Sly, un caballo de prácticamente 590 kilos, se cayó por el hielo de un estanque al norte del estado de Nueva York antes de ser rescatado por un equipo de policías, vecinos y su dueña, Ali Ernst. Ella lo encontró en el agua helada, le levantó la cabeza y pidió ayuda. El agente Kyle Clinton fue el primero en llegar, seguido de más rescatadores que utilizaron cuerdas para sacar a Sly.
Aunque inicialmente estaba hipotérmico, se recuperó tras recibir atención veterinaria y recuperarse en casa. Para evitar accidentes en el futuro, Ernst instaló una valla eléctrica alrededor del estanque, asegurándose de que sus caballos ya no puedan deambular por el hielo.