En algunos casos, se están utilizando asistentes de inteligencia artificial, IA, para automatizar las tareas de las enfermeras.
Varias empresas de inteligencia artificial, IA, están ofreciendo formas de automatizar tareas que consumen mucho tiempo y que suelen realizar el personal de enfermería y los auxiliares médicos. En el seno de los equipos de gestión de los hospitales afirman que la IA ayuda a trabajadores de enfermería a realizar su labor de forma más eficiente, y a combatir el agotamiento y la falta de personal.
Sin embargo, los sindicatos relacionados con el servicio de enfermería sostienen que esta tecnología, mal entendida, no ofrece unos resultados satisfactorios, ya que está anulando la experiencia de los trabajadores de este sector y degradando la calidad de la atención que reciben los pacientes.
"Los hospitales han estado esperando el momento en que contaran con algo que pareciera tener suficiente legitimidad para sustituir al personal de enfermería", afirma Michelle Mahon, directora de prácticas de enfermería del sindicato National Nurses United. "Todo el ecosistema está diseñado para automatizar, desespecializar y, en última instancia, sustituir a los cuidadores", señala.
La asociación que dirige Mahon, el mayor sindicato de enfermería de Estados Unidos, ha ayudado a organizar más de 20 manifestaciones en hospitales de todo el país, presionando por el derecho a opinar sobre cómo se puede utilizar la IA y la protección frente a medidas disciplinarias si el personal de enfermería decide hacer caso omiso de los consejos automatizados.
En un principio, Hippocratic AI promocionaba una tarifa de 9 dólares (unos 8,2 euros) la hora para sus asistentes de IA, frente a los 40 dólares (alrededor de 36,7 euros) la hora de un diplomado en Enfermería. Desde entonces ha abandonado ese lenguaje, promocionando en su lugar sus servicios y asegurando a los clientes que la IA ha sido cuidadosamente probada. La empresa no respondió a las solicitudes de conceder una entrevista para aclarar el tema.
La IA en el hospital puede generar falsas alarmas y consejos peligrosos
Los hospitales llevan años experimentando con tecnología diseñada para mejorar la atención y racionalizar los costes, como sensores, micrófonos y cámaras que detectan el movimiento. Ahora, esos datos se vinculan a los historiales médicos electrónicos y se analizan para predecir problemas médicos y orientar la atención del personal de enfermería, a veces antes de que este haya evaluado al paciente.
Adam Hart trabajaba en el servicio de Urgencias de Dignity Health, en Henderson (Nevada), cuando el sistema informático del hospital indicó que un paciente recién llegado presentaba septicemia, una reacción potencialmente mortal a una infección.
Según el protocolo del hospital, había que istrarle inmediatamente una gran dosis de fluidos intravenosos. Sin embargo, tras un examen más detallado, Hart determinó que estaba tratando a un paciente en diálisis o con insuficiencia renal. Estos pacientes deben ser tratados con cuidado para no sobrecargar sus riñones con líquidos.
Hart planteó su preocupación a la enfermera supervisora, pero le dijeron que siguiera el protocolo estándar. Solamente después de que interviniera un médico cercano, el paciente empezó a recibir una dosis lenta de líquidos por vía intravenosa. "No hay que perder la cabeza, para eso te pagan como trabajador del servicio de enfermería", afirma Hart. "Entregar nuestros procesos de pensamiento a estos dispositivos es imprudente y peligroso", añade.
Hart y otros compañeros de trabajo indican que entienden el objetivo de la IA: facilitarles el seguimiento de múltiples pacientes y responder rápidamente a los problemas. Sin embargo, la realidad suele ser un aluvión de falsas alarmas, que a veces señalan erróneamente funciones corporales básicas, como es el caso de la defecación de un paciente, como una emergencia.
¿Puede la inteligencia artificial ayudar en el hospital?
Según Michelle Collins, decana de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Loyola, incluso la tecnología más sofisticada puede pasar por alto señales que el personal de enfermería percibe habitualmente, como las expresiones faciales y los olores. Sin embargo, las personas tampoco son perfectas.
"Sería absurdo darle la espalda por completo", afirma Collins. "Deberíamos aceptar lo que puede hacer para aumentar nuestros cuidados, pero también deberíamos ser vigilantes para no sustituya al elemento humano", añade. Más de 100.000 empleados del servicio de enfermería dejaron de trabajar durante la pandemia de COVID-19, según una estimación; la mayor reducción de personal en 40 años.
A medida que la población estadounidense envejece y los trabajadores del servicio de enfermería se jubilan, el Gobierno calcula que habrá más de 190.000 nuevas vacantes de este tipo de empleos cada año, hasta 2032. Ante esta tendencia, los es de hospitales consideran que la IA desempeña un papel vital. Así, creen que no se hace cargo de la asistencia, sino que ayuda a enfermeros y médicos a recopilar información y comunicarse con los pacientes.
A veces hablan con un ser humano y otras veces no
En la Universidad de Ciencias Médicas de Arkansas, en Little Rock, el personal tiene que hacer cientos de llamadas cada semana para preparar a los pacientes para una operación. Las enfermeras confirman la información sobre recetas, afecciones cardíacas y otras cuestiones, como la apnea del sueño, que deben revisarse cuidadosamente antes de la anestesia.
El problema es que muchos pacientes solamente contestan al teléfono por la noche, normalmente entre la cena y la hora de acostar a sus hijos. Por ello, desde enero, el hospital utiliza un asistente de inteligencia artificial de Qventus para ponerse en o con pacientes y proveedores de servicios sanitarios, enviar y recibir historiales médicos y resumir su contenido para el personal humano.
Qventus afirma que 115 hospitales utilizan su tecnología, cuyo objetivo es aumentar los beneficios de los hospitales gracias a la aceleración de las intervenciones quirúrgicas, el menor número de cancelaciones y la reducción del agotamiento. Mientras que empresas como Qventus prestan un servicio istrativo, otros desarrolladores de IA ven un papel más importante para su tecnología.
Desarrollo de técnicas para que los pacientes controlen traten de controlar el dolor
Xoltar es una empresa emergente israelí especializada en avatares parecidos a humanos que realizan videollamadas con pacientes. La compañía colabora con la Clínica Mayo en un asistente de IA que enseña a los pacientes técnicas cognitivas para controlar el dolor crónico. También está desarrollando un avatar para ayudar a los fumadores a dejar de fumar.
Los expertos en enfermería que estudian la IA afirman que estos programas pueden funcionar con personas relativamente sanas y proactivas en su cuidado. Sin embargo, esa no es la mayoría de la gente del sistema sanitario. "Son los enfermos los que se llevan la mayor parte de la atención sanitaria en Estados Unidos y, realmente, tenemos que considerar si los chatbots están o no pensados para ellos", afirma Roschelle Fritz, profesora adjunta de la Escuela de Enfermería Davis de la Universidad de California.