Los presos fueron liberados este sábado por la tarde a cambio de tres rehenes civiles israelíes.
Grandes multitudes en Cisjordania y Gaza han dado la bienvenida a 183 presidiarios palestinos liberados por Israel. Su puesta en libertad forma parte de la quinta ronda de intercambio de rehenes por prisioneros que ha tenido lugar en virtud del acuerdo de alto el fuego en Gaza entre Israel y Hamás, que se mantiene en gran medida desde el 19 de enero.
Casi todos los palestinos tienen un amigo o familiar que ha sido encarcelado por Israel en algún momento por petenencia a un grupo paramilitar o delitos menores como arrojar piedras, protestar o pertenecer a un grupo político prohibido.
Algunos presos permanecen detenidos durante meses o años sin juicio o a un abogado en lo que se conoce como detención istrativa, que según Israel es necesaria para prevenir atentados y evitar el intercambio de información confidencial. Existen numerosos testimonios de torturas y malos tratos perpetrados en estas cárceles; muchos de los presos recién liberados confirman violencia por parte de sus captores.
Mientras Israel considera terroristas a los presos palestinos, muchos los ven como luchadores por la libertad que se resisten a una ocupación militar que dura décadas. "El sueño de un preso es reunirse con su familia y comer en condiciones dignas", ha declarado el expreso Ziad Younis tras regresar a Cisjordania.
"El trato es brutal, bárbaro. Incluso cuando nos liberaron, nos golpearon y nos pusieron esposas en las manos (...) Dejaron que los perros nos atacaran mientras teníamos los ojos tapados", ha declarado Mohammad Sleim.
Al parecer, siete palestinos han sido trasladados a hospitales para recibir tratamiento inmediato, pero no se han dado a conocer detalles sobre su estado de salud. 18 de los expresos liberados el sábado habían sido condenados a cadena perpetua y 54 cumplían penas por su participación en atentados mortales contra israelíes. Algunos llevaban dos décadas en la cárcel. En la ciudad cisjordana de Beitunia, una multitud recibió a los presos liberados como héroes, ondeando banderas y coreando cánticos en apoyo de Hamás.
Algunos de los liberados cayeron de rodillas al bajar del autobús, llorando mientras besaban el suelo. Muchos fueron recibidos por sus familiares antes de dirigirse a sus hogares en Cisjordania.
Entre ellos se encontraba Iyad Abu Shakhdam, de 49 años, que llevaba casi 21 años encarcelado por su participación en atentados de Hamás en zonas civiles muy concurridas, en los que murieron decenas de israelíes durante la revuelta palestina de principios de la década de los 2000.
Entre ellos se encuentra el atentado suicida contra un autobús perpetrado en 2004 en la ciudad de Beersheba, al sur de Israel, en el que murieron 16 personas, entre ellas un menor de cuatro años.
El intercambio de rehenes en el lado israelí
Eli Sharabi, de 52 años, Ohad Ben Ami, de 56, y Or Levy, de 34, fueron liberados durante la tarde de este sábado y parecían estar en peor estado físico que cualquiera de los otros 18 rehenes liberados hasta ahora.
El embajador de Israel ante las Naciones Unidas, Danny Danon, ha exigido al secretario general António Guterres que "condene inequívocamente el trato cruel e inhumano de Hamás a nuestros rehenes".
El Comité Internacional de la Cruz Roja ha manifestado su preocupación por la forma en que Hamás libera a los rehenes, criticando los actos escenificados y las declaraciones forzadas que acompañan a su liberación.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha calificado a Hamás de "monstruo" y volvió a prometer su destrucción en un comunicado grabado en vídeo.