La escultura conceptual de Oscar Wilde, diseñada por el fallecido artista escocés Eduardo Paolozzi, ha sido criticada por el nieto del célebre autor.
PUBLICIDAD"Sólo hay una cosa en la vida peor que que hablen de uno, y es que no hablen de uno", son célebres palabras de Oscar Wilde, que estaría encantado de que se hablara de él. No estamos seguros de lo contento que estaría con él, porque...
Se ha inaugurado una nueva escultura de bronce negro del famoso poeta y dramaturgo irlandés, autor de obras como 'La importancia de llamarse Ernesto' y 'El retrato de Dorian Gray'. Diseñada por el artista pop escocés Eduardo Paolozzi, fallecido en 2005, la efigie representa a Wilde como una cabeza segmentada y está destinada a erigirse en un jardín público de Chelsea, al suroeste de Londres, cerca de la antigua casa de Wilde.
Sin embargo, las reacciones a esta obra de arte conceptual han sido poco entusiastas. "Estoy a favor de cualquier tipo de innovación en el arte moderno. Pero esto me parece inaceptable", ha criticado Merlin Holland, experto en Wilde y único nieto del autor.
"Es absolutamente horrenda", ha declarado al periódico 'The Observer'. "Parece decir: 'Aquí hay un monumento a un hombre al que la sociedad decapitó'". No le falta razón, ya que Wilde fue encarcelado tras ser condenado por indecencia grave por actos homosexuales.Murió en la pobreza en el año 1900 en París, a los 46 años.
"¿Cómo queremos recordarle? ¿Divertido, entretenido, simpático o descuartizado y decapitado por infringir la ley de la época? Yo sé qué prefiero", ha sentenciado el nieto del autor.
Paolozzi presentó un diseño del modelo a un comité en 1995, argumentando que la escultura de Wilde debía ser conceptual y no representativa. La escultura fue rechazada en su momento y se eligió otro modelo. Sobre las críticas, a Fundación Paolozzi declaró lo siguiente: "La Fundación considera que todo el mundo tiene derecho a opinar, incluido el nieto de Oscar Wilde. También señalamos que la 'Oscar Wilde Society' la apoya plenamente".
Hay muchos monumentos en memoria de Wilde, y su tumba en el cementerio del Père Lachaise de París recibe miles de visitas cada año. Diseñada por el escultor Jacob Epstein, con un zócalo de Charles Holden, cuenta con un epitafio, un verso de 'Balada de la cárcel de Reading', un poema escrito por Wilde en el exilio tras su liberación de la cárcel de Reading tras ser condenado a dos años de trabajos forzados.
Una tradición nació cuando los visitantes empezaron a aplicarse pintalabios y a besar la tumba. Teniendo en cuenta que el pintalabios contiene grasa animal, puede causar daños permanentes en la piedra. Los aficionados no se dejaron disuadir por la amenaza de una multa de 9.000 euros, así que en 2014 se erigió una barrera de cristal, una barricada transparente que cubre la mitad inferior de la tumba.
El legendario locutor, cómico y escritor británico Stephen Fry, que interpretó a Oscar Wilde en el drama biográfico 'Wilde', de Brian Gilbert, en 1997, mencionó esta práctica durante un discurso en 2016: "He aquí un hombre que creía al morir que su nombre sería tóxico para las generaciones venideras. Durante cientos de años su obra no sería leída. No representaría más que la perversión. El asco total de una sociedad que no podía soportar a gente como él".
"Su tumba en el cementerio de Père Lachaise, en París tuvo que ser restaurada porque la piedra pulida de su superficie se había corroído por los besos. Miles y miles. (...) ¿No estaría permitido despertarle una vez durante cinco minutos sólo para decírselo y que, después, pueda volver a dormirse?".