Mohammed hizo el viaje a pie, junto con su madre, su hermana y sus cuatro hijos, de entre dos y siete años. Caminaron durante más de cinco horas, desde Deir al Balah, en el centro de Gaza, a unos 20 kilómetros de distancia de su hogar.
Hace una semana, Mohammed, joven palestino de 22 años, regresó a su hogar en el norte de Gaza por primera vez desde el comienzo de la guerra entre Israel y Hamás, hace ahora 15 meses.
El joven y su familia formaban parte del más de medio millón de palestinos que completaron el largo viaje hacia el norte por el corredor de Netzarim, paso que Israel reabrió recientemente como parte de un acuerdo de alto el fuego alcanzado en enero con Hamás. Como muchos otros, Mohammed hizo el viaje a pie, junto con su madre, su hermana y sus cuatro hijos, de entre dos y siete años. Caminaron durante más de cinco horas, desde Deir al Balah, en el centro de Gaza, a unos 20 kilómetros de distancia de su hogar.
"Cuando quisimos movernos, salimos hacia las 7 de la mañana", dijo Mohammed a 'Euronews'. "El camino que teníamos por delante era extremadamente difícil. No había agua ni comida en la ruta". Cuando regresaron al hogar que a la familia de Mohammed le costó casi toda su vida crear, lo encontraron en ruinas. "Abandoné la casa durante aproximadamente un año y medio, y he vuelto para encontrarla en ruinas. Ha sido muy difícil, una sensación horrible", declara.
Regreso a casa después 15 meses de continuos desplazamientos
Durante 15 meses, la familia de Mohammed ha estado "viviendo en tiendas de campaña a modo de refugios improvisados, y ha sido obligada desplazarse en cuatro ocasiones", cuenta el joven palestino. "La primera vez fue pocos días después de los ataques de Hamás a Israel cometidos el 7 de octubre de 2023", señala.
"El primer día, el 7 de octubre, nos despertó a las seis de la mañana el ruido de los misiles. Una cantidad enorme. No sabíamos qué era lo que estaba pasando", explica Mohammed. "Esperamos hasta las 9 de la mañana, cuando comprendimos que había una gran ofensiva en marcha, después de que Hamás entrara en territorio israelí, y los israelíes comenzaran una guerra a gran escala en la Franja de Gaza", indica.
En medio de intensos bombardeos israelíes, Mohammed y su familia huyeron primero a Deir al Balah, luego a Jan Yunis, y finalmente a Rafah, antes de acabar de nuevo en Deir al Balah, donde permanecieron casi un año.
Las tiendas de campaña apenas les protegían del frío y la lluvia. Volver a casa significaba que, al menos, "tendrían un techo bajo el que resguardarse", explica Mohammed. Sin embargo, ahora todos temen que pueda derrumbarse sobre ellos en cualquier momento.
"La casa en la que nos encontramos está medio destruida. En cualquier momento, Dios no lo quiera, podría derrumbarse", dice. "Estamos viviendo de manera milagrosa, arriesgándolo todo. Me arriesgo yo, mi familia, los hijos de mi hermana, solamente para resguardarnos de las penurias del invierno", indica.
Aunque permanecer en una tienda de campaña sería más seguro, Mohammed señala que no les queda otra opción. "Cuando estoy en una tienda de campaña, mi vida está garantizada. No hay riesgo de que, de repente, un tejado se me venga encima", afirma. "Si pudiera encontrar otra casa donde quedarme, lo haría, pero no es posible", añade.
La ONU estima que reconstruir Gaza podría llevar 350 años
Los bombardeos y las operaciones terrestres israelíes han transformadobarrios enteros en solares devastados. El norte, donde vive Mohammed, es la zona más destruida de la Franja de Gaza.
Esto ha dificultado enormemente la llegada de la tan necesaria ayuda humanitaria a la población, incluso desde el inicio del vigente alto el fuego. El miércoles, en el seno de las Naciones Unidas declararon que las organizaciones humanitarias están "ampliando su presencia operativa y sus servicios en zonas a las que antes era difícil o imposible acceder", incluido el norte.
En las últimas dos semanas, el Programa Mundial de Alimentos, PMA, ha entregado más de 10 millones de toneladas métricas de alimentos en la Franja de Gaza, que han llegado a cerca de un millón de personas a través de la distribución de paquetes de alimentos a los hogares, indican.
Sin embargo, para Mohammed, desde el alto el fuego es más difícil acceder a necesidades básicas como alimentos, agua y atención sanitaria. Así, dice que, si bien "tenía que caminar mucho para recibir ayuda mientras estaba desplazado, ahora tarda aún más en recibir agua o llegar al hospital más cercano".
"Es muy, muy difícil", indica a 'Euronews'. "Mi casa está a una media hora de donde podemos conseguir agua. Tengo que llevar todas las botellas conmigo, y luego volver andando durante otra media hora. Ahora es más difícil que antes, en gran medida", explica.
Aunque las organizaciones humanitarias han aumentado su presencia en el norte, la ausencia total de infraestructuras hace que siga siendo imposible llegar a algunas zonas, lo que deja a miles de personas como Mohammed sin a artículos de primera necesidad.
Según la ONU, de los 25 equipos médicos de emergencia que hay en la Franja de Gaza, solamente uno opera en el norte. Así, mientras que 565.092 personas han viajado hacia el norte durante el alto el fuego, más de 45.678 se han dirigido hacia el sur debido a la falta de servicios y a la destrucción generalizada de hogares y comunidades, indican.
Utilizando datos de los satélites, la ONU calculaba el mes pasado que el 69% de las estructuras de Gaza han resultado dañadas o destruidas, incluidas más de 245.000 viviendas. El Banco Mundial cifró los daños en 18.500 millones de dólares estadounidenses, casi la producción económica combinada de Cisjordania y la Franja de Gaza en 2022, solamente en los cuatro primeros meses de guerra.
El organismo explica que la reconstrucción podría llevar más de 350 años si se mantiene el bloqueo israelí, impuesto en 2007 cuando Hamás tomó el poder de la Franja de Gaza. Además, no está claro cuándo se reconstruirán muchas infraestructuras, ni siquiera si se reconstruirán.
Esto se ha puesto especialmente en tela de juicio desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugiriese que los palestinos desplazados en la Franja de Gaza fueran reubicados permanentemente fuera del territorio, que ha quedado devastado por la guerra, y que Estados Unidos asumiera la propiedad de la Franja de Gaza.
Organizaciones que luchan en favor de los derechos humanos como Human Rights Watch han advertido de que el plan ideado por el presidente de Estados Unidos equivaldría a una limpieza étnica.
Incluso si los palestinos no son expulsados de Gaza en masa, muchos temen no poder volver nunca a sus hogares o que la destrucción causada en el territorio haga imposible vivir allí. Tras la declaración de Trump, funcionarios estadounidenses, incluido el secretario de Estado, Marco Rubio, han dicho que solamente pretendía trasladar temporalmente a los cerca de 2 millones de gazatíes para permitir la reconstrucción del territorio.
Muchos palestinos ya han dicho que no abandonarán sus hogares, incluido Mohammed. "Por nuestra parte, como palestinos, rechazamos completamente esta premisa", señala el joven palestino a 'Euronews'. "Hemos pasado un año y medio bajo la guerra, no aceptaremos la idea de marcharnos", añade. "Los que abandonan sus propios países sufren lo indecible. Nosotros no nos iremos ni huiremos de nuestro país", concluye.