La Audiencia Nacional juzga desde este lunes al expresidente de la RFEF, Luis Rubiales, por un delito de agresión sexual contra una jugadora internacional española.
Jennifer Hermoso afirma que su "vida cambió" desde el momento en el que se produjo el polémico beso del que fue objeto por parte de Luis Rubiales, entonces presidente de la Real Federación Española de Fútbol, RFEF, en la entrega de medallas del Campeonato del Mundo de Fútbol femenino ganado por la Selección Española en 2023.
La jugadora madrileña, actualmente en las filas del equipo mexicano Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León, ha prestado declaración este lunes en el primer día del que está considerado como uno de los juicios que mayor expectación mediática ha suscitado en España, e internacionalmente, en los últimos tiempos. Numerosos medios se han acercado a San Fernando de Henares para cubrir el juicio y sus repercusiones.
Con la declaración de Hermoso ha dado comienzo la vista oral del caso, que el Juzgado Central de lo Penal en Madrid llevará a cabo estas próximas semanas. La futbolista ha afirmado sentirse perjudicada profesionalmente por un suceso que no le ha "permitido disfrutar del éxito logrado en tierras oceánicas y que le ha impedido vivir con normalidad".
Además, Hermoso ha señalado que la polémica generada por la acción de Rubiales le llegó a afectar en su carrera deportiva, ya que quedó excluida de posteriores convocatorias con la selección femenina. Sobre el beso ha explicado que cuando Rubiales la agarró "de las orejas, no oigo ni veo, y lo siguiente es el beso. Le comenté a mi hermano que ese beso me dio asco. Cuando él me dio el beso le di unas palmas en el costado, pero seguí el protocolo de saludos".
"Me estaba besando mi jefe y eso no debe ocurrir", ha sido una de las frases dichas por la futbolista. Ha confirmado que tenían buena relación: "A veces me saltaba al entrenador y hablábamos. Tenía su teléfono móvil. Nos intercambiábamos mensajes puntualmente".
El polémico beso del 20 de agosto de 2023
Los jueces deben analizar los hechos ocurridos el 20 de agosto en el Estadio de Australia, en Sídney. Entonces, Rubiales "sujetó la cabeza" de Jennifer Hermoso "con ambas manos, a la altura de los oídos" y, de "manera sorpresiva e inesperada, propinó un beso en los labios de la jugadora, que no se apercibió de la intención del expresidente de la Federación de besarla en los labios ni dio su consentimiento para ello".
Además de Rubiales, se sentarán en el banquillo de los acusados otras tres personas por su participación en las otras tres personas en el banquillo por su presunta participación en las coacciones llevadas a cabo contra Jennifer Hermoso para que realizara un vídeo en el que debía aparecer junto a Rubiales, restándole importancia al asunto y eximiéndole de culpa tras el polémico beso. La jugadora señala que se "sintió coaccionada".