Con el cambio climático acelerando, la Organización Meteorológica Mundial exige más inversión en vigilancia y previsión de glaciares para proteger a las comunidades de montaña.
Los riesgos asociados al deshielo de los glaciares se están convirtiendo en una preocupación mundial, advirtió Celeste Saulo, Secretaria General de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), durante su intervención en la Conferencia sobre la Preservación de los Glaciares, celebrada en Dushanbe, Tayikistán. Saulo subrayó que todas las naciones, sin importar su nivel de desarrollo, enfrentan amenazas derivadas del retroceso glaciar acelerado por el cambio climático.
Un ejemplo reciente de esta amenaza ocurrió en la localidad suiza de Blatten, donde un corrimiento de tierras provocado por el colapso de un glaciar arrasó la zona, destruyendo prácticamente todos los medios de subsistencia. Aunque una persona continúa desaparecida, los sistemas de alerta temprana ayudaron a mitigar el impacto total de la catástrofe.
Ante este tipo de fenómenos cada vez más frecuentes, la OMM hace un llamado urgente a aumentar la inversión en sistemas de vigilancia y previsión glaciar. Saulo enfatizó la importancia de reforzar los centros hidrometeorológicos en todo el mundo: ''Con una mejor vigilancia, podemos esperar mejores previsiones, y con mejores previsiones, podemos aspirar a contar con sistemas de alerta temprana más eficaces, capaces de proteger a las personas y sus medios de vida'', declaró.
El desplome del glaciar suizo no es un hecho aislado
El desplome del glaciar en Blatten no es un caso aislado. La semana pasada, la localidad fue sepultada por una avalancha masiva de rocas y hielo proveniente del glaciarBirch y del cauce del río Lonza. Los expertos ya habían advertido sobre el riesgo de colapso, ya que el glaciar contenía cerca de 1,5 millones de metros cúbicos de hielo.
Gracias a la rápida actuación de las autoridades, se evacuó a unas 300 personas y su ganado. Días después, el río Lonza retomó su cauce, fluyendo entre los escombros. Este tipo de eventos extremos se está volviendo más común. En 2022, un bloque de hielo del glaciar de la Marmolada, en los Dolomitas italianos, se desprendió durante una ola de calor estival. La avalancha mató a 11 personas y arrasó una zona de senderismo muy concurrida.
En 2016, el glaciar de la cordillera tibetana de Aru colapsó sin previo aviso, dejando nueve muertos, incluidos pastores y su ganado. Solo unos meses después, otro glaciar cercano también cedió. En Perú, los desprendimientos glaciales han causado daños considerables. En 2006, uno de ellos provocó un mini tsunami. Más recientemente, en abril de este año, el desbordamiento de una laguna glaciar causó un alud que dejó dos muertos.
''A veces es sorprendente lo rápido que pueden derrumbarse'', comentó a la AP Lonnie Thompson, Experto en Glaciares de la Universidad Estatal de Ohio. ''La inestabilidad de estos glaciares es un problema real y creciente. Hay miles y miles de personas en riesgo''. Aunque se espera que el deshielo contribuya de forma sostenida a lasubida del nivel del mar, los científicos advierten que la pérdida de glaciares interiores representa un peligro inmediato para las comunidades que dependen de ellos para el abastecimiento de agua potable y la agricultura.