Las partes interesadas y los legisladores están cada vez más preocupados por el destino del fondo presupuestario de la UE dedicado a la Sanidad, que podría fusionarse con otros fondos o, peor aún, desaparecer, según un anteproyecto filtrado.
Aunque no se espera que la Comisión Europea presente su propuesta para el próximo presupuesto de la UE hasta junio, la filtración de los primeros borradores, vistos por 'Euronews', que sugieren que la parte de Sanidad podría fusionarse, ha desatado la inquietud en el sector.
En respuesta a la pandemia de la COVID-19, los Estados de la UE asignaron 5.300 millones de euros dentro del programa EU4Health, un paso importante si se tiene en cuenta que la política sanitaria se considera, en gran medida, competencia nacional.
El borrador filtrado de un plan de reestructuración presupuestaria de la UE, visto por 'Euronews', sugiere que la financiación sanitaria podría consolidarse en un único Fondo Europeo de Competitividad destinado a reforzar la autonomía y los valores estratégicos del bloque.
La reestructuración, que se debate desde enero en los servicios presupuestarios de la Comisión, pretende paliar la falta de orientación estratégica dando prioridad a las políticas sobre los programas específicos.
Según este plan, algunos de los programas más famosos de la UE, como el fondo de investigación del bloque Horizonte Europa, así como los dedicados al espacio, lo digital y, obviamente, la salud, se fusionarían, dando lugar a un conjunto unificado de normas de participación y elegibilidad a pesar de las diferencias existentes entre los programas.
¿Volver a vivir de las migajas?
Aunque aún se encuentra en las primeras fases de consulta interna, y probablemente se haya difundido para calibrar las reacciones, el plan filtrado ya ha generado debate. La eurodiputada de Los Verdes Tilly Metz expresó su preocupación por la posibilidad de que una fusión de la financiación sanitaria en un fondo de competitividad más amplio aumente el riesgo de "desviar recursos de la Sanidad a otros fines".
Esta preocupación tiene su origen en recientes recortes presupuestarios, como la reasignación de unos 1.000 millones de euros de EU4Health para financiar parcialmente el paquete de ayuda a Ucrania en febrero. Metz también advirtió de que el cambio hacia un fondo centrado en la competitividad podría socavar las iniciativas sanitarias a largo plazo.
"La salud no es sólo el desarrollo de medicamentos innovadores, sino también la salud pública, la prevención y la sensibilización", dijo, subrayando que estas áreas vitales podrían descuidarse en favor de las prioridades económicas.
Antes de EU4Health, las partes interesadas en la salud tenían que conformarse con presupuestos mucho más reducidos. De 2014 a 2020, el programa de salud de la UE contó con un presupuesto total de solo 450 millones de euros, muy inferior al actual fondo EU4Health.
Hasta ahora, el programa EU4Health ha apoyado diversas iniciativas, entre ellas un reciente proyecto de 1,3 millones de euros destinado a hacer frente a la escasez de enfermeras en Europa mediante la promoción de la profesión en los Estados que sufren las carencias más graves.
Recursos propios y regionales
Muchos temen que EU4Health no sobreviva. Incluso la directora general de Sanidad de la Comisión, Sandra Gallina, insinuó recientemente que podría tratarse de una iniciativa puntual.
Un funcionario de la UE familiarizado con el asunto, que habló bajo condición de anonimato, sugirió que la fusión de la financiación sanitaria con otros programas podría ser la única forma de preservar un presupuesto sanitario sustancial, que de otro modo corre el riesgo de suprimirse por completo.
Vytenis Andriukaitis, antiguo comisario de Sanidad y actual eurodiputado socialista, también expresó su preocupación. Afirmó que el presupuesto actual es insuficiente, y que la situación empeorará con la inminente ampliación de la UE.
"Nuestra única solución ahora es generar nuestros propios recursos, específicamente para cuestiones sanitarias, de lo contrario, no podremos avanzar", dijo.
Un informe de 2016 del excomisario y primer ministro italiano Mario Monti propuso varias opciones nuevas para que la UE genere sus propios recursos, entre ellas un gravamen sobre las emisiones de CO2, un impuesto sobre la renta de las sociedades y un impuesto sobre las transacciones financieras. Sin embargo, ninguna de estas propuestas ha cobrado fuerza desde entonces.
El debate sobre el Marco Financiero Plurianual (MFP) también es crucial para las regiones de la UE, que desempeñan un papel clave en la aplicación de la política sanitaria y la innovación.
"Debemos asegurarnos de que la financiación y los programas dedicados a la salud no se debiliten ni se diluyan", afirmó Michele Calabrò, de la red de autoridades sanitarias regionales y locales Euregha.
Advirtió de que el nuevo modelo no debe afectar negativamente a instrumentos clave como la política de cohesión ni socavar la gobernanza multinivel o el importante papel de los agentes regionales.