Trump ha hecho estas declaraciones sobre Ucrania tras alabar las instalaciones penitenciarias del país centroamericano, muy criticadas por las organizaciones de derechos humanos y donde Estados Unidos está exportando a criminales sin garantías procesales.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha recibido este lunes en la Casa Blanca a su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, con la intención de ampliar el acuerdo entre ambos países para deportar a más inmigrantes al país centroamericano, que se ha convertido en piedra angular de la campaña de expulsiones de su istración.
Tras su reunión, y durante una rueda de prensa celebrada por ambos mandatarios, Trump ha asegurado nuevamente que la invasión a Ucrania por parte de Rusia no hubiese existido de haber sido él presidente en 2022. "Si Biden y Zelenski hubieran sido competentes, esta guerra no hubiese ocurrido. En cuanto amañaron las elecciones se desencadenó este episodio", ha dicho Trump, repitiendo la teoría de la conspiración sobre los comicios que perdió en 2020 y que desencadenó un intento de golpe de Estado en el Capitolio.
"Hay que culpar a todos: Biden, Zelenski y Putin", ha añadido el presidente. "No empiezas una guerra contra alguien 20 veces más grande que tú y esperar que la gente luego te dé misiles. Biden no tenía ni idea de lo que estaba haciendo: yo solo puedo intentar detener ese baño de sangre y creo que estamos yendo bien". Además de Bukele, muy sonriente durante toda la comparecencia, ante las cámaras estaban presentes figuras prominentes de la istración trumpista como Marco Rubio, el secretario de Estado, o Pam Bondi, la fiscal general estadounidense.
Trump acuerda con Bukele ampliar la externalización del régimen penitenciario de EE.UU. en El Salvador
Desde marzo, Washington ha trasladado al menos a 200 inmigrantes, en su mayoría venezolanos, a los que acusa de pertenencia a bandas y delitos violentos, a El Salvador, donde están recluidos en una prisión de máxima seguridad a las afueras de la capital, San Salvador.
El Gobierno de Estados Unidos ha ofrecido pocas pruebas de sus afirmaciones de que los inmigrantes son en realidad de bandas, y tampoco ha hecho públicos los nombres de los deportados. Los abogados y familiares de los detenidos afirman que no forman parte de bandas y que no se les ha concedido la oportunidad de rebatir las acusaciones de la istración Trump ante los tribunales.
Uno de esos detenidos es un hombre de Maryland, Kilmar Ábrego García, cuyo caso saltó a los titulares después de que funcionarios estadounidenses itieran que fue enviado erróneamente a El Salvador. Ábrego García -que fue enviado a la mega prisión CECOT el 15 de marzo a pesar de una orden que lo protegía de la deportación- no ha sido devuelto a Estados Unidos, a pesar de que los tribunales han dictaminado que debe ser traído de vuelta.
Bukele ha rechazado devolver a Ábrego a Estados Unidos: "¿Cómo les voy a devolver un terrorista? Eso no lo vamos a hacer; la pregunta prácticamente ofende. Estamos convirtiendo a EE.UU. en el país mas seguro del mundo,no vamos a devolver a un asesino", ha dicho el salvadoreño durante la rueda de prensa.
La istración Trump confirmó el sábado que Ábrego García permanece en la megaprisión, pero no atendió las demandas del juez de distrito que lleva el caso para que expusiera qué medidas estaba tomando para devolverlo a Estados Unidos. El jueves, el Tribunal Supremo dictaminó que el Gobierno debe "facilitar y efectuar" el regreso a EE.UU. de Ábrego García.
Trump y su círculo más cercano han elogiado al Gobierno de Bukele por acoger a "extranjeros enemigos" y ayudar a EE.UU. a "erradicar organizaciones terroristas". "Vamos a seguir deportando tantos criminales a El Salvador como sea posible", ha dicho Trump. "Son instalaciones muy buenas donde no bromean, se lo he dicho a Pam [Bondi], tenemos que ir un paso más allá". Trump ha apuntado así durante su comparecencia a una extensión dela externalización de los presos a través de cárceles de El Salvador.
Marco Rubio: Bukele está haciendo un "trabajo fantástico"
Durante el fin de semana, otras 10 personas que, según la istración Trump, son de las bandas MS-13 y Tren de Aragua fueron enviadas a El Salvador, según anunció el domingo el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio.
La alianza entre Trump y Bukele "se ha convertido en un ejemplo para la seguridad y la prosperidad en nuestro hemisferio", dijo Rubio. En declaraciones a los periodistas que viajaban el domingo en el Air Force One, Trump dijo que Bukele estaba haciendo un "trabajo fantástico".
"Se está ocupando de muchos problemas que tenemos y de los que realmente no podríamos ocuparnos desde el punto de vista de los costes", dijo el presidente Trump. "Y lo está haciendo realmente, es increíble. Tenemos algunas personas muy malas en esa prisión. Gente a la que nunca se le debería haber permitido entrar en nuestro país", añadió Donald Trump.
Una campaña antipandillas con más de 84.000 detenciones
Bukele sigue siendo muy popular en El Salvador debido, en parte, a la campaña de tres años de su Gobierno contra las poderosas bandas callejeras del país, que se ha saldado con más de 84.000 detenciones. Los grupos de derechos humanos han criticado la campaña antipandillas por la falta de garantías procesales, las duras condiciones carcelarias y los abusos generalizados durante la detención, como la tortura.
En virtud de un acuerdo alcanzado entre El Salvador y Estados Unidos el mes pasado, el Gobierno de Bukele recibirá unos 6 millones de dólares (5,3 millones de euros) para encarcelar a 300 presuntos de la banda venezolana Tren de Aragua. Cuando un juez federal estadounidense ordenó el mes pasado a la istración Trump que diera la vuelta a un vuelo que transportaba a los inmigrantes ya en ruta hacia El Salvador, Bukele escribió en las redes sociales: "Uy... ¡demasiado tarde!".
La istración Trump ha utilizado la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798 para justificar las deportaciones. Cientos han sido trasladados bajo esta ley raramente utilizada, que permite la deportación de nacionales de países considerados hostiles en tiempos de conflicto.
Bukele llegó al poder en junio de 2019, durante el primer mandato de Trump, y desde entonces ha tenido una relación directa con el mandatario estadounidense. A Trump lo que más le preocupaba era la inmigración y, bajo el mandato de Bukele, el número de salvadoreños que se dirigen a la frontera estadounidense se ha reducido drásticamente.