Donald Trump firmó varias órdenes ejecutivas al asumir la presidencia de EE.UU., incluyendo la salida del acuerdo climático de París y la reversión de políticas sobre vehículos eléctricos que podrían afectar a la industria automotriz de la UE. ¿Debería preocuparse Alemania y el resto de Europa?
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha firmado varias órdenes ejecutivas tras asumir oficialmente el cargo. Entre sus decisiones más destacadas, se encuentran su salida del acuerdo climático de París y la reversión de las políticas de vehículos eléctricos de Biden, lo que podría afectar a los fabricantes de la UE que dependen de las piezas de automóviles estadounidenses para producir sus propios vehículos eléctricos (EVs).
El impacto de Trump en la producción de automóviles
Trump ha enfatizado en sus discursos durante la inauguración que su objetivo es aumentar la producción de automóviles en EE.UU. con motores de combustión. Esta decisión podría tener repercusiones para la economía alemana, que ya enfrenta una caída en las ganancias y la demanda, lo que ha llevado a importantes recortes de personal en grandes fabricantes de automóviles como Volkswagen.
Según la experta transatlántica del Consejo Alemán de Relaciones Exteriores, Rachel Tausenfreund, inicialmente, esta situación podría ser beneficiosa para los fabricantes alemanes, ya que aún se encuentran "bastante rezagados en cuanto a electrificación".
Sin embargo, advierte que, aunque en el corto plazo los fabricantes alemanes podrían verse favorecidos, a largo y medio plazo, el énfasis de EE.UU. en la fabricación interna podría ser un desafío para los fabricantes alemanes y de la UE, especialmente para aquellos que dependen de piezas producidas en EE. UU.
Trump y el cambio climático
Es la segunda vez que Estados Unidos sale del acuerdo climático de París, que busca limitar el aumento de las temperaturas globales a 1,5-2 grados Celsius. Tausenfreund señala que, aunque durante la istración anterior de Trump, EE.UU. permaneció relativamente cerca de sus objetivos climáticos, a pesar de estar oficialmente fuera del acuerdo, ahora las empresas ya no están persiguiendo esos objetivos, ya que muchos estados aún intentan cumplir con sus compromisos.
Sin embargo, la decisión de Trump podría complicar los esfuerzos para convencer a países como India y China de que mantengan sus objetivos de temperatura. Con el aumento de la producción de motores de combustión y la política de Trump de "extraer, extraer, extraer" más combustibles fósiles, parece poco probable que se logre mantener las temperaturas dentro de los límites establecidos en el acuerdo de París.
Trump y la crisis energética de Europa
Tras la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en 2022, los precios del gas se dispararon en toda Europa. Las empresas quebraron y la brecha entre ricos y pobres se amplió considerablemente. Después de que Alemania cerrara la válvula del gasoducto Nord Stream 2, que iba a suministrar gas desde Rusia a Europa, el país se centró en las energías renovables, un sector para el que no contaba con suficiente infraestructura.
Con los consumidores alemanes luchando contra los altos costes de la energía durante los últimos años, ¿podría la política de Trump sobre los combustibles fósiles beneficiar a Alemania? Tausenfreund explica que "EE. UU. es un proveedor importante de gas para la Unión Europea.
Alemania ha invertido de manera significativa en la construcción de terminales de gas natural licuado (GNL) para poder recibir gas de EE.UU. y otras fuentes". Esto podría reducir la dependencia de los países del Golfo Pérsico y, al mismo tiempo, fortalecer las relaciones transatlánticas.
Trump y la UE
Ni el canciller alemán, Olaf Scholz, ni el presidente federal Frank-Walter Steinmeier, ni la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, recibieron invitaciones para la ceremonia de inauguración. Sin embargo, con Alemania sin un Gobierno estable debido a las elecciones anticipadas, la respuesta a las políticas de Trump o una reacción proactiva en las relaciones transatlánticas ha quedado en segundo plano, mientras los partidos se concentran en sus campañas electorales.
No obstante, con el círculo cercano de Trump compuesto por algunos de los individuos más ricos del mundo, que controlan empresas tecnológicas clave, incluidas las especializadas en inteligencia artificial, Europa necesita centrar su atención en el sector tecnológico para no quedarse atrás.
Tausenfreund advierte: "Si EE.UU. o la istración Trump apuestan con más fuerza por avanzar en estas tecnologías, Europa ya está rezagada. Creo que esto va a ser una fuente importante de tensión en la relación transatlántica, y dado el impacto potencial de estas tecnologías, podría alterar el curso del mundo en los próximos tres años".