La Niña es la contrapartida de El Niño, que provocó sequías y un calor mortal en 2024.
La Niña por fin ha llegado, pero es débil y los meteorólogos afirman que es poco probable que cause tantos problemas meteorológicos como de costumbre. Los expertos llevaban esperando la llegada de este fenómeno climático desde la pasada primavera, pero finalmente, el enfriamiento de las aguas del Océano Pacífico ecuatorial central fue confirmado a principios de enero por la istración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). Por su parte, El Niño terminó en junio del año pasado tras un inusual periodo de tres años.
Lars Lowinski, meteorólogo de Weather & Radar, afirma que las previsiones para la temporada invernal 2024/25 sugerían un fenómeno mucho más pronunciado a partir del verano.
"Sin embargo, en realidad tardó muchos meses más, y hasta diciembre de 2024 no apareció una señal clara, y es bastante débil en comparación con lo que vimos entre finales de 2020 y 2023", afirma. Es probable que su aparición tardía sea objeto de muchas investigaciones. Los expertos de la NOAA ya se preguntan si la llegada tardía de La Niña puede haberse visto influida o incluso enmascarada por el calentamiento de los océanos.
¿Qué es La Niña?
El Niño Oscilación del Sur (ENOS) es un patrón alternante de la temperatura de la superficie del mar y los cambios atmosféricos en el Océano Pacífico tropical. El año pasado provocó sequías, escasez de alimentos y un calor mortífero en algunas partes del mundo.
La Niña es una fase de este ciclo, caracterizada por temperaturas de la superficie del mar más frías que la media en el Pacífico ecuatorial centro-oriental. El extremo opuesto de esta oscilación de la temperatura de la superficie del mar, El Niño, presenta aguas superficiales más cálidas que la media.
El ENOS es un fenómeno estacional, es decir, que dura varios meses seguidos y provoca cambios atmosféricos que repercuten en los patrones meteorológicos de todo el mundo. Puede cambiar las temperaturas globales, así como los patrones de lluvia o nieve, de forma relativamente predecible.
La Niña tiende a disminuir las temperaturas globales, provocando un tiempo más seco en el sur y el oeste de América. En Indonesia, el norte de Australia y el sur de África, el clima es más húmedo. También suele traer más huracanes en el Atlántico, pero los meteorólogos prevén que esta fase se disipe en verano, cuando empiece lo peor de la temporada.
¿Qué supone La Niña para el tiempo en Europa?
Lowinski afirma que la mayor señal de La Niña en Europa se encuentra durante el invierno. Esto se debe a lo que se denomina mecanismo de teleconexión: patrones meteorológicos a gran escala en otras partes del mundo que interactúan con los más cercanos.
Se vigilan dos zonas diferentes del Pacífico: el Pacífico Central (PC) y el Pacífico Oriental (PE). Es importante diferenciarlas porque lo que ocurre en estas dos cuencas tiene repercusiones distintas en nuestro clima. "Si la anomalía fría más fuerte durante La Niña se produce en la región del Pacífico Oriental, el Atlántico Norte y la región occidental de Europa tienden a sufrir tormentas o sistemas de bajas presiones más débiles y más altas de bloqueo, lo que a menudo conduce a condiciones más secas y, a veces, más frías", explica.
"Sin embargo, una anomalía fría en la región del Pacífico Central tiende a dar lugar a un patrón que se asemeja al llamado patrón positivo de la Oscilación del Atlántico Norte (NAO), con una corriente en chorro más fuerte y más actividad tormentosa en el Atlántico cercano y Europa occidental, lo que da lugar a condiciones más suaves, húmedas y ventosas".
Eso es lo que ocurre en teoría, aclara Lowinski, pero hay otros factores importantes que pueden afectar a nuestro tiempo en Europa, como la NAO, los vientos en la estratosfera cerca del ecuador e incluso la convección tropical sobre el océano Índico. Además, las previsiones actuales apuntan a una vuelta a las condiciones neutras antes del verano de 2025, por lo que es probable que esta vez no haya tendencias muy marcadas en ninguno de los dos sentidos.