Para luchar contra los pisos turísticos ilegales, el Ayuntamiento de Roma prohibió las cerraduras electrónicas, pero un tribunal istrativo de la región del Lacio ha tumbado la propuesta.
Revés judicial a una sencilla medida que forzaba a los arrendadores de pisos turísticos en la capital romana y sus inmediaciones a retirar toda cajetilla o cerradura electrónica de las fachadas de los edificios. Un tribunal istrativo de la región del Lacio, que incluye a Roma, ha revocado ahora esta legislación.
La ley obligaba a los caseros a recibir a sus huéspedes y comprobar su identidad 'in situ', estando obligados a dar parte a la Policía de su presencia en la ciudad en un plazo de 24 horas. Las cerraduras electrónicas hacían más fácil, por tanto, la proliferación de pisos turísticos ilegales en Roma, y en general en aquellas ciudades inundadas por el turismo de masas.
Según un informe de la oficina de estadística italiana ISTAT, en 2023 se registraron un total de 133,6 millones de llegadas a alojamientos turísticos, incluidos pisos de vacaciones y 'airbnbs'. Según la plataforma AirTics, hay más de 511.000 anuncios activos de Airbnb en Italia, de los cuales alrededor del 49% indican en su descripción que tienen una licencia de alquiler a corto plazo.
Al igual que en España o Grecia, las consecuencias negativas del turismo de masas se notan especialmente en el mercado de la vivienda: la fuerte demanda de viviendas vacacionales, sobre todo a través de plataformas como Airbnb, está agravando la escasez de pisos y provocando un aumento en el precio de los alquileres.
Otro ejemplo de los efectos del alquiler vacacional y temporal son las cajetillas electrónicas, que suelen utilizarse en estos pisos de corta estancia. Sin embargo, estos dispositivos están siendo criticados en muchos otros lugares; en Sevilla, por ejemplo, el año pasado fueron untados con heces en señal de protesta.