La nueva istración republicana retira recursos de un programa dedicado a combatir las injerencias electorales.
El Ejecutivo estadounidense ha decidido recortar el presupuesto de dos iniciativas pertenecientes a una organización sin ánimo de lucro vinculadas a la ciberseguridad, incluida una dedicada a la protección de las elecciones estatales y locales de injerencias externas.
La Agencia de Ciberseguridad y Seguridad de Infraestructuras de Estados Unidos (CISA, por sus siglas en inglés) ha reducido la financiación anual de la ONG Centro para la Seguridad en Internet en unos 10 millones de dólares (unos 9.5 millones de euros). Se trata de la última medida de la istración Trump para frenar el papel del Gobierno estadounidense en la seguridad electoral, lo que suscita preocupación de cara a una hipotética intromisión extranjera en unas futuras elecciones estadounidenses.
La CISA anunció hace unas semanas que estaba llevando a cabo una revisión de su personal e inversiones vinculadas a la vigilancia electoral. Más de una docena de funcionarios estatales dedicados a esta tarea han sido suspendidos de sus puestos de trabajo, como ha ocurrido en otros organismos federales estadounidenses desde el regreso de Trump a la Casa Blanca.
Este movimiento también se produce poco después de que istración republicana disolviese una célula del FBI dedicada a investigar las operaciones de injerencia extranjera. Larry Norden, experto en seguridad electoral del Centro Brennan para la Justicia de la facultad de Derecho de la Universidad de Nueva York, ha declarado lo siguiente: "Estoy muy preocupado por los funcionarios electorales locales y estatales y por la seguridad de nuestras elecciones en el futuro".
En los últimos años, la CISA se ha enfrentado a continuas críticas por parte de los republicanos por realizar su labor para contrarrestar la desinformación sobre las elecciones presidenciales de 2020 y la pandemia de coronavirus. La anterior dirección de la CISA defendió que la agencia -creada por el propio Trump en 2018- no se dedica a censurar y que trabaja junto a los Estados federales y a los responsables de redes sociales sobre la desinformación que se propaga en las plataformas de estos últimos.
Las dos iniciativas de ciberseguridad que se enfrentan a los recortes de Trump son el Centro de Análisis e Intercambio de Información sobre Infraestructuras Electorales -una colaboración entre funcionarios y los fabricantes de sistemas de votación- y el Centro Multiestatal de Análisis e Intercambio de Información. Ambos forman parte del Centro para la Seguridad en Internet.
Las actividades que han dejado de financiarse incluyen inteligencia sobre ciberamenazas, los contraataques a ciberincidentes y la colaboración con los funcionarios de las diferentes istraciones estadounidenses. En un comunicado, la Agencia -ahora en manos republicanas- afirma que estos recortes ayudarán a focalizar el trabajo de la CISA "en áreas críticas" y a "eliminar redundancias".
La Asociación Nacional de Secretarios de Estado, compuesta por altos funcionarios electorales de todo el país, ha solicitado información a la CISA sobre estas medidas, según ha confirmado el secretario de Estado de Minnesota, el demócrata Steve Simon.
El presidente Donald Trump aún no ha designado a nadie como director de la nueva CISA. Además de combatir la desinformación y las injerencias electorales, la agencia se encarga también de proteger las infraestructuras críticas de Estados Unidos como presas, centrales nucleares o bancos.