La Ley de Economía Circular, prevista para finales de 2026, contemplará la revisión de varios instrumentos europeos para que los modelos circulares sean más competitivos en el panorama internacional.
"Ya tenemos muchas políticas, lo que necesitamos es acertar desde el punto de vista económico", declaró a 'Euronews' la comisaria europea de Medio Ambiente, Jessika Roswall.
Roswall es la artífice de la futura Ley de Economía Circular de la Comisión Europea, que sucederá al Plan de Acción de Economía Circular (CEAP) aprobado hace cinco años.
La iniciativa debe incluir la actualización de las normas vigentes para fomentar la "competitividad circular" e impulsar la tasa de reciclado de la UE. En 2022, solo el 12 % de los productos consumidos procedían del reciclado.
Residuos electrónicos: hay oro en el desván
El plan podría incluir una revisión de la Directiva RAEE (Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos), que regula las normas y objetivos en cuanto a la recogida y el tratamiento de los residuos electrónicos, desde pequeñas pilas a es fotovoltaicos.
En casi 20 años, la Directiva RAEE ha multiplicado por diez la cantidad de residuos electrónicos recuperados y tratados adecuadamente en la UE, pero no todos los Estados han alcanzado los objetivos fijados. Algunos RAEE siguen sin recogerse, se procesan de forma inadecuada o se exportan ilegalmente.
La UE quiere aumentar la proporción de materiales recuperados para reducir la de materiales vírgenes importados para los nuevos equipos eléctricos y electrónicos. La Ley de Economía Circular debe centrarse en la recuperación de materias primas críticas. Esta estrategia se presenta como un medio para reforzar la seguridad económica de la UE en un contexto de tensiones comerciales internacionales.
"Las cifras de circularidad son demasiado bajas. Dada la actual situación geopolítica, es el momento de volvernos circulares, pero de verdad", declaró la comisaria Roswall a Euronews.
La Ley de Materias Primas Críticas (CRM): la nueva fiebre del oro
En 2024, la UE adoptó la Ley de Materias Primas Críticas (Ley CRM), cuyo objetivo es reforzar la seguridad de suministro de la UE de una serie de metales y otros componentes esenciales para las transiciones ecológica y digital.
La Unión Europea ha elaborado una lista actualizada periódicamente de materiales considerados "críticos", como los metales de tierras raras, el cobre o el cobalto, y otra de materiales considerados "estratégicos", como el bismuto y el metal de magnesio.
El objetivo de la UE es alcanzar una tasa de reciclado del 25 % de las materias primas críticas, frente al 1 % actual. Para ello es necesario invertir en las infraestructuras necesarias, como parte del Pacto Industrial Limpio presentado el año pasado.
Un mercado común de residuos
La economía circular debe aplicarse también a otros sectores de la economía, como la construcción, el textil y la industria automovilística. La ley que está en preparación prevé la revisión de la Directiva Marco de Residuos y fomenta la creación de un "mercado común de residuos".
A pesar de los intentos de armonización, la fragmentación existente entre los requisitos nacionales, como en el caso de los sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor (EPR), plantea problemas de competencia y costes. Un mercado intracomunitario de residuos es el objetivo de Bruselas, que, por otro lado, ha endurecido recientemente las normas sobre exportación de residuos fuera de la UE.
"Tenemos que cambiar de mentalidad y ver los residuos como un activo", añadió Roswall, precisando que también considera el agua como un residuo. La UE ha reforzado recientemente su legislación sobre aguas residuales urbanas. Prevé maximizar la reutilización del agua para el riego en las mayores estaciones depuradoras del continente.
La lucha contra la cultura del usar y tirar
Además del reciclado, la UE fomenta que se prolongue la vida útil de los productos. El Reglamento de Ecodiseño de Productos Sostenibles (ESPR) entró en vigor en 2024 y su objetivo es crear oportunidades económicas en la refabricación, el reciclaje o la reparación.
La Comisión Europea ha planteado el concepto de "derecho a reparar" en forma de incentivos para hacer más fácil y atractiva la reparación de los productos con el fin de reducir los residuos.
También se adoptó una directiva destinada a "empoderar a los consumidores para la transición ecológica" con el fin de ofrecerles mejor información sobre la durabilidad de los productos.
Según una encuesta realizada en 2020, el 77 % de los europeos dijeron que habrían preferido reparar sus bienes, pero que tuvieron que comprar otros nuevos por falta de servicios de reparación.