En un contexto de creciente desconfianza hacia los medios tradicionales, los verificadores de hechos, responsables de desmentir información falsa, enfrentan un desafío adicional: convertirse en blanco de críticas y abusos.
Un nuevo informe del Observatorio Europeo de Medios Digitales (EDMO) revela que los verificadores de hechos son cada vez más objeto de acciones hostiles que les impiden realizar su trabajo con eficacia. Según el informe, el 66% de los encuestados, entre los que se encontraban académicos, verificadores de hechos y periodistas, afirmaron haber sido víctimas de incidentes como acoso en línea, intimidación, amenazas o daños físicos y 'doxing' (revelación de información personal sobre alguien sin su consentimiento).
El informe de EDMO afirma que la mayoría de los comportamientos hostiles se producen únicamente en el entorno en línea, pero una "cantidad significativa" ocurre tanto en línea como en la vida real. Los incidentes exclusivamente en línea son muy raros, según el EDMO.
Según el informe, la forma de abuso más frecuente es el 'trolling' (la publicación de mensajes provocativos u ofensivos con el objetivo de boicotear a alguien), seguida de los correos electrónicos amenazantes, el 'brigading' (campañas coordinadas de acoso en línea) y el 'doxing'. Según el EDMO, estos ataques suelen estar provocados por represalias por el trabajo realizado en temas polémicos y por la desconfianza hacia la comunidad verificadora.
En concreto, son consecuencia de la comprobación de hechos sobre temas como las afirmaciones engañosas de COVID-19, la migración, el medio ambiente y las mujeres. El trabajo de investigación sobre grupos de extrema derecha o redes de teoría de la conspiración en línea también es un desencadenante común, al igual que hablar en público sobre temas como las teorías de la conspiración y la regulación de plataformas.
Como parte de la represalia, la gente tiende a tachar a los 'fact-checkers' de "censores", "agentes extranjeros" y "políticamente parciales", y a acusarlos de recibir financiación dudosa, según el EDMO, en un intento de deslegitimarlos.
¿Quién está detrás?
Entre los autores de los abusos figuran individuos, grupos con motivaciones ideológicas, medios de comunicación alternativos e incluso entidades políticas o gubernamentales. "Los agentes estatales y los medios relacionados con el Gobierno fueron particularmente mencionados en Hungría, así como en Eslovaquia, como responsables de acoso y otras acciones adversas", dijo el EDMO.
En algunos países, como Irlanda, se produjeron avances positivos, como la creación de líneas directas entre los profesionales de los medios de comunicación y las autoridades policiales y la celebración de reuniones periódicas para debatir las amenazas. En otros, está ocurriendo lo contrario, con las autoridades aumentando el nivel de vigilancia y poniendo en peligro la libertad de expresión, según el informe.
"La adopción a principios de 2024 de la Ley de Protección de la Soberanía en Hungría es un buen ejemplo, con la creación de una Oficina de Protección de la Soberanía (SPO) que actúa para desacreditar a los medios de comunicación independientes, acusándolos de difundir desinformación al servicio de intereses extranjeros", añadió el EDMO.
Aunque la mayoría de los 'fact-checkers' que sufren abusos afirman que ocurren esporádicamente, algunos también dicen ser víctimas de abusos frecuentes, sobre todo después de publicar trabajos sobre temas controvertidos. Alrededor del 44% de los encuestados afirmaron que los abusos eran esporádicos, poco frecuentes o que no los sufrían en absoluto. Otro 17% afirma sufrirlos semanalmente, un 15% mensualmente, un 12% diariamente y un 10% trimestralmente.
Los resultados del informe en general muestran los riesgos persistentes y crecientes a los que se enfrenta la comunidad de la lucha contra la desinformación en Europa y fuera de ella, advirtió el EDMO. En una época de creciente desconfianza en los medios de comunicación dominantes, quienes se encargan de aclarar y desmentir las afirmaciones son también cada vez más objeto de esa misma desconfianza.
Para contrarrestar la tendencia al aumento de los abusos, el informe recomienda reforzar las redes de apoyo entre pares, elaborar directrices sobre cómo prepararse para acciones adversas y reforzar la seguridad tanto en línea como fuera de ella. También pide una mayor concienciación entre los responsables políticos y una mayor protección para los verificadores de hechos, incluido un sólido apoyo jurídico para quienes realizan su trabajo.
"EDMO hace un llamamiento a todas las autoridades competentes para que aborden este alarmante reto con la mayor determinación, en consonancia con la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE", declaró la organización.