En la cumbre COP29 de Bakú, el artículo 6 del Acuerdo de París fue criticado por activistas del clima. Estos grupos han dado la voz de alarma, advirtiendo de que este enfoque permite a los mayores contaminadores del mundo librarse de las consecuencias. En lugar de reducir las emisiones en origen, pueden simplemente comprar créditos, lo que les permite seguir contaminando sin hacer cambios significativos, afirman.
En el exterior del recinto, los activistas utilizaron elementos visuales para amplificar sus mensajes, como una pancarta de "Pagad" en un estadio cercano en la que se pedía a los países más ricos que asumieran sus responsabilidades y contribuyeran en la medida que les correspondiera a la financiación de la lucha contra el cambio climático.
Mientras tanto, otros activistas utilizaron osos polares y plátanos para defender la energía nuclear como solución segura y de bajas emisiones a la crisis climática, alegando que la radiación de un plátano supera la de vivir junto a una central nuclear durante todo un año.