Los precios son ahora los más altos jamás registrados, pero esta vez la culpa es de la subida de impuestos.
La UE vuelve a notar la subida de los precios de la energía. Según Eurostat, en el segundo semestre de 2024 el gas alcanzó su precio más alto jamás registrado. La tarifa media es ahora de 12,33 euros por 100 kWh, frente a los 11,04 euros del primer semestre del año pasado.
También es la primera vez que suben los precios en la UE, tras la crisis energética de 2022. Sin embargo, a diferencia de hace tres años, cuando la guerra de Ucrania y el recorte de las importaciones de gas ruso (del 45% en 2021 a un 13% previsto en 2025) dispararon los precios, esta vez los impuestos son los principales responsables del repunte. "El aumento se debe en gran medida a la subida de impuestos en muchos países de la UE, al haberse reducido las medidas paliativas anteriores", afirma Eurostat.
Disparidad de precios vinculada a la dependencia del gas ruso
Considerando tanto los países de la UE como los extracomunitarios, las diferencias de precios son enormes. Van de 18,93 euros por 100 kWh en Suecia y 16,71 euros en los Países Bajos, a 1,73 euros en Georgia, 2,13 euros en Turquía, 3,15 euros en Hungría, 4,56 euros en Croacia, 4,92 euros en Serbia, 5,13 euros en Bosnia-Herzegovina y 5,41 euros en Rumanía.
Ninguno de los países con los precios del gas más baratos, excluidos Croacia y Rumanía, cortó el suministro de gas ruso. El panorama es ligeramente distinto si se tiene en cuenta el poder adquisitivo real. En la UE, Portugal e Italia son los países que más pagan por el gas natural.
¿Por qué son tan bajos los precios del gas en Croacia y Rumanía?
Croacia y Rumanía podrían reducir su dependencia de Rusia y mantener los precios bajos gracias a estrategias energéticas ambiciosas y a largo plazo. La terminal croata de gas natural licuado de Krk entró en funcionamiento en 2021 y el país tiene previsto aumentar la producción de gas en un 82% en los próximos tres años.
Rumanía es uno de los países más energéticamente independientes de la UE y planea ser completamente autónoma en materia de gas. Para ello es fundamental su proyecto marítimo Neptune Deep. Se espera que entre en funcionamiento en 2027 y duplique la producción rumana de gas.