La diplomacia funeraria no es nada nuevo. El funeral de un Papa político como Francisco es una gran ocasión para intercambios informales y discretos entre líderes mundiales al abrigo de los muros vaticanos y las condolencias. Existen precedentes similares incluso en la historia más reciente
El mundo en Roma por los funerales del Papa Francisco.La capital italiana volverá a ser Caput Mundi durante 24 horas. Alrededor de 170 delegaciones nacionales, líderes internacionales, reyes y reinas asisten al funeral papal. Muchos observadores esperan que el último adiós, más que un momento de recogimiento, se convierta en una ocasión para intercambios políticos informales entre líderes.
La diplomacia funeraria no es nada nuevo , afirma Pasquale Ferrara, Director General de Asuntos Políticos y Seguridad Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores italiano: "Ya ha ocurrido en el pasado en otros grandes acontecimientos como éste, en el caso por ejemplo del funeral del ex Primer Ministro japonés Shinzo Abe, en el que Australia y Japón iniciaron conversaciones para una declaración conjunta sobre la seguridad en la región Asia-Pacífico".
Shinzo Abe, cuando fue asesinado en 2022, llevaba dos años sin ser primer ministro, pero conservaba un poderoso papel tanto dentro de Japón como a escala mundial. Más de 200 delegaciones de alto nivel asistieron a su funeral. Una circunstancia similar en tiempos recientes fue el funeral de la Reina Isabel II.
La muerte supera todas las barreras
Otra ocasión en la historia reciente de la alta diplomacia del último saludo fue el funeral del presidente iraní Ebrahim Raisi, fallecido en un accidente de helicóptero en mayo de 2024. Incluso los líderes de países con relaciones tormentosas pueden rozarse y susurrar palabras políticas alrededor de un ataúd con el pretexto de que la muerte y el amor superan todas las barreras. Por ejemplo, países árabes con relaciones tradicionalmente difíciles con Irán rompieron el hielo y enviaron delegaciones al más alto nivel a Teherán.
La ceremonia de despedida de Raisi supuso la primera visita protocolaria a Teherán de un presidente tunecino, en aquella ocasión Kais Saied, y de un ministro de Asuntos Exteriores egipcio, Sameh Shoukry, desde la revolución de los ayatolás en 1979. Ambos dirigentes escucharon en recogido silencio una homilía fúnebre cargada de invectivas contra Estados Unidos e Israel.
La logística del caos
Los intercambios políticos directos entre dirigentes en tales circunstancias imponen acrobacias diplomáticas, protocolarias y logísticas.
Las multitudes, los desplazamientos y los tiempos ajustados, todo se complica en el entrelazamiento de las diplomacias italiana y vaticana, afirma el embajador Ferrara: "No es fácil gestionar los intercambios y las comunicaciones entre las representaciones diplomáticas en Roma de la Santa Sede y del Estado italiano, ni para las delegaciones que vienen del extranjero y a menudo permanecen sólo unas horas".
Todo dependerá, pues, de la voluntad real de los responsables políticos y religiosos presentes. La improvisación ayuda a veces a las relaciones humanas, sobre todo en un momento de luto. Un acontecimiento de alto nivel como un funeral papal podría favorecer diálogos informales rios a las negociaciones oficiales que tienen lugar en otro lugar. "Estas cumbres y reuniones requerirían una preparación larga y cuidadosa. Las prisas, sin embargo, también podrían ser una ventaja, en el sentido de encontrar a las personas y sobre todo a los líderes mundiales más abiertos al diálogo".
En esta precisa circunstancia, a nivel organizativo, la diplomacia de las condolencias podría verse favorecida por los vínculos establecidos por un Papa como Francisco, que ha creado una simbiosis entre la acción religiosa y pontificia, y las grandes cuestiones políticas de nuestro tiempo, el medio ambiente, los conflictos bélicos y las cuestiones sociales a escala mundial.