En Caracas, un grupo de costureras voluntarias ha creado un "hospital de juguetes", donde reparan juguetes abandonados para llevar alegría navideña a niños pobres y vulnerables. Venezuela ha visto a 7,7 millones de personas emigrar desde 2014, según la Agencia de la ONU para los Refugiados (UNHCR), dejando tras de sí hogares con ropa y juguetes que recuerdan a los familiares ausentes.
Estos voluntarios transforman estos objetos olvidados en regalos que traen felicidad a otros niños. Las familias que aún permanecen en el país encuentran consuelo en saber que estos juguetes ayudan a mantener viva la esperanza en medio de una crisis que afecta a millones.
