Desde himnos de sauna hasta perros del espacio: estas son nuestras canciones favoritas para Eurovisión 2025

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Eurovisión regresa en su 69ª edición, y esta vez el concurso de canto más loco del mundo vuelve a Suiza, el país que acogió el primer certamen en 1956.

Tras la dramática edición del año pasado, en la que se produjeron protestas generalizadas por la participación de Israel y la inesperada exclusión del holandés Joost Klein, este año parece que habrá el mismo caos, controversia y acampada.

La tormenta política no se ha calmado. Eslovenia, España, Islandia y, más recientemente, Irlanda han expresado su preocupación a la Unión Europea de Radiodifusión (UER) porla inclusión de Israel de nuevo este año, alegando sus continuas acciones militares y el bloqueo de Gaza. Por su parte, 72 antiguos concursantes de Eurovisión han firmado una carta abierta en la que piden la prohibición del país.

Pero no todo es política mundial, también se repiten las habituales ridiculeces eurovisivas. Un ejemplo: Miriana Conte, candidata de Malta , tuvo que cambiar el título de su canción, 'Kant', después de que la UER decidiera que sonaba demasiado como... una palabra de cuatro letras un poco más traviesa en inglés. Y en un sorprendente giro a mejor, este año se presenta el mayor número de candidaturas no inglesas desde que se suprimió la norma lingüística en 1999.

Antes de la gran final, que tendrá lugar el sábado 17 de mayo, hemos escuchado valientemente las 37 candidaturas para que no tengas que hacerlo tú (en serio, no lo hagas). Y aunque muchas de ellas parecen canciones que se oirían en los vestuarios de un H&M, hay algunas joyas.

Así que aquí están nuestras selecciones, las que creemos que podrían llevarse el trofeo o, al menos, convertirse en favoritas de culto entre los fieles de Eurovisión.

Go-Jo - 'Milkshake Man' (Australia)

Este año, Australia sí que ha entendido la tarea con su propuesta para Eurovisión, 'Milkshake Man', un temazo espumoso, coqueto y lleno de insinuaciones de Go-Jo, el bicho raro del pop franco-austríaco. Digamos que es una canción muy apropiada para el 69º año del concurso.

Son tres minutos de pura alegría sin pasteurizar. "I can tell you want a taste of the milkshake man" suena sobre un ritmo psicodélico de synth-pop: es campy, increíblemente pegadiza y totalmente poco seria. Y, sinceramente, eso es un soplo de aire fresco en un concurso que a veces se cree la solución a la paz mundial.

Los espectadores intolerantes a la lactosa también pueden alegrarse por fin con un poco de representación divertida basada en los lácteos, ya que la cantante de 29 años declara: "Tengo chocolate, vainilla y sin lactosa / y un plátano de caramelo que tienes que ver".

Dale un par de escuchas y, para cuando llegue la final, lo más probable es que tú también estés suplicando probar al Hombre Batido. Por favor, beba con responsabilidad.

Theo Farrant

Emmy - 'Laika Party' (Irlanda)

¿Has oído hablar de Laika, la perra espacial soviética? Fue lanzada al espacio a bordo del Sputnik 2 en noviembre de 1957 y murió poco después de hipertermia. No es una historia que suene a canción de Eurovisión, pero la cantante noruega Emmy, que representa a Irlanda en el certamen de este año, la ha convertido en una al darle a Laika el final feliz que se merecía.

Y precisamente por eso va a recibir mi voto: porque la vida es cruel, y reescribir sus tragedias en canciones optimistas es, sin duda, una forma de sobrellevarlo.

Para los millennials y los mayores de la generación Z, también es un retroceso al europop de estilo retro que una vez fue la banda sonora de los sorbos de squash en las discotecas escolares en la década de 2000. Esa cualidad nostálgica adquiere todo su sentido cuando te das cuenta de que no es sólo una canción sobre un cachorro aeronauta, sino también sobre la dulce ingenuidad de las esperanzas de la infancia.

Mientras el estribillo grita: "Espero que Laika nunca haya muerto y que siga girando a nuestro alrededor / y que tenga una fiesta en el aire y siempre la tendrá", ¿alguien ha encendido la máquina del viento aquí dentro? ¡Se nos han vuelto a saltar las lágrimas!

Emmy, de 24 años, lleva participando en varios concursos internacionales desde que tenía 15, pero ésta es su primera vez en Eurovisión. Se inspiró para escribir sobre Laika después de que un concurso familiar planteara el tema: "Me hizo pensar en lo increíblemente triste que era su historia", explica a Eurovisionworld. "Y eso me hizo querer escribirle una historia feliz".

Aunque no es tan abiertamente oscura comola canción irlandesa de Bambi Thug del año pasado, 'Laika Party' destila una innegable melancolía, impulsada por la alegre melancolía de su sonido escandinavo. Es totalmente disparatada, pero también sorprendentemente significativa. Hay algo que reafirma la vida en el heroísmo de un perrito al que se le da el dramatismo emotivo de una canción pop.

¿Y qué es Eurovisión sino puro escapismo de los terrores implacables del mundo? Un acontecimiento tan lleno de chillones espectáculos y tonterías que nos permite desaparecer en una realidad alternativa, en la que los cañones disparan purpurina y Laika sigue bailando feliz entre las estrellas.

Amber Bryce

JJ - 'Wasted Love' (Austria)

Austria espera conseguir su tercera victoria en Eurovisión con el contratenor austriaco-filipino de 23 años Johannes Pietsch, alias: JJ, que podría seguir los gloriosos pasos dejados por el icono drag Conchita Wurst en 2014. Los dos comparten sin duda un don para lo dramático. JJ, que ya se ha hecho un nombre en el mundo de la música clásica y utiliza su voz como instrumento maestro, apuesta por un himno popero que, como su título indica, trata sobre el tormento de los sentimientos no correspondidos.

'Wasted Love' es... bueno, es mucho. La canción, que mezcla géneros, empieza como una delicada balada sobre ahogarse en las emociones y sentir que uno se hunde en lo más profundo. Da un giro cuando JJ rompe en una queja cada vez más sentida (y muy aguda), antes de transformarse en lo que el iceberg que chocó contra el Titanic habría denominado una fantasía nu-disco. El crescendo es increíble: un EDM explosivo que muestra una vez más la notable (francamente ridícula) gama de JJ y también demuestra que estar a la deriva en el abismo emocional y tener un bop no tienen por qué ser mutuamente excluyentes.

No entiendo cómo todo pasa del salón de baile al club en el espacio de dos minutos y 50 segundos. Sin embargo, en un momento en el que todos intentamos desentrañar las complejidades emocionales de la vida cotidiana, 'Wasted Love' es un caso convincente para dirigirse directamente al ojo de la tormenta.

Y tal vez, sólo tal vez, el consuelo venga después de la agitación... Si no es así, Austria sigue teniendo entre manos la perfección popera, un ejemplo de manual de cómo deberían sonar las canciones de Eurovisión. Seguro que, en lugar de comodidad, eso vale la codiciada estatuilla del micrófono...

David Mouriquand

Ziferblat - 'Bird of Pray' (Ucrania)

Ucrania lleva una buena racha en Eurovisión: una victoria para la Orquesta Kalush en 2022, un sólido sexto puesto en 2023 y un tercer puesto el año pasado. Aunque algunos se apresuren a tachar estos resultados de "votos de empatía" -dada la guerra en curso tras la invasión rusa-, seamos sinceros: las canciones han pegado (política, emocional y sonoramente).

La de este año no es una excepción. Ucrania vuelve al concurso con 'Bird of Pray', de Ziferblat, un trío formado por el vocalista Daniil Leshchynskyi, el guitarrista Valentyn Leshchynskyi y el batería Fedir Khodakov. La canción es una emotiva reflexión sobre los estragos de la guerra, que explora lo que significa estar separado de los seres queridos, vivir con dolor, con miedo, y aun así intentar aferrarse a la esperanza. En este caso, esa esperanza está simbolizada por un pájaro. "Trata de los problemas por los que pasamos, de la tragedia de los últimos tres años", declaró el cantante Valentyn Leshchynskyi al sitio de fans de Eurovisión Wiwibloggs.

Musicalmente, la canción es difícil de definir. Comienza con etéreas voces femeninas, antes de sumergirse en cantos grupales de hipnóticas voces ucranianas, sobre un fondo de balada prog rock. Luego llega el estribillo y, de repente, se convierte en todo un teatro musical: grandes cuerdas, enorme emoción, casi como si fuera la banda sonora de un anime. "Vuela. Pájaro. Te lo suplico. Te lo ruego, por favor, vive", suplica el vocalista. En mi opinión, es una canción sobresaliente en un año cargado de demasiadas canciones pop limpias y olvidables.

Y en los últimos días, el mensaje de la canción se ha vuelto aún más contundente. Khrystyna Starykova, corista de 19 años de Ziferblat, reveló que los bombardeos rusos destruyeron su casa en Myrnohrad. Ahora ensaya en Suiza y ha compartido fotos de los restos en Internet.

Theo Farrant

KAJ - 'Bara Bada Bastu' (Suecia)

La canción sueca de Eurovisión de este año tiene un mensaje sencillo que todos podemos apoyar: Vamos a la sauna. Por si no lo sabes, en los países nórdicos las saunas son algo muy importante. No es sólo una actividad, es una forma de vida arraigada en prácticas rituales, espirituales y comunitarias. Incluso hubo un campeonato mundial de sauna que se celebró durante más de una década en Finlandia (que terminó en 2010 tras la muerte de alguien, pero no bajemos el ánimo).

El caso es que, como todos los grandes amores de la vida, las saunas se merecen una canción dedicada a ellas, y el grupo finlandés de música cómica KAJ por fin se la ha dedicado. De hecho, su canción para Eurovisión podría ser la más picante (con toda intención) hasta la fecha, y también resulta ser la primera canción en sueco que se interpreta en el concurso desde 2012.

A diferencia de las anteriores candidaturas suecas, que se contentaron con seguir la fórmula de los himnos pop perfectamente pulidos, KAJ optó por subir la temperatura y volverse descaradamente tontorrón con su caricaturesco abrazo de las idiosincrasias culturales. El vídeo musical incluye bailarines sincronizados con toallas y gorros de sauna, ¡por el amor de Dios!

Se trata de un refrescante cambio de rumbo para un país cuyas dos últimas victorias fueron de Loreen, en 2023 y 2012. Aunque las baladas épicas sobre el amor y la confusión emocional están bien, quizá lo que realmente necesitábamos todo este tiempo era una melodía cursi sobre paredes con es de madera.

Desde el punto de vista musical, hay toda la cantidad adecuada de gusanos de oreja, con el grito susurrado de "¡sauna!" golpeando como una revelación acuosa a las rocas calientes de nuestro subconsciente. De hecho, la canción también sirve como un importante recordatorio para priorizar el autocuidado y la conexión en estos tiempos difíciles - hay que dejar salir un poco de vapor de vez en cuando, literalmente.

No soy la única que defiende 'Bara Bada Bastu': actualmente es la favorita de las casas de apuestas, con un 40% de posibilidades de ganar. Sauna o no, los demás participantes deberían empezar a sudar.

Amber Bryce

Claude - 'C'est La Vie' (Países Bajos)

Holanda no lo pasó muy bien el año pasado... El representante del país para 2024, Joost Klein, fue descalificado por un supuesto "incidente entre bastidores", la primera vez que se prohibía un acto después de llegar a la Gran Final en los 68 años de historia de la competición. La fiscalía sueca acabó archivando la investigación por falta de pruebas y, durante un tiempo, se rumoreó que Klein podría volver a por un segundo título...

Al final, el honor fue para Claude, y aunque Klein era uno de nuestros favoritos para ganar el año pasado, me alegro de que este año haya un nuevo participante. Borrón y cuenta nueva, y a correr. Tanto en francés como en inglés.

Originario de la República Democrática del Congo, Claude Kiambe ya se ha hecho un nombre gracias a su single 'Ladada (Mon Dernier Mot)', que ha acumulado más de 57 millones de reproducciones. También fue nombrado Mejor Artista del Año por Qmusic, y su álbum de debut, 'Parler Fraçais', ha sido un éxito de crítica desde su publicación el año pasado.

Aunque al principio me decepcionó el hecho de que 'C'est la vie' no fuera una versión retocada del éxito de 1998 de los irlandeses B*Witched (un clásico de dance visionario, y no escucharé una palabra en contra), la canción de Claude impresiona.

Al igual que 'Wasted Love', de Austria, también es un poco de género. Comienza como una balada a piano con un potente tirón emocional, antes de estallar en un contundente tema de baile zouk caribeño. A diferencia de la canción de Austria, ésta suena más positiva, y Claude ha declarado que espera que anime a la gente a "centrarse en el lado positivo" del mundo.

Recapitulemos: Una canción emotiva de inspiración autobiográfica, en la que Claude habla de su madre sin necesidad de repetir la palabra "maman" 50 veces, a diferencia de la decepcionante canción sa de este año. Además, la canción es pegadiza y tiene un gran potencial para ser cantada.

'¿C'est la vie? No. C'est (peut-être) la victoire'.

David Mouriquand