El partido del Ejecutivo ultranacionalista propone modificar la Constitución para expulsar a discreción a aquellos húngaros con más de un pasaporte.
Los ciudadanos críticos con Fidesz -el partido gobernante del primer ministro húngaro, Viktor Orbán- que tengan doble nacionalidad podrían ser expulsados de Hungría, según temen activistas y dirigentes de varias ONG después de que un miembro del partido anunciase la intención de modificar la Constitución para sacar del país a este colectivo.
La medida fue revelada por Máté Kocsis, líder del grupo parlamentario de Fidesz, en una publicación en Facebook del pasado domingo. "Un ciudadano húngaro que también posea la ciudadanía de otro Estado podrá ser expulsado del territorio de Hungría en las condiciones especificadas por la ley si sus actividades ponen en peligro la soberanía nacional, el orden público, la integridad territorial o la seguridad de Hungría", reza el post de Kocsis.
El líder del grupo parlamentario ultraconservador dejó claro que esta medida podría utilizarse contra las ONG y periodistas considerados por el Gobierno como, según expresó Kocsis, "representantes de intereses extranjeros", un eufemismo para hablar de críticos y opositores del aparato gubernamental.
El político también se refirió indirectamente al inversor y filántropo estadounidense de origen húngaro, George Soros: "En los últimos años, potencias y especuladores extranjeros han interferido de forma cada vez más amplia y sin escrúpulos en los asuntos internos de nuestro país, incluso en los procesos electorales, y también han participado activamente en actividades difamatorias contra Hungría en toda Europa", escribió Kocsis. "Lo han hecho a través de organizaciones pseudociviles, políticos corruptos y medios de comunicación que se autodenominan independientes", afirmó este diputado.
Se desconocen otros detalles del posible proyecto de ley o si es simplemente una amenaza, por lo que no está claro qué actividades podrían considerarse "peligrosas", siempre según las expresiones del Ejecutivo de Orbán.
Los húngaros opositores temen perder la ciudadanía húngara
Varios representantes de la oposición cívica frente a Orbán ya han expresado su preocupación por los supuestos planes legislativos de Fidesz. Stefano Bottoni, historiador con doble nacionalidad húngaro-italiana y crítico con el Gobierno de Orbán, se declara conmocionado: "Busco las palabras pero no me salen. Más bien siento una mezcla de rabia y ansiedad", ha afirmado Botton.
"Sus casi 15 años de Gobierno me han preparado para muchas cosas, pero no para el hecho de que cualquier ciudadano que piense de forma diferente y no sea exclusivamente húngaro pueda ser un objetivo", ha añadido Bottoni. Este historiador es autor del 'bestseller' de 2023 'Obsesionados por el poder: la Hungría de Viktor Orbán'.
El también escritor recuerda paralelismos históricos en Europa del Este, donde los Estados intentaron deshacerse de sus propios ciudadanos. Las campañas antisemitas en Polonia entre 1968 y 1969, donde se revocaron alrededor de 13.000 pasaportes para realizar deportaciones masivas son un claro ejemplo, ha dicho Bottoni.
Otro crítico de Orbán, Csaba Lukács, periodista del semanario 'Magyar Hang' y con pasaportes rumano y húngaro, ha dicho en redes sociales que teme perder su ciudadanía húngara. "Parece que nuestro partido y nuestro Gobierno pronto me quitarán la ciudadanía húngara y me expulsarán de Hungría", ha escrito Lukács, comparando los planes con el Gobierno del dictador comunista rumano Nicolae Ceaușescu.
Recientemente, Lukács fue convocado junto con otros dos periodistas a un interrogatorio por el servicio de inteligencia del país después de que su periódico afirmara falsamente que el avión del derrocado dictador sirio Bashar al-Assad había aterrizado en Budapest. El periódico se disculpó más tarde por publicar noticias falsas, pero el Gobierno siguió persiguiéndolo, calificándolo de peligro para la seguridad nacional.
Orbán, impulsado por la victoria de Trump
La última campaña contra activistas de múltiples nacionalidades forma parte de una iniciativa más amplia para deshacerse de los críticos con el Gobierno en Hungría. En el pasado, Orbán se refirió repetidamente a las ONG y a los medios de comunicación críticos con él y con su Gobierno como parte de lo que denominó la "red Soros", en referencia al inversor demonizado por los populistas de ultraderecha.
En un discurso radiofónico el 7 de febrero, el primer ministro alegó que algunos húngaros recibían financiación extranjera de Soros, el Gobierno estadounidense y Bruselas para derrocar a su Gobierno. "Hay que acabar con ellos. Cuándo, si no ahora", dijo Orbán. "Toda la red de Soros tiene que ser desmantelada... Los que aceptan este dinero tienen que ser sancionados".
A finales de febrero, el líder de Fidesz nombró a un representante del Gobierno para revisar el trabajo de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en Hungría. Este movimiento no es casual: USAID ha sido suspendida temporalmente por parte de la nueva istración estadounidense desde el regreso de Trump al poder. Se trata de la mayor agencia de cooperación gubernamental del mundo, cuya paralización podría dificultar la situación en países con conflictos o situaciones de hambruna. András László, eurodiputado del Fidesz, está investigando qué organizaciones y medios de comunicación húngaros recibieron financiación de programas de USAID, organización también señalada por los ultraderechistas a nivel global.
El ministro de Asuntos Exteriores, Péter Szijjártó, ha declarado este lunes que apoyaba los cambios propuestos en la Constitución, defendiendo una ley similar a la Magnitsky Act estadounisense para defender los intereses nacionales. El texto de la posible propuesta legislativa aún no se ha hecho público y su tramitación parlamentaria no está prevista por el momento. La alianza de partidos Fidesz-KDNP tiene mayoría absoluta en el Parlamento, y todo lo que proponga el partido gobernante podría aprobarse sin dificultades.