Otros destinos, como Venecia y Barcelona, han obtenido resultados desiguales con el aumento de las tasas turísticas.
Las vacaciones de playa en Bali podrían encarecerse si entra en vigor un impuesto turístico propuesto. Las autoridades balinesas, que luchan contra los riesgos del turismo excesivo, han propuesto un impuesto turístico diario similar a la tasa de desarrollo sostenible de 100 dólares (95 euros) que Bután cobra a la mayoría de los visitantes internacionales.
Wayan Puspa Negara, director de la Alianza de Actores Turísticos Marginales de Bali y legislador de la regencia de Badung, declaró esta semana al 'South China Morning Post' que prevé que la isla "seleccione" a los turistas como hace Bután. El reino ermitaño del Himalaya restringe el número de turistas a 400.000 personas al año y en el pasado ha cobrado hasta 250 dólares (240 euros) al día por visitarlo. "Seleccionan a los turistas desde el punto de vista del gasto", afirma. "Es lo mismo que cuando [los indonesios] van a Estados Unidos, Europa o Gran Bretaña".
Bali se enfrenta al impacto del turismo de masas
La isla de los dioses es uno de los destinos turísticos más populares del mundo. Pero también se ha visto asolada por una oleada de turistas maleducados atraídos por playas paradisíacas, comida deliciosa, rica cultura, alojamiento barato y visiones de autoindulgencia. Aunque el turismo ha transformado Bali y representó más del 60% de la economía de la isla en 2019, sus habitantes mantienen una relación de amor-odio con él. Muchos se han enfadado con el tráfico congestionado, el desarrollo descontrolado y los visitantes revoltosos.
En 2023, un influencer ruso fue deportado de Indonesia tras posar desnudo en un árbol sagrado. Decenas de otros han sido expulsados por trabajar ilegalmente con visados de turista. Mientras tanto, los informes sobre conducción temeraria, altercados con las autoridades y falta de respeto por las costumbres locales han alimentado las peticiones de regulaciones más estrictas en todos los ámbitos.
¿Puede un impuesto turístico frenar los malos comportamientos?
A medida que crece la frustración, las autoridades buscan formas de equilibrar la floreciente industria turística de Bali con el bienestar de la población local y del propio territorio. En 2023, Bali se planteó prohibir el alquiler de motos a los turistas para reducir los accidentes de tráfico. El año pasado, las autoridades locales hicieron una pausa en laconstrucción de nuevos hoteles, villas y clubes nocturnos en zonas de la isla inundadas por el desarrollo. La Oficina de Turismo de Bali también lanzó una campaña publicitaria instando a los viajeros a comportarse con respeto.
Aumentar el impuesto turístico es otra de las opciones que se barajan. El gobernador de Bali, Wayan Koster, planteó por primera vez la idea de un enfoque similar al de Bután en 2023. El pasado febrero, la isla introdujo una tasa única de entrada de 150.000 rupias indonesias (9 euros) para financiar los esfuerzos de conservación. Ahora, las autoridades están reconsiderando la sugerencia inicial de Koster de imponer una tasa más elevada para regular el turismo y atraer a visitantes con mayores ingresos.
Impuestos turísticos: ¿Una tendencia mundial?
Los impuestos turísticos pueden adoptar diversas formas, desde tasas de entrada hasta tarifas de alojamiento por noche o gravámenes diarios a los visitantes extranjeros. También tienen finalidades diferentes. Edimburgoanunció recientemente planes para destinar una tasa a infraestructuras, alojamiento, gestión de destinos e iniciativas culturales. Por su parte, Italiase ha planteado aumentar algunas de sus tasas diarias para combatir el turismo excesivo. La ministra de Turismo, Daniela Santanchè, argumenta que estas tasas fomentan un turismo más responsable.
Pero las tasas turísticas no han sido un bálsamo para los destinos más concurridos. Barcelona tiene una relación conflictiva con el turismo, algo que las tasas no han contribuido a paliar. El verano pasado, los residentes de Barcelona protestaron contra el turismo masivo y los alquileres a corto plazo como Airbnb, rociando a algunos viajeros con agua mientras gritaban "vete a casa."
En el sudeste asiático, Bali tampoco es el único centro de viajes que experimenta con los impuestos turísticos. Tailandia, que acoge a unos 40 millones de viajeros al año, planea reactivar una tasa de 300 baht (8,50 euros) para todas las llegadas antes de finales de 2025. Aún se desconoce cómo se recaudará esta tasa, aunque Sorawong Thienthong, ministro de Turismo y Deportes de Tailandia, dijo que probablemente formará parte de la tarjeta digital de llegada propuesta por el país.
"Si el cobro es complicado, será un inconveniente. Nuestro objetivo es que el proceso sea lo más sencillo posible", declaró en una rueda de prensa esta semana. Con destinos europeos desde Gales hasta Venecia debatiendo también las ventajas de las tasas turísticas, la propuesta de Bali encaja en una conversación global más amplia sobre cómo hacer que los viajes sean más sostenibles. Queda por ver si el aumento de los costes disuadirá a los visitantes o simplemente modificará las pautas de viaje.