El tráfico de caballitos de mar es masivo y forma parte del comercio ilegal de especies silvestres, valorado en 20.000 millones de euros.
En la última década se incautaron cerca de cinco millones de caballitos de mar de contrabando, por un valor estimado de 18,5 millones de euros. Se trata de una cifra asombrosa que, según los investigadores, sigue sin representar la verdadera magnitud del comercio ilegal. Un nuevo estudio publicado en 'Conservation Biology' examinó los datos mundiales sobre incautaciones de especies silvestres entre 2010 y 2021 y descubrió que los caballitos de mar -muertos y desecados o vivos- se encontraban con mayor frecuencia ocultos en equipajes o transportados por vía marítima en 62 países. La mayoría iban destinados a los mercados de medicina tradicional de Asia.
Pero esos ya no son los únicos mercados. Los investigadores descubrieron que Europa y América Latina también aparecen cada vez más en las rutas de tráfico. "Las casi 300 incautaciones que analizamos se basaban únicamente en registros por internet y en declaraciones voluntarias, incluidos avisos gubernamentales y noticias", explica la Dra. Sarah Foster, investigadora asociada del Proyecto Seahorse de la Universidad de Columbia Británica y autora principal del estudio. "Lo que estamos viendo es sólo la punta del iceberg".
¿Por qué caballitos de mar?
Los caballitos de mar son muy apreciados en la medicina tradicional, sobre todo en China y Hong Kong, donde se desecan, se muelen y se utilizan para tratar dolencias como el asma o la impotencia. También se comercializan como recuerdos secos o animales vivos para acuarios. Su demanda es difícil de regular.
El comercio internacional de caballitos de mar es legal en virtud del Convenio CITES, acuerdo reconocido por 184 países, incluida toda la UE. Pero sólo está permitido si los permisos demuestran que su exportación no perjudicará a las poblaciones silvestres. En la práctica, esos permisos son difíciles de conseguir. Según los investigadores, esto ha empujado el comercio a la clandestinidad, donde los traficantesse aprovechan de la escasa aplicación de la ley y de las cambiantes rutas comerciales. "Parece que las rutas comerciales se están diversificando, al igual que las medidas de control", afirma Syd Ascione, bióloga investigadora de Project Seahorse.
Un símbolo de la biodiversidad oceánica amenazada
Los caballitos de mar suelen incautarse junto con otros artículos objeto de tráfico, como escamas de pangolín y marfil de elefante. Esto demuestra hasta qué punto las especies marinas están enredadas en la economía mundial de la delincuencia contra la fauna y la flora silvestres, un comercio que mueve hasta 20.000 millones de euros al año, según Interpol.
En febrero, en unaoperación mundial contra el tráfico de especies silvestres, se decomisaron 20.000 animales vivos, desde cachorros de tigre hasta pájaros cantores. En Europa ya se ha sorprendido a contrabandistas transportando reptiles bajo la ropa. En abril, un tribunal de Kenia multó con 6.775 euros o 12 meses de cárcel a dos adolescentes belgas que traficaban con 5.000 hormigas por violar la legislación sobre conservación de la fauna salvaje. Según un informe de la ONU de 2024, más de4.000 especies se ven afectadas por el tráfico de especies silvestres, lo que lleva a algunas especies raras a la extinción.
Sin embargo, según la ONU, las especies marinas suelen recibir menos atención y protección que las terrestres, más carismáticas. Pero su silenciosa desaparición afecta a todo, desde los hábitats coralinos hasta los medios de vida de las comunidades costeras que dependen del mar para alimentarse o comerciar.
¿Cómo se trafica con las especies marinas y qué se hace para impedirlo?
Controlar el comercio también ha resultado difícil. Pueden ser una valiosa fuente de ingresos para los pescadores, afirma Foster, y existen lagunas en la aplicación de la ley. El estudio sólo encontró valores registrados de los caballitos de mar incautados en 34 casos, pero pudo estimar un precio medio de unos 4,50 euros por animal, una cifra baja pero que suma rápidamente cuando se trafica en grandes cantidades.
Aunque los aeropuertos son puntos habituales de incautación de caballitos de mar objeto de tráfico, los mayores volúmenes se encuentran en los cargamentos marítimos, un método de transporte que a menudo se pasa por alto. De los 300 casos examinados por el grupo, sólo el 7% incluía información sobre sanciones legales. Esto plantea dudas sobre la frecuencia con que se procesa a los traficantes y sobre si las penas actuales son suficientes para frenar su comercio.
"Todos los países deben dar un paso adelante con medidas disuasorias contundentes: un buen trabajo detectivesco, una aplicación decidida de la ley y penas significativas", afirma el autor principal del estudio, Dr. Teale Phelps Bondaroff, de OceansAsia. Al mismo tiempo, añade Foster, es necesario apoyar alternativas sostenibles. Esos esfuerzos empiezan por sacar a la luz el comercio legal de caballitos de mar para proteger a sus poblaciones, lo que quizá sirva de modelo para mejorar la conservaciónmarina en todas partes.
Cuando preguntamos a los comerciantes de medicina tradicional de Hong Kong por cuánto tiempo quieren que haya caballitos de mar, nos respondieron: "Para siempre... ¡son muy importantes!". Y estamos de acuerdo.