La Comisión Europea ha prouesto este miércoles prorrogar el libre comercio con Ucrania hasta junio de 2025, pero con un nuevo ajuste para permitir el tipo de restricciones nacionales de las que se ha quejado Kiev.
PUBLICIDADEn la práctica este cambio significa que si uno o varios Estados se enfrentan a un exceso de productos agrícolas ucranianos, Bruselas podría dar luz verde a limitar la venta y el almacenamiento de estos productos dentro del país afectado. También será posible una prohibición total, ya que la ley propuesta se ha redactado deliberadamente de forma abierta.
Las denominadas "medidas correctoras" tendrán que estar respaldadas por pruebas económicas, que suelen estar muy influidas por consideraciones políticas. Una vez aprobadas, las restricciones durarán lo que duren las turbulencias del mercado.
Además, la Comisión ha puesto en marcha una nueva salvaguardia para mantener bajo control los "productos más sensibles" procedentes de Ucrania, como las aves de corral, los huevos y el azúcar. Si estos volúmenes de importación aumentan por encima de los niveles registrados en 2022 y 2023, se activará automáticamente un freno de emergencia y se reintroducirán los aranceles anteriores a la guerra.
El maíz y el trigo, los productos más comercializados, no se considerarán "sensibles" porque el mercado europeo es tradicionalmente receptivo a estos flujos, mientras que el aumento de las aves de corral, los huevos y el azúcar ha desafiado ampliamente los patrones históricos.
En declaraciones a la prensa, Margaritis Schinas, uno de los vicepresidentes de la Comisión, ha defendido el nuevo régimen, argumentando que logra un equilibrio entre el apoyo a Ucrania y las preocupaciones planteadas por los países del Este y el sector agrícola."Aunque nuestro seguimiento no ha mostrado efectos adversos en el mercado de la UE en su conjunto, somos conscientes de que estas importaciones ucranianas pueden tener algunos efectos adversos más localizados", ha dicho Schinas.
Aunque la decisión final de restringir el comercio e imponer aranceles corresponderá a la Comisión, los Estados tendrán un "mayor papel" en el proceso y podrán presentar recomendaciones y consejos, ha añadido. "Esto permite una mayor implicación", ha asegurado
El anuncio del miércoles se produce mientras los agricultores salen a la calle en Alemania, Francia y Bélgica para denunciar la crisis del coste de la vida, la eliminación progresiva de las desgravaciones fiscales, el retraso en el pago de las subvenciones, la normativa medioambiental y la pérdida de competitividad.
Elcreciente movimiento, que la extrema derecha intenta aprovechar en su favor electoral, ha puesto a Bruselas bajo un intenso escrutinio y ha sembrado dudas sobre su ambicioso Pacto Verde. Preguntado sobre si el descontento ha tenido alguna relación con el endurecimiento de la propuesta, Schinas ha rechazado una relación directa causa-efecto, pero ha expresado el "máximo respeto" por los manifestantes: "Los agricultores europeos saben que no tienen mejor aliado para salvaguardar sus ingresos que la Comisión Europea", ha dicho.
El proyecto de reglamento debe ser objeto de negociaciones entre el Consejo y el Parlamento Europeo antes de entrar en vigor.
El grano, una larga historia
Ucrania es uno de los principales exportadores mundiales de productos básicos como aceite de girasol, cebada, maíz y trigo. La guerra de Rusia contra el país y el posterior bloqueo del Mar Negro obstaculizaron gravemente la capacidad del país para enviar sus mercancías, obtener una fuente crucial de ingresos y acceder a divisas.
En junio de 2022, Bruselas levantó todos los aranceles y cuotas a las importaciones ucranianas para facilitar el tránsito por las rutas terrestres y proporcionar una alternativa fácil al Mar Negro. Pero el régimen de libre comercio provocó un aumento de los cereales ucranianos en los países vecinos, lo que desencadenó las protestas de los agricultores locales, que afirmaban que los productos de bajo coste hacían bajar los precios, llenaban los almacenes y provocaban una competencia desleal.
El conflicto estalló en abril de 2023, cuando Polonia, Hungría y Eslovaquia prohibieron de un día para otro una serie de productos agrícolas procedentes de Ucrania. Rumanía y Bulgaria no tardaron en advertir que harían lo mismo.
Sorprendida, la Comisión contraatacó, denunciando las prohibiciones como inaceptables, ilegales y contrarias al espíritu de solidaridad del bloque. Un grupo de 12 países, entre ellos Alemania, Francia, los Países Bajos y Bélgica, declararon en una carta conjunta que la integridad del mercado único estaba en peligro.
El conflicto se prolongó durante meses y hubo múltiples intentos de resolver la situación por la vía diplomática. Pero las prohibiciones nunca desaparecieron del todo, lo que obligó a Kiev a presentar una demanda ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
En la actualidad, Polonia, Hungría y Eslovaquia aplican diversas restricciones al consumo y almacenamiento de grano y otros productos agrícolas ucranianos, mientras que Rumanía y Bulgaria han negociado un acuerdo de licencias con Kiev para controlar los flujos.
La Comisión espera que, ofreciendo las salvaguardias como forma de pacificar el conflicto, el Este cese en sus prohibiciones unilaterales y descoordinadas, que contravienen la legislación de la UE e inciden en las competencias exclusivas del Ejecutivo.
Si se atrincheran, ha advertido Schinas, se emprenderán acciones legales.
"Nosotros, la Comisión, hemos pedido repetidamente a estos Estados que retiren sus medidas nacionales", ha dicho. "Todas las opciones siguen sobre la mesa".