El estudio ofrece las últimas pruebas de que los órganos de cerdo modificados genéticamente podrían ser una opción viable para las personas que sufren insuficiencia orgánica.
Científicos chinos han trasplantado un hígado de cerdo modificado a un ser humano con muerte cerebral, lo que supone el último paso hacia el uso de órganos porcinos para ayudar a pacientes extremadamente enfermos con insuficiencia hepática. En uno de los primeros ensayos de este tipo, cirujanos del Hospital Xijing de la Cuarta Universidad Médica Militar de Xi'an colocaron un hígado de cerdo modificado genéticamente a un paciente con muerte cerebral en marzo de 2024, dos meses después de un experimento similar realizado en Estados Unidos.
Es el último de una oleada de investigaciones sobre xenotrasplantes, o transferencia de órganos de una especie a otra. Desde 2022 se han trasplantado riñones y corazones de cerdos a pacientes vivos, algunos de los cuales han sobrevivido durante semanas. Los científicos esperan que esta práctica pueda ayudar a satisfacer la demanda de órganos entre las miles de personas que mueren cada año esperando un donante.
El hígado de cerdo no mostró signos de rechazo
El año pasado se informó por primera vez del trasplante chino en un paciente con muerte cerebral. Pero el nuevo estudio, publicado en la revista 'Nature', arroja luz sobre su funcionamiento exacto y sobre cómo podrían desarrollarse los próximos intentos de utilizar órganos de cerdo para pacientes humanos.
"Es la primera vez que intentamos desentrañar si el hígado de cerdo puede funcionar bien en el cuerpo humano", declaró a los periodistas el doctor Lin Wang, uno de los autores principales del estudio y cirujano del Hospital Xijing. Los cirujanos no extrajeron el hígado del paciente en muerte cerebral. Introdujeron el hígado de cerdo modificado en el paciente, con una alteración limitada del hígado original.
Seis de los genes del cerdo se habían editado para aumentar las probabilidades de éxito del trasplante, por ejemplo añadiendo genes humanos alterados y eliminando genes porcinos que facilitan el rechazo del órgano. Durante 10 días, el hígado porcino mantuvo un flujo sanguíneo estable y no mostró signos de rechazo.
Lo más emocionante para los investigadores es que también produjo bilis, que facilita la digestión, y albúmina, una proteína liberada al torrente sanguíneo para ayudar a regular los fluidos. Sin embargo, el hígado de cerdo no producía la misma cantidad de bilis y albúmina que un hígado humano, y los autores del estudio afirman que es "poco probable" que fuera suficiente para mantener el cuerpo humano durante un largo periodo. Tampoco saben cuánto tiempo podría haber funcionado el hígado porcino, porque terminaron el experimento a los 10 días a petición de la familia del paciente.
El potencial de los órganos porcinos para los pacientes humanos
Aun así, los resultados son el primer indicador de que el hígado de cerdo puede ser una opción temporal viable para personas con insuficiencia hepática grave que esperan un trasplante permanente. En ese caso, "el hígado original aún podría funcionar parcialmente, y el hígado porcino podría darle un gran suplemento o apoyo adicional", explica Wang. "Es lo que llamamos una 'terapia puente'".
Sería un avance significativo para los pacientes con insuficiencia hepática que necesitan un trasplante. A nivel mundial, hubo más de 41.000 trasplantes de hígado en 2023. Pero la escasez de órganos significa que muchos pacientes esperan meses para una donación, lo que puede ser agotador.
"Optimizar este enfoque podría ampliar el conjunto de órganos disponibles y salvar vidas en emergencias hepáticas", dijo en un comunicado Iván Fernández Vega, profesor de anatomía patológica en la Universidad de Oviedo en España, que no participó en el nuevo estudio.
Sin embargo, afirma que los resultados del experimento no deben generalizarse hasta que se realicen estudios más amplios con más personas. Los ensayos con pacientes vivos aún están lejos. "Aunque se trata de un avance pionero, serán necesarios estudios con una muestra mayor y en receptores vivos para confirmar la seguridad, eficacia y reproducibilidad del procedimiento", añadió Vega.
El estudio tiene algunas otras limitaciones, sobre todo que no se había extirpado el hígado original del paciente, lo que podría dificultar la identificación de lo bien que habría funcionado el hígado porcino por sí solo. Los investigadores tampoco estudiaron si el hígado de cerdo podría asumir funciones más complicadas, como metabolizar fármacos y desintoxicar sustancias nocivas.
Ya están en marcha otros experimentos con hígados de cerdo. En los últimos meses, el equipo de Wang extrajo el hígado de otro paciente con muerte cerebral y lo sustituyó por un hígado de cerdo modificado. Los investigadores tienen previsto publicar sus resultados en breve.