Desentrañar los datos sísmicos podría ayudar a buscar agua dulce subterránea en África, donde la escasez de agua potable afecta a dos tercios de la población.
En Tanzania, una exploración geológica en busca de agua parecía condenada al fracaso hasta que Fridtjov Ruden, uno de los hidrogeólogos del proyecto, tuvo una idea poco ortodoxa. En lugar de perforar a ciegas o evaluar sólo la capa superior de la tierra, recurrió a la riqueza de datos geológicos de laindustria petrolera para señalar dónde podría haber agua dulce almacenada bajo tierra.
Una radiografía de la Tierra hizo que el agua brotara a raudales
Lo que descubrió era casi demasiado bueno para ser cierto: tras meses de perforaciones infructuosas, la información sísmica, una especie de radiografía de la tierra, reveló que el agua dulce estaba allí mismo, sólo un poco más profundo de lo que había estado buscando. Animado por el hallazgo, Ruden empujó a su equipo a perforar tres nuevos pozos, cada uno de 600 metros de profundidad. Esta vez, el agua brotó a borbotones.
"Todo el mundo se entusiasmó porque era el descubrimiento de un acuífero que nadie sabía que existía", dice Elizabeth Quiroga Jordan, ingeniera petrolera de Ruden AS, la empresa que Ruden fundó junto con su hija Helene Ree cuatro años después.
Resultó que el acuífero era lo bastante vasto como para abastecer de agua a dos millones de personas durante más de un siglo. Este descubrimiento crucial ilustra una solución que podría cambiar las reglas del juego y reducir drásticamente el coste de solucionar el problema más atroz de África: la falta de agua potable.
La escasez de agua es un problema insidioso que afecta a 1.340 millones de personas en toda África, aproximadamente dos tercios de la población, desencadenando una cascada de consecuencias.
Los habitantes de los países con escasez de agua no sólo están más expuestos a contagios mortales y mayores niveles de pobreza, sino que también corren más riesgo de sufrir conflictos y desplazamientos forzosos.
Obtener datos de la industria petrolera
La ventaja de aprovechar los datos existentes de las empresas petroleras para cartografiar los acuíferos profundos y abordar la crisis del agua en África es evidente. La reducción de los costes y de los plazos supondría un enorme beneficio para los proyectos de exploración de recursos hídricos, sobre todo si se tiene en cuenta que esta industria no dispone de los recursos que tienen el petróleo y el gas.
Helene Ree Ruden abandonó su carrera en el sector de los medios de comunicación para ayudar a su padre a reforzar el aspecto comercial de su empresa. Explica que su objetivo es "arrastrar a las petroleras a este mundo acuático donde la gente todavía anda con palos intentando encontrar agua".
"Cuando han perforado hasta 5.000 metros y no hay petróleo, se limitan a decir que es un pozo seco, aunque esté lleno de agua dulce", añade. Sin embargo, acceder a este tesoro de datos no es nada sencillo. El equipo de Ruden no tardó en darse cuenta tras conseguir una licitación del Gobierno de Noruega para buscar agua en Somalia, una región con características geológicas similares a Tanzania.
"Lo que en Noruega no sabían es que para ejecutar este proyecto se necesita la información petrolífera, y los datos petrolíferos están en manos del Ministerio de Petróleo", explica Quiroga Jordan.
Las negociaciones para conseguir estos datos requirieron una ofensiva de encanto cuidadosamente orquestada para "hacer entender al Ministro de Petróleo que no estábamos buscando petróleo". Al final, se tardaron tres años en compartir los datos.
La difícil tarea de persuadir a las empresas petroleras
Según Abbe Brown, catedrático de propiedad intelectual especializado en el sector energético de la Universidad de Aberdeen, persuadir a las empresas petroleras y gasísticas para que compartan sus datos sísmicos sigue siendo una táctica legal.
"Es bastante raro que un país obligue a compartir información a nivel nacional y también internacional", afirma Brown.
Aún así, hay signos de progreso. En países como el Reino Unido y Canadá, los organismos reguladores han presionado recientemente para que esos datos sean más accesibles acortando el tiempo que transcurre hasta que se hacen públicos, explica.
Pero estos intentos se han topado rápidamente con una oleada de litigios, lo que pone de manifiesto los futuros retos a los que podrían enfrentarse empresas como Ruden AS.
El bombeo de aguas subterráneas: ¿Una solución real para África?
A medida que el cambio climático, el rápido aumento de la población y los sistemas inadecuados de gestión del agua conspiran para hacer que el agua dulce sea cada vez más escasa en el futuro, bombear agua subterránea de los pozos puede dejar de ser un lujo.
En la década de 2010, los científicos descubrieron abundantes acuíferos subterráneos que atraviesan el continente afectado por la escasez de agua, lo que despertó esperanzas sobre esta fuente de agua. Sin embargo, los expertos advierten de que el agua subterránea por sí sola no sería la solución.
Los retos de la gestión de acuíferos
Gaathier Mahed, profesor titular de la Universidad Nelson Mandela de Sudáfrica y experto en aguas subterráneas y acuíferos, ha señalado que varios factores determinan en qué medida los acuíferos pueden ayudar a satisfacer las necesidades de las comunidades. Entre ellos figuran la proximidad del acuífero a las zonas de demanda, la calidad del agua y la disponibilidad de infraestructuras. Otro reto es que, incluso cuando estos elementos coinciden, persiste el riesgo de mala gestión o bombeo excesivo, lo que podría poner en peligro estas reservas de agua vitales.
Pero ante las sequías recurrentes, la necesidad de soluciones más duraderas y sistémicas es innegable. "No se puede seguir enviando ayuda humanitaria por situaciones que sabes que seguirán ocurriendo cada año cuando sabes que hay soluciones más a largo plazo para arreglarlo", argumenta Elizabeth Quiroga Jordan.