El Metro de Madrid evacuó con éxito sus 303 estaciones durante el apagón eléctrico que paralizó España, demostrando una respuesta ágil frente al caos circulatorio y la fragilidad del sistema eléctrico.
El apagón eléctrico del pasado 28 de abril sumió a España en un caos circulatorio, afectando especialmente a los servicios de transporte público en las grandes ciudades. Aunque más de 30.000 viajeros tuvieron que ser rescatados de trenes de larga distancia, el transporte público de la metrópolis respondió activamente ante la emergencia.
En Madrid, los autobuses de la Empresa Municipal de Transporte dieron servicio gratuito a los ciudadanos. Más complicado lo tuvo el servicio de metro que, dada su naturaleza eléctrica, no pudo circular. Las más de 300 estaciones de toda la red de la Comunidad se evacuaron de forma eficiente y sin que hubiera ninguna incidencia, pese a los miles de viajeros que lo estaban utilizando cuando se fue la luz. La respuesta del suburbano ha sido un ejemplo de coordinación en una situación de emergencia.
Caos circulatorio
El apagón dejó a la capital española sin semáforos operativos, generando atascos masivos en arterias como el Paseo de la Castellana. La ausencia de luz en las estaciones de metro obligó a cerrarlas, mientras los viajeros eran evacuados con la ayuda de luces de emergencia.
"El metro se paró con las luces apagadas y nos dijeron que era un fallo eléctrico. También dejó de funcionar la cobertura", relató un pasajero en la estación de Cuzco a 'Euronews'. Otros, que iban en sillas de ruedas, enfrentaron dificultades para abandonar las estaciones, pero fueron asistidos por el personal de Metro.
Rafa Villa, responsable de logística del Metro de Madrid, destaca la rápida activación de los protocolos de evacuación: "El Metro de Madrid es un ejemplo de respuesta ágil y eficaz. Los protocolos funcionaron, y nuestra capacidad se puso en marcha con muy buenos resultados", nos dice.
La falta del transporte subterráneo llevó a muchos a buscar autobuses o taxis, pero la demanda era muy alta y las carreteras estaban colapsadas. A pesar de estas dificultades, la Policía Nacional y la Guardia Civil desplegaron 30.000 agentes para ordenar el tráfico y garantizar la seguridad, logrando que no se registraran incidentes graves.
A más de una semana del apagón, las causas del colapso eléctrico siguen sin esclarecerse. El presidente Pedro Sánchez ha solicitado más tiempo para la investigación, mientras la oposición exige responsabilidades. El episodio ha puesto en evidencia la fragilidad del sistema eléctrico español, pero también la solidez de los protocolos de seguridad de muchos servicios públicos.