Cada año, se generan en la UE millones de toneladas de residuos alimentarios y textiles. El mantra de reducir, reutilizar y reciclar para fomentar la economía circular no parece ser suficiente para impulsar el cambio.
Cada año, se generan en la UE unos 60 millones de toneladas de residuos alimentarios, que causan pérdidas económicas de 132.000 millones de euros. Anualmente, el bloque también genera casi 13 millones de toneladas de residuos textiles, de los que 5,2 millones corresponden a ropa y calzado, lo que equivale a 12 kg por persona.
El Consejo Europeo y el Parlamento Europeo acaban de alcanzar un acuerdo provisional sobre la Directiva Marco de Residuos, en el que se fijan nuevos objetivos de reducción que deberán cumplirse de aquí a 2030:
- 30% en comercios, supermercados, restaurantes, catering y hogares.
- 10% en la fabricación y procesamiento de alimentos.
Sin embargo, el sector agrícola, donde se produce alrededor del 11% de los residuos alimentarios, quedó exento. "Uno de los problemas es que la agricultura se ha convertido, en los últimos meses, en un tema político muy delicado. Así que los legisladores son algo reacios a imponer más requisitos al sector agrícola", declaró Robert Hodgson, quien siguió el tema para 'Euronews'.
"En un principio, el Parlamento Europeo quería realizar una revisión para finales de este año, con un posible objetivo para el sector agrícola. Sin embargo, tras las elecciones europeas, el Parlamento Europeo se escoró a la derecha y al final de las negociaciones se decidió hacer una revisión en 2027", añadió.
Algunos Estados están logrando mejores resultados en la reducción del desperdicio de alimentos: Bélgica, la República Checa, Francia, Italia, Luxemburgo, los Países Bajos y Portugal cuentan con los mejores mecanismos para donar alimentos que siguen siendo seguros para el consumo.
Aun así, muchos alimentos que siguen siendo aptos para el consumo acaban en el cubo de la basura, sobre todo en entornos exclusivos como casinos, hoteles y cruceros.
"Esto exige un cambio en la forma de trabajar con los alimentos, en cómo utilizar todos los ingredientes. Cuando hablo con los cocineros de los restaurantes, la verdad es que están muy dispuestos a trabajar en esto porque, además, a nadie le gusta tirar comida buena", afirmó el diputado ecologista danés Rasmus Nordqvist, ponente alternativo de esta directiva.
¿Combatir la moda de lo rápido y lo barato?
No existen objetivos específicos para el sector textil, que en su lugar estará cubierto por el régimen de Responsabilidad Ampliada del Productor. Las empresas tendrán que pagar una determinada tasa para cubrir los gastos relacionados con la recogida, clasificación y reciclaje de la ropa una vez convertida en residuo.
"Cada país tendrá margen para aumentar esas tasas en el caso de la moda rápida, basándose en ideas sobre cuánto tiempo están las prendas en el mercado y cuánto tiempo está previsto que se usen. Pueden aumentar las tasas a las empresas que producen ropa "de usar y tirar"", según Robert Hodgson.
La UE también participa en la exportación ilegal de residuos textiles a países menos desarrollados. Austria, Dinamarca, Finlandia, Francia y Suecia respaldan una propuesta para que los textiles se clasifiquen junto a los plásticos y los productos electrónicos en un tratado internacional destinado a evitar la transferencia de residuos peligrosos a los países menos desarrollados.
Rasmus Nordqvist trabajó en la industria textil durante dos décadas antes de dedicarse a la política y espera que la directiva ponga freno a esta práctica, ya que "en realidad estamos exigiendo a los productores que asuman su responsabilidad a lo largo de toda la cadena de valor".
"No vamos a cambiar todo el sector sólo con esta directiva, pero es un paso importante porque, en primer lugar, tenemos que observar cómo consumimos los productos textiles, pero también qué hacemos con ellos. Y necesitamos circularidad en la industria de la moda. Pero ese es el siguiente paso", explicó.
La alimentación y el textil son dos de los sectores europeos que más necesitan adaptarse al Pacto Verde, para que la industria sea más respetuosa con el medio ambiente. Pero no se trata sólo de métodos de producción que reduzcan el uso de recursos naturales y las emisiones de gases contaminantes. Evitar el despilfarro de los consumidores y desarrollar nuevos enfoques de la cultura de los residuos es una gran parte del reto.
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Periodista: Isabel Marques da Silva
Producción de contenido: Pilar Montero López
Producción de vídeo: Zacharia Vigneron
Grafismo: Loredana Dumitru
Coordinación editorial: Ana Lázaro Bosch y Jeremy Fleming-Jones