Comienza el juicio a los ladrones sexagenarios que robaron a Kim Kardashian en 2016. Casi una década después de aquel robo de película, diez acusados, la mayoría ancianos, comparecen en un juzgado de París. Los atracadores robaron joyas por un valor de 10 millones de dólares (8,7 millones de euros).
Era más de medianoche en París cuando el glamuroso mundo de Kim Kardashian se vino abajo. Sola en su lujosa residencia durante la Semana de la Moda de París 2016, se despertó sobresaltada por el sonido de unos pasos. Antes de que pudiera reaccionar, unos hombres embozados irrumpieron en su habitación, la ataron a punta de pistola y la arrastraron hasta el baño.
Mientras le robaban joyas por valor de millones de dólares, Kardashian temió lo peor: que la violaran, la mataran y no volviera a ver a sus hijos. Ocho años y medio después, el momento que Kardashian calificó como el más aterrador de su vida vuelve a ser el centro de atención. Este 28 de abril, 10 personas -nueve hombres y una mujer- testificarán en un juicio en París, acusados del robo, secuestro y rapto de la estrella de telerrealidad y el conserje en la noche del 2 de octubre de 2016.
Los abogados de Kardashian aseguran que ella testificará en persona ante el Tribunal de Apelación de París, y que el juicio se prolongará hasta el 23 de mayo. "La señora Kardashian se reserva su testimonio para el tribunal y el jurado y no desea dar más detalles en este momento", dijeron.
"Ella tiene un gran respeto y iración por el sistema judicial francés y ha sido tratada con gran respeto por las autoridades sas. Kim Kardashian desea que el juicio se desarrolle de manera ordenada, de acuerdo con la ley sa y con respeto a todas las partes del caso", concluyeron los letrados.
En una aparición en 2020 en el programa de Netflix de David Letterman, recordó entre lágrimas que pensaba que la iban a violar. "¿Qué está pasando? ¿Me van a matar? Por favor, tengo hijos, tengo un marido, tengo una familia", decía esta celebridad.
La noche que Kim Kardashian temió por su vida: ¿Qué pasó?
A principios de octubre de 2016, Kim Kardashian se encontraba en París con motivo de la Semana de la Moda, alojada en una discreta residencia de lujo llamada Hôtel de Pourtalès, un complejo privado de apartamentos enclavado en la calle Tronchet y popular entre los famosos que buscan privacidad.
Esa noche no tenía fuertes medidas de seguridad; su guardaespaldas, Pascal Duvier, había salido con sus hermanas Kourtney Kardashian y Kendall Jenner a una discoteca.
Dentro de su apartamento, Kim estaba descansando sola, después de compartir fotos de sus joyas -incluido un anillo de compromiso de diamantes de 4 millones de dólares (3,5 millones de euros) de su entonces marido Kanye West- en las redes sociales ese mismo día.
"¿Dónde está la mujer del rapero?"
Hacia las 2:30, cinco hombres armados, todos mayores de 60 años y con pasamontañas, entraron por la fuerza. Apuntaron con una pistola al conserje del edificio y le obligaron a guiarles hasta la puerta de Kardashian. Más tarde dijo a la Policía que le gritaron, exigiendo: "¿Dónde está la mujer del rapero?".
Los ladrones irrumpieron en su dormitorio, la ataron con bridas y cinta aislante y la metieron en la bañera del cuarto de baño. La banda robó joyas por valor de 10 millones de dólares (8,7 millones de euros) -entre ellas su anillo de compromiso, dos pulseras Cartier de diamantes, pendientes de diamantes de Lauren Schwartz y un reloj Rolex de oro amarillo- y luego huyeron en bicicleta y a pie. A día de hoy, sólo se ha recuperado una pieza: una cruz de diamantes sobre platino que se les cayó durante la huida.
Cuando se marcharon, Kardashian consiguió liberarse y avisar a su amiga y a seguridad. Tras reunirse con los detectives, voló de vuelta a Estados Unidos en un jet privado y sustituyó rápidamente a todo su equipo de seguridad.
¿Quiénes son los "abuelos atracadores"?
Los medios de comunicación ses han bautizado a los sospechosos del robo como los "abuelos atracadores" por su edad y su largo historial delictivo, que incluye atracos a bancos.
Entre ellos se encuentra Aomar Aït Khedache, de 68 años, conocido como 'el viejo Omar', presunto cabecilla. En la cinta adhesiva utilizada para amordazar a Kardashian se encontró ADN que coincide con su perfil genético. Tras huir en bicicleta, Khedache se reunió con su hijo, que le esperaba en un coche cercano.
Didier Dubreucq, de 69 años, conocido como 'ojos azules', es el segundo presunto atracador sospechoso de entrar en el piso. Niega cualquier implicación, aunque fue filmado por las cámaras del circuito cerrado de televisión y numerosos os telefónicos con los otros coacusados demuestran su participación, según la investigación.
Yunice Abbas, de 71 años, declaró que actuó como vigía en la zona de recepción de la planta baja, asegurándose de que la vía de escape estaba despejada. Dijo que estaba desarmado y que no amenazó personalmente a Kardashian, pero itió que compartía la responsabilidad del crimen.
Atracador y coautor de 'Yo secuestré a Kim Kardashian'
"Me disculparé", dijo Abbas a la agencia Associated Press. "Lo digo sinceramente". Fue detenido en enero de 2017 y pasó 21 meses en prisión antes de ser puesto en libertad bajo supervisión judicial. En 2021, fue coautor de un libro en francés titulado 'Yo secuestré a Kim Kardashian'.
Dijo que detallará su papel durante el juicio, que se desarrollará con jurado, un procedimiento en Francia reservado a los delitos más graves-, aunque no quiso denunciar a sus cómplices. "Sólo soy un extraño. No soy el cerebro del caso. Asumo mi parte de responsabilidad", dijo.
Otros enjuiciados están acusados de ser facilitadores e informadores, entre ellos Gary Madar, el hermano del chófer que Kardashian tuvo durante mucho tiempo en París. Se le acusa de proporcionar detalles sobre sus movimientos, algo que él niega. De ser declarados culpables, los acusados de los delitos más graves podrían enfrentarse a penas de entre 10 años y cadena perpetua.