Ucrania no será miembro de la UE, la inflación será combatida nuevamente con congelación de precios, se avecinan grandes recortes de impuestos a familias y no se debería organizar el Orgullo este año: estos fueron algunos de los temas en el discurso de evaluación anual del primer ministro húngaro.
PUBLICIDAD2025 debe ser el año de los avances, dijo el primer ministro húngaro en su discurso de balance anual, pronunciado el sábado en el Bazar Várkert de Budapest. Orbán afirmó que este año "la lucha continuará", que (Hungría) se ha rebelado hasta ahora y que "ahora queremos ganar".
Dijo que, después de Hungría, Estados Unidos "también se ha rebelado, pero advirtió que "no hay que creer que la rebelión exitosa de Estados Unidos traerá la victoria" a Hungría. "No pueden ganar por nosotros, sólo pueden mejorar nuestras posibilidades", añadió, señalando que el presidente estadounidense Donald Trump "no es nuestro salvador, sino nuestro compañero de armas (...) tanto es así que durante la batalla de David contra Goliat, ha llegado el hermano de David, que parece un tipo bastante fuerte".
Declaró que (a los húngaros) "se nos ha dado la oportunidad de salir de la fortaleza sitiada, y no sólo salir, sino atravesar las murallas del imperio", y por eso, en su opinión, "ahora debemos pensar con valentía y en grande".
Obrán también afirmó que se están librando cinco batallas contra Bruselas, una de las cuales es la cuestión de la migración, y dijo que Hungría "no cederá". En cuanto a la guerra cultural, sugirió que se escriba en la Constitución que un hombre o es hombre o es mujer, y aconsejó a los organizadores del Orgullo de este año que "no se molesten" en los preparativos del desfile.
"Hemos perdido a nuestro presidente de la república y a nuestro cabeza de lista de la UE, y nuestra guerra cada vez tiene peor pinta (.....) la traición no ha cesado. Resulta que desde aquí, la primera fila de la revista anual, no hay tanta distancia hasta la taquilla bruselense del señor Weber", dijo refiriéndose a Péter Magyar y su movimiento, que según algunos sondeos ya ha arrebatado el liderazgo a Fidesz. "Quien traiciona a sus amigos traiciona a su partido. Este tipo traiciona a cualquiera a la primera de cambio. ¿No traicionaría a su propio país?", acusó el primer ministro al líder de la oposición.
Viktor Orbán dijo que los húngaros habían hecho lo que les correspondía para cambiar el mundo, mucho más allá de su tamaño, fuerza económica y población. En sus palabras, "fuimos los pioneros. los iniciadores de la rebelión". Orbán expresó su gratitud a todos los "húngaros rebeldes" que, en su opinión, "defendieron su patria frente al imperio con su diligencia, trabajo y obstinación". Y agegó: "Estoy agradecido por poder servir a un pueblo así, y todos los políticos del mundo pueden sentir envidia de ellos".
Medidas contra la inflación
El primer ministro calificó la elevada inflación de inasequible. Dijo que las cadenas de supermercados habían subido el precio de la leche un 39% y el de los huevos un 35%, y ordenó a Martyn Nagy que llegara a un acuerdo con las cadenas. Si no se llega a un acuerdo, limitarán el nivel de beneficios comerciales. También se anunciará el programa de 100 nuevas fábricas, "porque el objetivo no es cerrar fábricas sino desarrollarlas".
El Gobierno quiere presentar "el mayor programa de reducción de impuestos de Europa", dijo el diario económico húngaro 'HVG'. Según la idea de Orbán, se podrán deducir 20.000 florines húngaros del impuesto por un hijo, 80.000 por dos hijos y 200.000 por tres hijos. Las madres con dos y tres hijos estarían exentas del impuesto sobre la renta por el resto de sus vidas.
En el discurso también se habló de Ucrania, y Orbán dijo que su vecino del este "volverá a ser una zona de contención, no será miembro de la OTAN". Pero, ¿se convertirá en miembro de la UE?, se preguntó, y luego dijo que Ucrania nunca se convertiría en miembro de la Unión Europea en contra de Hungría y los húngaros, porque eso "arruinaría a los agricultores húngaros".