La istración Trump celebró el fallo del Tribunal Supremo, y el presidente dijo que era un "gran día para la justicia en Estados Unidos"
El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha dictaminado que la istración Trump puede reanudar sus deportaciones de venezolanos bajo la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, siempre que se les conceda una audiencia judicial. En una decisión publicada el lunes por la noche, los jueces anularon una orden de un tribunal inferior que impedía temporalmente al Gobierno estadounidense llevar a cabo la controvertida política.
El fallo, con cinco votos a favor y cuatro en contra, y que no tuvo en cuenta cuestiones jurídicas en torno al uso por parte del presidente estadounidense, Donald Trump, de la Ley de Enemigos Extranjeros (que no se usaba desde la Segunda Guerra Mundial), consideró que los migrantes venezolanos acusados de ser de bandas criminales deben disponer de un "plazo razonable" para impugnar su expulsión.
La mayoría de los jueces también argumentó que los abogados que representan a cinco venezolanos se equivocaron al presentar una demanda el mes pasado en Washington y no en Texas, donde los migrantes estaban detenidos. La decisión del Tribunal Supremo se produce pocas semanas después de que 238 venezolanos fueran deportados sin el debido proceso de Estados Unidos a una megacárcel en El Salvador, a pesar de la orden del juez de distrito James E. Boasberg para que los aviones dieran la vuelta.
Divisiones en el seno del tribunal
Brett Kavanaugh, un juez conservador que votó a favor de la última decisión del Tribunal Supremo, señaló que tanto él como sus ocho colegas estaban de acuerdo en que los migrantes debían "recibir una revisión judicial de sus traslados", pero que la cuestión es "dónde debe producirse esa revisión judicial".
Dos de los tres jueces liberales que votaron en contra de la decisión mayoritaria expresaron por escrito su preocupación por el traslado. Sonia Sotomayor, a la que se unieron las magistradas liberales Ketanji Brown Jackson y Elena Kagan, así como la magistrada Amy Coney Barrett en parte, calificó de "sospechosa" la conclusión jurídica del tribunal.
En su voto particular, Sotomayor cuestionó el uso por parte de Trump de la ley de 1798, que hasta entonces solo había sido invocada en tres ocasionespor presidentes estadounidenses: en la Guerra de 1812, en la Primera Guerra Mundial y en la Segunda Guerra Mundial.
El 14 de marzo, Trump dijo que la ley era necesaria para proteger a EE.UU. contra una "invasión" del Tren de Aragua, una banda con raíces en Venezuela. "No hay, por supuesto, ninguna guerra en curso entre Estados Unidos y Venezuela. Tampoco es el Tren de Aragua en sí una 'nación extranjera'", escribió Sotomayor.
"Una amenaza extraordinaria para el Estado de derecho"
Refiriéndose a las deportaciones del mes pasado, la jueza liberal dijo que el aparente plan de la istración Trump era "apresurar a los demandantes a salir del país antes de que un tribunal pudiera decidir si la invocación del presidente de la Ley de Enemigos Extranjeros era legal o si estos individuos eran, de hecho, de Tren de Aragua".
"La conducta del Gobierno en este litigio supone una amenaza extraordinaria para el Estado de derecho. Que una mayoría de este tribunal recompense ahora al Gobierno por su comportamiento es indefendible", añadió Sotomayor. En su declaración escrita, la jueza Jackson dijo que el tribunal se equivocó al tratar el asunto a través de su expediente de urgencia, en lugar de hacerlo a través de argumentos orales e informes completos.
"Con cada vez más de nuestras decisiones más significativas teniendo lugar en las sombras de nuestra agenda de emergencia, el tribunal de hoy deja cada vez menos huella", dijo. "Pero no se equivoquen: Estamos tan equivocados ahora como lo hemos estado en el pasado, con consecuencias igualmente devastadoras. Solo parece que ahora estamos menos dispuestos a afrontarlo".
Trump celebra el fallo
La istración Trump celebró el fallo del Tribunal Supremo, y el presidente dijo que era un "gran día para la justicia en Estados Unidos" en una publicación en su red social, Truth Social.
La secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Kristi Noem, que visitó recientemente la cárcel salvadoreña donde se encuentran presos los 238 deportados venezolanos, también celebró la medida, afirmando que daba a Trump "el poder de detener la invasión de nuestro país por parte de terroristas utilizando poderes de guerra".
Por su parte, la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés), que el mes pasado presentó una demanda judicial en nombre de cinco migrantes venezolanos, también celebró algunos aspectos de la decisión. Lee Gelernt, abogado de la ACLU, afirmó que el énfasis de la sentencia en el debido proceso para los ciudadanos no estadounidenses era una "victoria importante".
En las últimas semanas, algunos informes han sugerido la inocencia de muchas de las personas que, pese a la falta de pruebas y garantías judiciales, fueron deportadas como presuntos de bandas desde Estados Unidos a El Salvador, entre ellos un maquillador venezolano.
Kilmar Abrego García, un salvadoreño que vivió en EE.UU. durante más de una década, también fue enviado recientemente a la megacárcel salvadoreña. Un abogado que trabaja para la istración Trump itió la semana pasada que su deportación se debió a un "error istrativo".
Desde entonces, el Gobierno estadounidense ha afirmado que no tiene capacidad para traer de vuelta a Ábrego García. En su continua lucha contra el poder judicial, Trump y sus aliados han pedido la destitución del juez Boasberg, que emitió la orden de impedir que los venezolanos fueran deportados a El Salvador.