Seleccionar el proyecto adecuado para ti es crucial para garantizar que tus esfuerzos marcan realmente una diferencia.
Rob Perkins es redactor de viajes en la empresa activista Responsible Travel.
Unas vacaciones como voluntario con fauna salvaje pueden cambiarte la vida. Puedes aprender cosas nuevas, conocer a gente de todo el mundo e incluso iniciar una carrera en el campo de la conservación. En un momento en que muchas de las noticias mundiales sobre el cambio climático y la pérdida de biodiversidad pueden ser bastante deprimentes, este tipo de vacaciones es también una gran manera de sentir que se está teniendo un impacto positivo.
Desde tortugas marinasa elefantes, pasando por orangutanes y osos, cada vez hay más viajes de voluntariado que te permiten ser útil. Pero, por desgracia, no todos los proyectos son de alta calidad y algunos pueden costar mucho sin hacer gran cosa por ayudar. Seleccionar el proyecto adecuado es crucial para asegurarse de que tus esfuerzos marcan realmente la diferencia. He aquí algunas 'green flags' en las que fijarse:
La transparencia es clave para elegir el viaje adecuado
Cualquier organización de voluntariado que se precie debe estar dispuesta a hablar abiertamente de sus distintos proyectos, así como a responder a preguntas sobre la naturaleza de la función y cómo el trabajo y los fondos de los voluntarios marcan una diferencia. "Hay que buscar iniciativas que muestren resultados tangibles y expliquen cómo contribuyen específicamente los voluntarios al bienestar de los animales", dice Michael Starbuck, de The Great Projects, especialistas en conservación de la fauna salvaje.
Muchos proyectos tienen un elemento de investigación, como monitorizar guepardos en Sudáfrica para seguir sus movimientos o el estudio de ballenas y delfines en la costa italiana de Liguria. "Si estás ayudando a realizar una investigación, pregunta cuál es su finalidad y cómo se utilizarán los datos recogidos", añade Gemma Lay, de la galardonada organización sin ánimo de lucro POD Volunteer.
En Italia, por ejemplo, los datos recogidos por investigadores y voluntarios que vigilaban ballenas y delfines en el mar de Liguria contribuyeron a establecer el Santuario de Pelagos, un área marina protegida transfronteriza creada en 1999 para proteger a los cetáceos del impacto ambiental y humano. Los datos recogidos ahora siguen orientando la toma de decisiones en materia de conservación.
Una de las mejores maneras de saber si está ante un proyecto de conservación de la fauna que merece la pena es leer las opiniones de voluntarios anteriores: pueden darte una idea de qué esperar de la experiencia.
El o con los animales debe ser mínimo
Tanto si ayudas en el Santuario Libearty de Rumanía como en el renombrado Santuario de Orangutanes Nyaru Menteng de Borneo, tus tareas pueden consistir en preparar comida, mantener las estructuras, ofrecer visitas o crear actividades educativas. Pero no suele haber o directo con los animales. "Hay que dejar que los elefantes lleven una vida lo más natural posible, en lugar de servirles de entretenimiento, por lo que el voluntariado tampoco debe implicar o", dice Sarah Blaine, de Mahouts Elephant Foundation.
Los programas de la fundación cerca de la ciudad de Mae Sot, en el norte de Tailandia, se centran en la comunidad, y algunos días se dedican a hacer senderismo por el bosque para observar a los elefantes en su hábitat natural. Los fondos del proyecto ayudan a los cuidadores de los animales a obtener ingresos, mientras estos deambulan libremente por el bosque.
Minimizar el o es vital en proyectos cuyo objetivo es ayudar a los animales a volver a su hábitat natural. El o prolongado con los humanos puede fomentar una dependencia que ralentice el proceso, así que por mucho que te apetezca acercarte a los animales, lo mejor para ellos es que no lo hagas. "Las organizaciones reputadas siempre anteponen el bienestar de los animales", afirma Georgie Collcutt de Oyster Worldwide, empresa especialista en años sabáticos y escapadas profesionales.
Hay que desconfiar especialmente de los proyectos de voluntariado que ofrecen interacciones con depredadores, como pasear con leones en Sudáfrica o dar de comer a cachorros de león. A menudo, estos animales se destinan al comercio de la caza y los voluntarios incautos sólo contribuyen a que aquellos pierdan el miedo a los humanos.
Busca proyectos que impliquen a las comunidades locales
Un indicador clave de la calidad de unas vacaciones de conservación es cómo se relacionan con las comunidades de la zona. Los voluntarios que ayudan a vigilar los nidos de tortuga en la isla griega de Cefalonia pueden colaborar con los bares y restaurantes de la playa para minimizar la contaminación acústica y lumínica que puede distraer a las crías que intentan llegar al mar.
Los proyectos de liberación de grandes felinos en Sudáfrica a menudo tienen que negociar con los ganaderos de la zona para compensarles por sus animales muertos, y así evitar represalias contra los depredadores. Si la población local no está de acuerdo, ningún proyecto de conservación no tendrá éxito.
"Los proyectos éticos garantizan que los esfuerzos de conservación tengan en cuenta las diferencias culturales y sean viables a largo plazo", afirma Georgie. "Comprometerse con la población local fomenta el sentido de pertenencia y garantiza que las iniciativas de conservación se mantengan después de que los voluntarios se hayan ido a casa".
Busca proyectos que apoyen la conservación en la naturaleza
Muchas vacaciones de voluntariado para la conservación de la vida salvaje tienen su base en santuarios, que desempeñan un papel esencial en el rescate y la protección de animales como elefantes, orangutanes y osos. Pero estos lugares, que deberían ser el último recurso, por desgracia son cada vez más necesarios, ya que muchas especies se enfrentan a diversas amenazas, desde la caza furtiva hasta la pérdida de su hábitat.
Busca proyectos cuyo objetivo sea beneficiar la conservación en la naturaleza. Por ejemplo, la liberación de animales heridos o huérfanos, la reintroducción de especies en zonas donde se han extinguido o el apoyo a la supervivencia de los animales mediante la restauración y protección de su hábitat. Los mejores proyectos de conservación son los que mantienen la vida salvaje en su hábitat natural.
Si buscas estas 'green flags', podrás elegir un proyecto de voluntariado que sea a la vez ético y productivo, garantizando una experiencia que contribuya positivamente a la conservación de la vida silvestre.