Los escáneres de última generación permiten a los pasajeros llevar aparatos electrónicos y líquidos sin restricciones de cantidad, pero la Comisión Europea pone en duda su fiabilidad y pide restaurar temporalmente el modelo anterior.
PUBLICIDADPasar el control de seguridad para acceder a la puerta de embarque puede ser un momento tedioso dentro del proceso de viajar en avión. Algunos aeropuertos europeos, como el de Milán, habían logrado agilizarlo gracias a la instalación de escáneres de última generación, que permiten a los pasajeros llevar en su equipaje aparatos electrónicos y cosméticos de cualquier cantidad, sin tener que sacarlos.
Aena también confirmó a principios de este año la instalación de estos equipos en los aeropuertos de Madrid Barajas y El Prat de Barcelona. La noticia tuvo una buena acogida. Pero los escáneres no llegarán a funcionar con todo su potencial debido a la última medida adoptada por Bruselas, en la que se pide la vuelta al modelo anterior de los 100 mililitros.
¿Habrá que sacar los líquidos de la maleta de mano en 2024?
Todos los pasajeros que viajen desde cualquier aeropuerto de Europa, a partir del 1 de septiembre, tendrán que sacar de su equipaje los aparatos electrónicos y todos los líquidos, cuyos recipientes no podrán superar los 100 mililitros de capacidad.
Según establece Aena, está permitido llevar portátiles, móviles, tabletas, baterías externas y discos duros, que deben ser mostrados por separado y fuera de sus fundas en las bandejas de seguridad.
En cuanto a los líquidos, los perfumes, cremas, aerosoles, espumas, geles, champú y pasta de dientes deberán ser colocados en envases individuales de capacidad no superior a 100 ml; guardados a su vez en una bolsa de plástico transparente con sistema de apertura/cierre y de capacidad no superior a un litro (bolsa de aproximadamente 20 x 20 cm.).
Eficaces pero insuficientes
La tecnología de los equipos C3 EDSCB, como se denomina técnicamente a estos escáneres avanzados, muestra imágenes tridimensionales en alta resolución del contenido del equipaje a partir de tomografías computarizadas. Pueden detectar con facilidad componentes explosivos en todo tipo de cosméticos, líquidos o aparatos electrónicos. El pasajero evita así la preocupación de abrir las maletas o deshacerse de parte de su contenido, con el atraso que supone, y sólo tiene que pasar por el detector de metales.
Su eficacia se puso en entredicho con un informe técnico que la Comisión remitió a la Conferencia Europea de Aviación Civil (CEAC) el pasado mayo, según el cual el software de estos escáneres no puede garantizar su fiabilidad en los envases de un contenido superior a 330 mililitros.
Finalmente, Bruselas informó el 31 de julio de la decisión de aplicar restricciones "temporales" a estos sistemas C3 de detección de explosivos como "medida de prevención" hasta "solucionar ciertos problemas técnicos", como informó un portavoz de la Comisión. Aunque, oficialmente, "la Comisión no ha cambiado de opinión sobre la calidad de esta nueva generación de escáneres y no se ha puesto en duda su rendimiento", incidió el portavoz.
La realidad es que todos los aeropuertos que operasen hasta ahora con el modelo C3 deberán dar marcha atrás para funcionar con con el escáner tradicional de rayos X, el que opera en la mayoría de aeropuertos de Europa y del mundo, cuya tecnología es insuficiente para mostrar en detalle el interior de los objetos y así detectar el material explosivo en los líquidos.
Pérdidas económicas para los aeropuertos
Como ya aclaró en un comunicado el Consejo Internacional de Aeropuertos de Europa (ACI), los escáneres C3 son "ocho veces más caros", con costes de mantenimiento "cuatro veces superiores", por lo que aquellos aeropuertos que ya hayan invertido en ellos para mejorar la experiencia de los pasajeros "se verán fuertemente penalizados, ya que apenas se materializarán los beneficios asociados al uso de esta tecnología de vanguardia".
El director general de esta asociación, encargada de defender los intereses comerciales de los aeropuertos, Olivier Jankovec, declaró que "la seguridad no es negociable, es una de las principales prioridades de los aeropuertos europeos. Por ello, todos los aeropuertos cumplirán plenamente la nueva restricción. Sin embargo, los aeropuertos que han sido los primeros en adoptar esta nueva tecnología se están viendo muy penalizados, tanto desde el punto de vista operativo como financiero (...) La decisión de imponer ahora restricciones significativas a su uso cuestiona la confianza que el sector puede depositar en el actual sistema de certificación de la UE para los equipos de seguridad aérea".
En cuanto a la respuesta de los s, según pudo conocer 'Euronews' tras entrevistar a varios pasajeros en el aeropuerto Zaventem, la mayoría declaró tener muy asumida la costumbre de no viajar con líquidos e intentar dejar los aparatos electrónicos en casa, por lo que este cambio en la normativa no les afectaría demasiado. Quienes se habían topado en algún aeropuerto con los escáneres de alta tecnología C3 o con los escáneres corporales avanzados, sin embargo, reconocieron una diferencia fundamental en la facilidad con la que habían accedido a las puertas de embarque.
Pese a todo, la respuesta es unánime tanto en el personal del aeropuerto como en los viajeros: todo el mundo quiere empezar sus vacaciones lo antes posible y de la manera más sencilla. Para ello, quienes hayan decidido posponer su descanso a septiembre, deben asegurarse de que la crema solar y los productos de belleza no ocupen más de 100 mililitros si no quieren perder más de su tiempo libre en el control de un aeropuerto.