El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, asegura que los últimos ataques han causado varios muertos y decenas de heridos.
Un gran ataque ruso con drones y misiles tuvo como objetivo la ciudad oriental ucraniana de Járkov el sábado, dejando al menos tres muertos y 21 heridos, según informaron autoridades locales ucranianas.
El bombardeo ruso, el último de una serie de ataques masivos casi diarios por parte de Moscú, incluyó bombas planeadoras aéreas. El alcalde de Járkov, Ígor Terejov, señaló que el ataque también dañó 18 edificios residenciales y 13 viviendas particulares. Según datos preliminares, Rusia empleó 48 drones Shahed, dos misiles y cuatro bombas planeadoras aéreas en la ofensiva.
El viernes, otra oleada de ataques rusos sobre Ucrania dejó un rastro de destrucción visible en varias ciudades del país, donde algunos edificios y propiedades quedaron completamente destruidos.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, declaró que los ataques del viernes causaron al menos cuatro muertos y decenas de heridos y tuvieron como objetivo la capital, Kiev, la región de Ternópil, en el noroeste del país, y la ciudad de Lutsk, donde una persona murió y varias resultaron heridas en un ataque con misiles y drones contra la ciudad noroccidental, en la región de Volinia.
Según las autoridades ucranianas, 15 drones de ataque y seis misiles de crucero fueron dirigidos contra la ciudad en la madrugada, provocando explosiones y derrumbes estructurales en varios barrios. Algunos residentes informaron de tres potentes explosiones, probablemente debidas a impactos directos o a la actuación de los sistemas de defensa antiaérea.
"Empezó sobre las 4:30. Vi con mis propios ojos cómo volaban cosas y explotaban. Yo estaba aquí de pie, y la onda expansiva nos empujó al pasillo. La mayoría de la gente corrió al refugio", dijo Yevheniia Kamienieva, residente de Lutsk. "Según testigos presenciales que estaban fuera, ya que por desgracia aquí no tenemos refugios funcionales, fue un ataque con misiles", añadió Alisa Yerofieieva, jefa de la asociación de condóminos de la ciudad.
Según los equipos de rescate de la ciudad, al menos 16 personas sufrieron heridas de diversa consideración como consecuencia de los ataques, que provocaron numerosos incendios. El Servicio Estatal de Emergencias de Ucrania (SES) informó de que los últimos ataques rusos habían tenido como objetivo regiones de toda Ucrania, incluida Kiev, donde tres de los fallecidos eran de los equipos de rescate.
Las explosiones se prolongaron durante varias horas, por lo que muchos habitantes de la capital ucraniana se refugiaron en las estaciones de metro. Según el SES, también resultaron dañados varios edificios istrativos, instalaciones industriales y vehículos.
También se registraron ataques en la ciudad de Sloviansk, según la Policía de la región de Donetsk, que dijo que drones rusos alcanzaron la localidad, dañando edificios, más de una docena de vehículos y una estación de servicio. Afortunadamente, no hubo víctimas, según la Policía.
Los ataques, según el Ministerio de Defensa ruso, fueron en represalia por "actos terroristas del régimen de Kiev". Rusia afirmó que sólo había atacado instalaciones militares, algo que Kiev rebate con pruebas de las crecientes bajas civiles en el bando ucraniano.
Los ataques de Moscú se produjeron pocos días después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmara que el presidente ruso, Vladímir Putin, había dicho que "tendrá que responder" tras la Operación Telaraña de Ucrania, que tuvo como objetivo aviones de guerra rusos en bases aéreas militares el pasado fin de semana.
El presidente ucraniano calificó la operación encubierta de "histórica" y culpó a la negativa rusa a un alto el fuego propuesto en mayo de la última escalada en esta guerra de tres años y medio.