Los expertos afirman que se necesitan más investigaciones para determinar si los alimentos ultraprocesados aumentan directamente el riesgo de muerte prematura, o si son simplemente un "elemento secundario" al que hay que achacar otros factores.
Las personas que consumen más alimentos ultraprocesados corren mayor riesgo de morir prematuramente, según sugiere una nueva investigación científica. Los alimentos ultraprocesados, como las patatas fritas, los fideos instantáneos, los cereales de desayuno azucarados y las salchichas, suelen tener colorantes y aromas artificiales, y a menudo son ricos en azúcar, grasas saturadas y sal.
El nuevo estudio, publicado en la revista 'American Journal of Preventive Medicine', indica que por cada aumento del 10% en la proporción de dietas compuestas por alimentos ultraprocesados, se producía un incremento del 2,7% en el riesgo de muerte prematura.
El análisis incluyó a personas de entre 30 y 69 años y abarcó ocho países: Colombia y Brasil, que tienen niveles relativamente bajos de consumo de alimentos ultraprocesados, así como Chile y México, donde el consumo es "intermedio", y Australia, Canadá, Reino Unido y Estados Unidos, donde mucha gente consume muchos alimentos ultraprocesados.
"Es preocupante que, mientras en los países de ingresos altos el consumo (de alimentos ultraprocesados( ya es elevado pero relativamente estable durante más de una década, en los países de ingresos bajos y medios el consumo ha aumentado continuamente", afirmó en un comunicado Eduardo Augusto Fernandes Nilson, autor principal del estudio e investigador de la Fundación Oswaldo Cruz de Brasil.
Correlación, pero no relación causal
Los investigadores independientes advirtieron que los resultados no sugieren que los alimentos ultraprocesados aumenten directamente el riesgo de muerte prematura, aunque afirmaron que estos alimentos merecen un mayor escrutinio.
"Es posible que el verdadero factor de riesgo causal no sean los alimentos ultraprocesados, sino un factor de riesgo relacionado, como una mejor forma física, y que los alimentos ultraprocesados sean simplemente un espectador inocente", afirmó en un comunicado Stephen Burgess, estadístico de la Universidad de Cambridge (Reino Unido).
"Pero, cuando vemos que estas asociaciones se reproducen en muchos países y culturas, aumenta la sospecha de que los alimentos ultraprocesados pueden ser algo más que un espectador", dijo.
Los alimentos ultraprocesados se han relacionado con problemas de salud en el pasado. A principios de este año, la agencia de investigación sobre el cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS) descubrió que comer más alimentos ultraprocesados está relacionado con un mayor riesgo de muerte por cardiopatías, aneurisma, problemas digestivos y enfermedad de Párkinson, pero no por cáncer o Alzhéimer.
Los científicos aún no saben si los aparentes daños para la salud vinculados a los alimentos ultraprocesados se deben a su contenido nutricional o al procesamiento industrial utilizado para fabricarlos. Además, no existe una definición clara de alimentos ultraprocesados, lo que dificulta las comparaciones.
Nerys Astbury, profesora asociada de dietética y obesidad en la Universidad de Oxford (Reino Unido), afirmó en un comunicado que las directrices nutricionales aún no deberían actualizarse para advertir específicamente contra los alimentos ultraprocesados. "Muchas directrices y recomendaciones dietéticas nacionales ya aconsejan reducir el consumo de alimentos hipercalóricos, ricos en grasas y azúcares, que suelen pertenecer al grupo de los alimentos ultraprocesados".