Euronews analiza algunas de las razones que impiden a las mujeres fundadoras acceder a tanto dinero como sus homólogos masculinos, así como lo que puede hacerse al respecto.
Las mujeres empresarias pueden enfrentarse a una serie de retos a la hora de crear una empresa, como los estereotipos y prejuicios sociales y de género, la falta de apoyo y de modelos de conducta, y una red limitada. Sin embargo, muchas también tienen que pasar por más obstáculos para acceder a la ayuda financiera, en comparación con sus homólogos masculinos.
Así se desprende de un reciente informe del agente financiero Swoop Funding, que analizó más de 50.000 empresas británicas. Reveló que las empresas dirigidas por hombres tienen 12 veces más deuda empresarial que las dirigidas por mujeres, con 9.500 millones de libras (11.200 millones de euros), frente a 769 millones de libras (904,7 millones de euros). Esta deuda puede contraerse por diversas razones, como el crecimiento o la expansión, para cubrir costes o si la empresa tiene dificultades, aunque esto es menos frecuente.
La deuda empresarial media de las empresas dirigidas por hombres se situó en 315.000 libras (370.603,8 euros), mientras que las empresas dirigidas por mujeres tenían una deuda media de 91.000 libras (107.034,7 euros).
Según el British Business Bank, por cada 1 libra (1,2 euros) de inversión de capital riesgo en el Reino Unido, los equipos de emprendedoras reciben menos de 1 penique, mientras que los equipos de fundadores masculinos reciben 89 peniques. Los equipos mixtos reciben 10 peniques. Al ritmo actual, los equipos formados exclusivamente por mujeres podrían tardar más de 25 años en alcanzar el 10% de las inversiones en el Reino Unido.
¿Por qué los hombres tienen más al dinero?
"La respuesta es sencilla: los hombres piden financiación antes que las mujeres. Es una respuesta sencilla, pero no hay una solución sencilla. La financiación es la mejor manera de poner en marcha un negocio de forma rápida y profesional", asegura Andrea Reynolds, directora ejecutiva de Swoop Funding.
Muchas mujeres que ponen en marcha su propio negocio lo hacen desde la "mesa de la cocina"", explica. "A menudo, esto significa que tienen que poner en marcha su negocio en lugar de pedir un préstamo".
Saber qué ayudas existen
A esta tendencia también ha contribuido la falta de concienciación sobre aspectos como los préstamos para la creación de empresas, así como la falta de marketing dirigido a las mujeres fundadoras por parte de las entidades crediticias.
"Los prestamistas podrían hacer más por dirigirse directamente a las empresarias, sobre todo en lo que respecta a los préstamos para la puesta en marcha, ya que existe un límite de tiempo para solicitarlos (tres años desde el inicio de la actividad)", afirma Reynolds.
Factores culturales, como el hecho de que la deuda se vea a menudo desde un prisma intrínsecamente negativo, también han dificultado que las empresarias vean en el endeudamiento responsable y planificado un medio para crecer más rápido.
"Siempre se nos dice que el endeudamiento personal es algo que se debe contraer con precaución, quizá porque tenemos arraigado que debemos ahorrar para comprar las cosas que queremos", señaló Reynolds.
Y añade: "Pero el endeudamiento empresarial es distinto: no se pide prestado para unas vacaciones o un coche más bonito, sino para invertir en una idea, y hay que haber previsto que esa inversión dé un rendimiento que haga que merezca la pena".
Stacey-Rebekka Karlsson, fundadora de la empresa de relaciones públicas y marketing Goho Agency, destacó cómo la obtención de un préstamo Bounce Back del Gobierno por valor de 25.000 libras (29.405 euros) contribuyó a fortalecer su empresa e impulsó su crecimiento a largo plazo.
"Salimos de la pandemia con un equipo capaz de organizar eventos, hacer unas relaciones públicas increíbles y un marketing digital espectacular, lo que nos permitió ofrecer a nuestros clientes una solución de 360 grados, y desde entonces hemos conseguido que la empresa crezca año tras año", explica Karlsson en el comunicado de prensa de Swoop Funding.
¿Cómo pueden las mujeres fundadoras acceder a más dinero?
Una de las principales formas de impulsar el a la deuda empresarial es buscar apoyo específico, como empresas de inversión centradas en la mujer e inversores ángeles. En Gran Bretaña, las organizaciones que han suscrito el Código de Inversión en Mujeres del Reino Unido también pueden ser una buena fuente de ayuda.
Del mismo modo, los grupos de creación de redes y tutoría, como el grupo Female Founders Rise, podrían desbloquear oportunidades de financiación y ser una fuente de sabiduría financiera.
Las subvenciones públicas y las aceleradoras de empresas pueden ser otra opción. El Reino Unido cuenta con subvenciones para empresas dirigidas por mujeres, como el Prince's Trust Women Entrepreneurs Programme y los Women in Innovation Awards, entre otras subvenciones regionales y locales.
Entre los aceleradores empresariales disponibles para las mujeres fundadoras del Reino Unido se encuentran la Semana Nacional de la Empresa Femenina, la Red de Mujeres en la Tecnología y el Invest in Women Hub, por nombrar algunos.
Utilizar la deuda con prudencia
Una vez conseguida la financiación, es fundamental saber cómo aprovecharla para el éxito y el crecimiento de la empresa a largo plazo.
Una de las formas más importantes de hacerlo es establecer un plan financiero sólido y una estrategia de gestión del flujo de caja mediante un presupuesto claro. Esto significa que se contabilizan todos los gastos y se realiza una previsión detallada de los ingresos y de la relación coste/beneficio antes de realizar grandes compras o inversiones.
También es clave saber en qué áreas de negocio invertir para impulsar el máximo valor y crecimiento a largo plazo, en lugar de depender indefinidamente de financiación externa y préstamos. Esto puede ayudar a los fundadores a invertir en esas áreas desde el principio y obtener mejores rendimientos antes. Estos beneficios pueden reinvertirse en la empresa o utilizarse para devolver préstamos. Es esencial para la salud a largo plazo de la empresa controlar la puntuación crediticia, que influye en el importe de los préstamos y en quién los concede.