La Escuela Nacional de Salud de Luxemburgo (LTPS) produce más energía de la que consume. Este galardonado edificio en Ettelbruck se ha convertido en un modelo en su país y en Europa.
En este proyecto europeo la madera, los es solares, el depósito de agua caliente... todo es visible.
El proyecto tiene en cuenta la "energía positiva" del edificio durante todo su ciclo de vida.
Según Martine Schmitt, arquitecta de la istración de Edificios Públicos de Luxemburgo, por regla general se estudia cómo limitar la energía en un ciclo medio de medio siglo; aunque "los edificios pueden durar realmente más de cincuenta años".
Construida junto a un hospital, la Escuela Nacional de Salud de Luxemburgo apuesta por la integración y el control automático de sus distintas fuentes de energía.
Cuatrocientos treinta estudiantes, dieciséis aulas y seis salas técnicas se alojan bajo su tejado, compuesto en su totalidad por es fotovoltaicos. Producen el doble de electricidad de la que necesita el edificio. El otro elemento clave de este proyecto piloto es la calefacción, con un depósito de agua caliente instalado verticalmente.
Paul Weydert, ingeniero de la istración de Edificios Públicos de Luxemburgo, explica que "tiene veinte metros de altura y puede almacenar hasta cien mil litros de agua. En la fachada pueden verse los colectores solares térmicos junto a las ventanas, parecen ventanas, pero en realidad producen energía para calentar el depósito".
Según la istración de Edificios Públicos de Luxemburgo, el presupuesto total de este centro es de veintinueve millones de euros, de los cuales veintiocho millones han sido financiados por Luxemburgo y un millón por la política de cohesión de la Unión Europea.
Las paredes de clases y pasillos son de arcilla blanca; en la instalación eléctrica solo hay ledes; el aire se renueva a cada momento y todos los materiales tienen un bajo impacto ambiental y una alta eficiencia energética. Pero ¿cómo se sienten los estudiantes?
Desde su construcción en 2019, este centro no ha envejecido un ápice según el director adjunto, Carlo Gudenburg, quien se muestra orgulloso de las instalaciones del edificio: "El ambiente en las aulas es siempre muy agradable en términos de temperatura, humedad y acústica. El edificio se ha diseñado para ofrecer las máximas oportunidades educativas y fomentar el trabajo activo de los estudiantes", comenta.**