Ciudades como Ahmedabad siempre han tenido veranos calurosos, pero ahora se acercan al umbral a partir del cual la exposición durante más de unas horas puede ser mortal.
Son poco más de las 10:00 de la mañana y el calor ya aprieta en las afueras de la ciudad de Ahmedabad, en el oeste de la India. Sapnaben Chunara, de 30 años y madre de tres hijos, acaba de terminar sus tareas matutinas. Busca un respiro del calor a la sombra de un árbol de neem, una especie que soporta las altas temperaturas y la sequía.
Chunara pasa la mayor parte del día al aire libre en Vanzara Vas, un barrio de bajos ingresos de unas 800 familias, porque en su casa con tejado de hojalata hace aún más calor. Las temperaturas interiores pueden ser aún más altas, sobre todo cuando en el exterior superan los 40ºC. Antes era raro, pero ahora ocurre con regularidad. Y este año, el calor empezó tres semanas antes que en años anteriores, rozando los 43ºC a principios de abril.
"A veces hace tanto calor que no puedo pensar con claridad", dice Chunara, con un reloj inteligente negro que contrasta con sus coloridos brazaletes y su sari. Chunara es una de los 204 habitantes de Vanzara Vas que han recibido los relojes inteligentes para un estudio de un año de duración destinado a averiguar cómo afecta el calor a las comunidades vulnerables de todo el mundo. Los relojes miden la frecuencia cardiaca y el pulso y controlan el sueño, y los participantes se someten a controles semanales de la tensión arterial.
Los investigadores también pintaron algunos tejados con pintura reflectante para reducir el calor interior y los compararán con viviendas sin los llamados tejados frescos mediante sensores de calor interior. Junto con los relojes inteligentes, esto los ayudará a comprender hasta qué punto los techos frescos pueden ayudar a los hogares pobres a hacer frente a los veranos abrasadores de la India.
Chunara, en cuya casa no se instaló un tejado frío, dice que está contenta de participar llevando el reloj, segura de que los resultados ayudarán también a su familia. "Quizá pinten también mi tejado, y puedan hacer algo que nos ayude a todos los habitantes de esta zona a soportar mejor el calor", afirma Chunara.
El calor asesino es la nueva normalidad en India
Ciudades como Ahmedabad siempre han tenido veranos calurosos, pero ahora se acercan al umbral a partir del cual la exposición durante más de unas horas puede ser mortal. En el verano de 2010, la ciudad fue testigo de casi 1.300 muertesen exceso (cuántas personas más murieron de lo que cabría esperar) que, según los expertos, se debieron con toda probabilidad a las altas temperaturas.
Un planeta cada vez más caliente, debido en gran parte a la quema de combustibles fósiles como el carbón y el gas que liberan dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero, significa que las regiones ya de por sí calurosas están empeorando aún más.
Un estudio realizado en 2023 estimaba que si la temperatura media global sigue aumentando hasta algo menos de 2°C, se produciría un aumento del 370% de las muertes relacionadas con el calor en todo el mundo, y la mayoría se producirían en el sur y el sudeste de Asia y en África.
"Se trata de una gran preocupación, y también muestra la brecha del calor entre pobres y ricos", afirmó Abhiyant Tiwari, experto en clima del Consejo de Defensa de los Recursos Naturales y parte del grupo que realizó la investigación en Ahmedabad.
Tras la tragedia de 2010, las autoridades municipales, con la ayuda de expertos en salud pública y calor, diseñaron un plan de acción para avisar a los ciudadanos cuando el calor alcanza niveles peligrosos y preparar a los hospitales de la ciudad para responder rápidamente a las enfermedades relacionadas con el calor. El plan se ha reproducido en toda la India y otras partes del sur de Asia.
Los dos últimos años han sido los más calurosos del mundo, y los investigadores esperan que su trabajo pueda proporcionar una línea de defensa adicional a quienes soportan el peso del aumento del calor.
Soluciones contra el calor
El estudio de Ahmedabad es sólo una parte de un proyecto de investigación global que examina cómo está afectando el calor a las comunidades pobres y vulnerables de cuatro ciudades de todo el mundo.
Los investigadores también están midiendo los efectos del calor mediante relojes inteligentes y otros dispositivos en Burkina Faso (África), la isla de Niue (Pacífico), cerca de Nueva Zelanda, y la región del desierto de Sonora (México).
Más de 1.100 millones de personas -aproximadamente una octava parte de la población mundial- viven en asentamientos informales y barrios pobres que son especialmente vulnerables, explica Aditi Bunker, investigadora de salud ambiental asociada a la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) y la Universidad de Heidelberg (Alemania), que dirige el proyecto mundial.
En Ahmedabad, Bunker, junto con investigadores del Instituto Indio de Salud Pública de Gandhinagar y la Corporación Municipal de Ahmedabad, recopila constantemente datos sanitarios relevantes. Si descubren que los tejados frescos reducen eficazmente el calor interior, planean pintar los tejados de todas las viviendas.
Los investigadores esperan que su estudio conduzca a un mayor uso de soluciones como los tejados frescos en poblaciones pobres y vulnerables de todo el mundo, y que los responsables políticos tengan en cuenta este tipo de soluciones a la hora de decidir cómo pueden adaptarse sus países y comunidades a la creciente exposición al calor.
De momento, los habitantes de Vanzara Vas como Chunara y su vecina, Shantaben Vanzara, dicen que aceptarán cualquier ayuda que puedan recibir. Shantaben Vanzara afirma que el calor ha empeorado su diabetes, pero que participar en el estudio ha dado un respiro a su familia.
"El calor no nos deja dormir", explica. "Después de pintar el tejado, podemos dormir al menos unas horas por noche". Chunara dijo que las temperaturas solían ser predecibles. "Ahora no sabemos cuándo ni qué va a pasar", afirmó. "Lo único que sabemos con certeza es que el calor empeora cada año", lamentó Chunara.