Con 170 galerías de arte de 25 países y cerca de 1.000 artistas representados, Art Paris exhibe obras de gran diversidad. Su objetivo no ha cambiado desde hace más de 25 años: cultivar la diferencia.
"Este lugar es magnífico", dice Ghislaine Escande, pintora y artista visual que viene a Art Paris desde sus inicios. Y no es la única que lo dice. En su 27ª edición, la feria de arte moderno y contemporáneo celebra su regreso al Grand Palais, para deleite de los visitantes.
En la renovada nave, considerada la mayor cubierta acristalada de Europa, el sol primaveral hace brillar miles de obras de arte: esculturas, pinturas, fotografías, cómics... Este año hay hasta diseño.
Con motivo del centenario de la Exposición Internacional de Artes Decorativas e Industriales Modernas de París, la feria ha invitado -excepcionalmente- a una veintena de arquitectos y diseñadores de interiores. "Hay algo que tienen en común los diseñadores y los artistas plásticos y es su pasión, su deseo de libertad, de expresar algo personal y de formar parte de la historia. Es lo que yo llamo diseño lírico", afirma entusiasmado Jean-Paul Bath, comisario de la exposición y responsable de la asociación Le French Design.
La edición de este año se mantiene fiel a los valores de la feria, destacando la escena artística sa y con especial atención a la pintura figurativa desde los años 70 hasta nuestros días.
La segunda exposición, 'Fuera de los límites', presenta a 18 artistas internacionales, a menudo procedentes de zonas en conflicto, que exploran cuestiones de identidad y cultura. Entre ellos se encuentra la artista ucraniana Zhanna Kadyrova, que también ganó el premio internacional por su obra en reacción a la invasión rusa.
Michael Turner, consejero cultural de la Embajada de Estados Unidos en Francia, no es insensible a la diversidad de las selecciones. "Descubrir la intención del artista, sus antecedentes, su historia, nos humaniza. Y ése, precisamente, es el verdadero valor del arte'', afirma. "París es la capital del arte y la cultura. Solo en Francia se puede encontrar tal atracción por lo nuevo y lo diferente".
Un ADN regional y cosmopolita
Guillaume Piens está encantado. El comisario general de Art Paris se empeña en exponer lo que (y a quién) no veremos en otros lugares. "Hay una especie de homogeneización y estandarización en las ferias de arte de la que queremos huir. Esto no es el sótano del arte contemporáneo", afirma.
El 60% de las galerías que exponen son sas, el 40% extranjeras, incluidas algunas de Sudáfrica, China, Guatemala y Kuwait. "Es una feria regional y cosmopolita", insiste Piens.
Obras a partir de 200 euros
Más variada y menos recargada que sus competidoras, Art Paris vela por mantener su imagen de feria accesible a todos. No es raro encontrarse con grupos escolares y estudiantes. "Es muy interesante ver las tendencias emergentes en el mundo y poder hablar con los galeristas", dice Aliki, que estudia un máster en Mercado del Arte.
También es fácil para el bolsillo, sobre todo para los que compran por primera vez. Desde cuadros de Klimt y Dubuffet hasta fotos de JR, algunas obras valen seis cifras. Pero Guillaume Piens promete: "Aquí puede darse un capricho por unos pocos cientos de euros''.
Empujar a las jóvenes generaciones bajo el radar internacional
Para lograrlo, es esencial centrarse en la generación más joven y en los artistas menos conocidos. Como cada año, Art Paris apuesta por los artistas emergentes con su espacio "Promesas".
Este año, 17 galerías debutan en el Grand Palais. Damien Levy, antiguo coleccionista y fundador de la Galerie Idéale de París, afirma: "Es una especie de consagración. Es una oportunidad única para promocionar a artistas de la escena internacional, como la aclamada Mona Cara y el escultor francés Mengzhi Zheng, que esperan obtener nuevas oportunidades gracias a esta visibilidad".
"El impacto en una carrera puede ser enorme", añade Anne-Laure Buffard. La galerista representa al pintor australiano Gregory Hodge: ''Para un artista que busca existir fuera de su mercado original, Art Paris se ha convertido en una cita internacional ineludible''.
El mercado del arte a cámara lenta
En un mercado en recesión, tal y como amenaza la economía mundial, exponer en Art Paris es también una oportunidad de dar nueva vida a la obra. Nos da una legitimidad real y refuerza la confianza de nuestros coleccionistas y de las instituciones que ya han depositado su confianza en nosotros. Se trata de darnos a conocer", explica Anne-Laure Buffard.
Mientras que el arte sigue siendo una inversión segura para los muy ricos, los jóvenes creadores siguen siendo vulnerables a los vaivenes del mundo: ''Comprar a un artista cuya carrera no se sabe cómo va a evolucionar es apostar, y apostar en tiempos de incertidumbre es menos popular'', lamenta Damien Levy, que teme por todo un ecosistema.
Pero tenga la seguridad de que, aunque los especuladores estén menos presentes en estos momentos, los entusiastas del arte están ahí. "Vivir rodeados de objetos bellos nos eleva espiritualmente. Mucho más que guardar dinero en una cuenta bancaria", asegura un coleccionista de Bruselas. Se calcula que 70.000 visitantes habrán visitado Art Paris, que cierra hoy sus puertas.