes. La misma tecnología podría incluso guiar brazos robóticos para clasificar y manipular las capturas, haciéndose cargo de algunas de las tareas manuales más duras:
"Hay mucho trabajo duro en la industria pesquera en general, así que es duro para los hombros, duro para la espalda. Tienes que permanecer inclinado sobre la mesa lo suficiente para trabajar con los peces. Y lo que se puede hacer es automatizar algunos de estos procesos con brazos robóticos. Y la clave para hacerlo es tener buenos sistemas de visión que sean capaces de analizar y comprender las escenas que están mirando", dice el investigador Jonatan Sjølund Dyrstad.
El impacto de la videovigilancia
Las cámaras de vigilancia a bordo se utilizan a menudo para combatir la pesca ilegal y otras infracciones. En lugares como las Seychelles, los agentes de vigilancia revisan periódicamente las imágenes de a bordo para asegurarse de que los pescadores respetan las normas. En Europa, la videovigilancia tendrá que cumplir una estricta legislación sobre privacidad y protección de datos.
"Muchos pescadores ya se muestran realmente escépticos ante el sistema de tener algún tipo de cámara a bordo de su embarcación, y es absolutamente comprensible. Yo también sería escéptica si mi jefe quisiera instalar una cámara en mi oficina. Así que estamos desarrollando sistemas que difuminarán automáticamente los elementos identificables de los humanos, para poder cumplir con la normativa GDPR y también con el sentido del espacio personal."
La UE exigirá cámaras de vigilancia en los buques de alto riesgo, así como sistemas de seguimiento por satélite en todos los barcos pesqueros. Estas herramientas ayudarán a los funcionarios de la Agencia Europea de Control de la Pesca (AE) en Vigo, España, a supervisar la pesca y coordinar las inspecciones.
"La señal va al satélite, después baja a nuestros sistemas, y lo que tenemos lo podemos ver en la pantalla. Aquí tenemos nuestros buques, aquí tenemos los pesqueros, así que podemos contar el tiempo: cuánto necesitamos para que estén en posición", explica la coordinadora de la AE, Lina Lendzbergiene.
Con más buques pesqueros equipados con rastreadores, los centros de control tendrán muchos más datos que procesar. Los algoritmos informáticos pueden ayudar a filtrarlos y señalar cualquier cosa sospechosa.
Aunque las herramientas digitales como las cámaras y la inteligencia artificial son valiosas para la vigilancia pesquera, los expertos advierten de que tienen limitaciones y a veces pueden fallar. El impulso de la UE a una supervisión más estricta combina las inspecciones tradicionales con estas nuevas tecnologías. Con el aumento de los datos digitales se pretende que la pesca sea más sostenible y justa.
"Yo siempre lo llamo un 'tsunami de datos' que va a llegar. Tendremos que estudiar cómo trabajamos con esos datos, qué tecnologías podemos utilizar para traducir esos datos en resultados utilizables y procesables. Para ello podemos utilizar inteligencia artificial, algoritmos, herramientas de seguimiento automático del comportamiento. Todo esto está muy bien. Pero al final, a pesar de toda esta tecnología, seguirá siendo necesaria la aportación profesional del inspector de pesca", opina Sven Tahon, oficial especialista en Tecnologías de Vigilancia de la AE.
La tecnología digital puede proporcionar a los pescadores nuevas y prácticas herramientas que les permitan dedicar más tiempo a la pesca y menos a rellenar formularios. También ayuda a los científicos a encontrar nuevas formas de proteger la salud de nuestros océanos, al tiempo que facilita a los controladores pesqueros la tarea de garantizar que haya peces en abundancia en el mar en los años venideros.