La crisis se vio agravada por la negativa de Israel a introducir dinero en efectivo en la Franja de Gaza, a pesar de la presión palestina e internacional. La mayoría de las sucursales bancarias quedaron dañadas en los bombardeos, algunas incluso fueron saqueadas.
Una grave crisis de liquidez empuja la economía de Gaza al abismo. La Autoridad Monetaria Palestina (PMA) ha advertido de que la situación ha empeorado desde el inicio de la guerra el 7 de octubre de 2023 debido a la destrucción de bancos y a que se impide la entrada de fondos, lo que ha provocado una parálisis total del sistema bancario.
La Autoridad Monetaria Palestina confirmó en sus declaraciones que los bombardeos israelíes en curso provocaron la destrucción de muchas sucursales bancarias, mientras que las pocas que quedan no pudieron abrirse debido a la inseguridad y a los cortes de electricidad. La mayoría de los cajeros automáticos están fuera de servicio, lo que agrava la crisis de liquidez entre ciudadanos y comerciantes.
La crisis se vio agravada por la negativa de Israel a introducir dinero en efectivo en Gaza, a pesar de los llamamientos palestinos e internacionales. La mayoría de las sucursales bancarias quedaron destruidas o dañadas en los bombardeos, y algunas incluso fueron asaltadas, lo que paralizó las retiradas y depósitos.
Como consecuencia, disminuyó la circulación de efectivo en el mercado, ya que ciudadanos y comerciantes recurrieron a almacenar dinero en lugar de hacerlo circular, lo que alteró el ciclo monetario normal y aumentó el sufrimiento de la población en medio de una grave escasez de liquidez.
Colapso casi total del sistema bancario en Gaza: sólo queda un banco en servicio
El sector bancario de Gaza ha quedado completamente destruido por la guerra. Todas las sucursales bancarias han dejado de funcionar, quedando sólo una sucursal bancaria local en el centro de la Franja, que opera de forma muy limitada para activar cuentas congeladas o inactivas, sin prestar servicios de retirada de efectivo o depósito.
Antes de la guerra, Gaza contaba con 56 sucursales bancarias y 91 cajeros automáticos pertenecientes a 13 bancos locales y extranjeros (siete palestinos, cinco jordanos y uno egipcio). En la actualidad, no funciona ni un solo cajero automático en todo el sector, ya que la infraestructura financiera ha sido sistemáticamente destruida.
Los activos totales del sector bancario palestino ascienden a unos 22.000 millones de dólares (19.833 millones de euros), pero Gaza ha quedado casi aislada de este sistema debido a la interrupción de todos los canales de financiación y monetarios.
El pago electrónico ante la escasez de liquidez y el desgaste de los billetes
Ante la crisis de efectivo sin precedentes en la Franja de Gaza, miles de ciudadanos se han visto obligados a recurrir a aplicaciones bancarias y monederos electrónicos para realizar sus transacciones diarias, después de que los billetes en circulación se desgastaran y escasearan debido a la guerra en curso.
Ahmed al Sayed declaró: "El monedero electrónico se ha convertido en nuestro único recurso para comprar artículos de primera necesidad, sobre todo ante el deterioro de las monedas de papel que no pueden sustituirse". "Pero estas soluciones siguen siendo limitadas, ya que no todas las tiendas aceptan pagos electrónicos, y los precios suelen ser mucho más altos".
Difícil cambio forzoso hacia la economía digital
Como medida de emergencia, la Autoridad Monetaria Palestina (PMA) puso en marcha un sistema de pagos y transferencias instantáneas entre bancos y empresas de servicios de pago en un intento de aliviar el sufrimiento de los ciudadanos que no pueden acceder a su dinero tras la destrucción del 98% de la infraestructura bancaria de Gaza.
A pesar de estas iniciativas, las transacciones electrónicas no pueden sustituir al colapsado sistema monetario, pues sóloel 25% de las tiendas aceptan pagos electrónicos. Además, los precios de los productos en estas tiendas son entre un 30% y un 50% más caros que en los mercados normales. Y el 72% de los hogares no tienen cuentas bancarias activadas electrónicamente.
Este cambio forzoso hacia la economía digital revela la gravedad de la crisis financiera en Gaza, donde la vida económica se ha convertido en una disyuntiva entre soluciones imperfectas y una escalada del sufrimiento diario, a la luz del continuo bloqueo a la entrada de moneda y efectivo.
La crisis cambiaria: comisiones de hasta el 40%
La crisis del efectivo en Gaza ha convertido el cambio de divisas en una pesadilla diaria para ciudadanos y comerciantes, que pierden hasta el 40% del valor de su dinero, según el economista Ahmed Abu Qamar. Las raíces de la crisis se remontan a la negativa de Israel a ingresar dinero en efectivo desde el comienzo de la guerra, además de la salida de grandes cantidades de efectivo durante los primeros meses de la guerra y la interrupción del Protocolo Económico de París, que regulaba el movimiento de efectivo.
Los gazatíes se enfrentan a graves problemas con el deterioro del valor de la moneda y la extensión del mercado negro, donde los billetes desgastados se han vuelto inaceptables en las transacciones diarias, lo que ha provocado una inflación sin precedentes y la pérdida del valor adquisitivo del shekel. En un intento de paliar la crisis, Abu Qamar propone soluciones urgentes como la presión internacional para obligar a Israel a introducir el efectivo, promover la inclusión financiera mediante transferencias electrónicas y encontrar un mecanismo para reemplazar la moneda deteriorada.
Sin embargo, estas soluciones se enfrentan a grandes obstáculos ante el colapso del sistema bancario, con el 98% de las sucursales cerradas, la ausencia de controles de precios y la propagación de un mercado negro que se beneficia de la crisis. Mientras los gazatíes intentan preservar el poco valor que les queda en su dinero, el sufrimiento aumenta día a día en una economía colapsada y plagada de escasez de efectivo y subida de precios, lo que deja a los residentes ante un desafío sin precedentes para satisfacer sus necesidades básicas.
La crisis de liquidez: una pesadilla diaria
El dentista Hazem Abu Muaylaq describe así la situación: "En la clínica nos hemos visto obligados a cambiar completamente a aplicaciones bancarias y transferencias internaspara escapar de 'la crisis del takiesh', pero no es la solución ideal". Explica que las empresas de suministros médicos se niegan a negociar electrónicamente, lo que obliga a pagar en efectivo a precios entre un 30% y un 50% más altos, lo que a su vez se refleja en el coste del tratamiento para los ciudadanos.
Por su parte, el farmacéutico Baraa al Banna revela una situación similar: "Nos enfrentamos a grandes dificultades para retirar dinero, con una comisión de hasta el 45%, lo que nos obliga a tramitar solicitudes electrónicas". Señala que esta situación ha provocado un aumento de los precios de los medicamentos, en un momento en que el sector sanitario ya sufre la prohibición israelí de entrada de suministros médicos desde el pasado mes de marzo, después de que Israel reanudara sus ataques militares contra la Franja de Gaza.
Mohammed Mahdi, vendedor de productos electrónicos, cuenta cómo se vio obligado a pasarse a las transacciones electrónicas: "Conseguir hasta la más mínima cantidad de dinero en efectivo se ha vuelto casi imposible". Mohammed Tayeh, vendedor de alimentos, describe las transferencias electrónicas como "dinero muerto" que no puede utilizarse plenamente debido a la dificultad de convertirlo en efectivo.
Una economía sumergida, un mercado paralelo
En un intento de rastrear los hilos de la asfixiante crisis de liquidez, 'Euronews' se esforzó en ponerse en o con varios cambistas de la Franja de Gaza, pero todos ellos declinaron hacer declaraciones sobre diversas cuestiones.
"El mercado de cambio en Gaza funciona actualmente en una especie de economía sumergida, donde la mayoría de las operaciones se realizan de manera informal por miedo a ser perseguidos, con redes especializadas en proporcionar moneda fuerte a precios astronómicos".
Este silencio revela parte de las complejidades de la crisis, en la que las operaciones de cambio de divisas se han convertido en un mercado paralelo controlado por fuerzas invisibles que se niegan a revelar sus secretos a pesar del sufrimiento diario de los habitantes de Gaza.