Cualquier régimen nacionalista es perfectamente legítimo si cuenta con el respaldo del Vaticano. El llamamiento del Papa Francisco a la acogida de refugiados ha tirado de la manta ideológica de líderes conservadores como Donald Trump. No es de extrañar que ahora busquen influir en el cónclave.
Este miércoles, los cardenales se reunirán en la Capilla Sixtina durante días de cantos y oraciones hasta que uno de los candidatos a Papa obtenga una mayoría de dos tercios. Solo pueden votar los menores de 80 años, que son 135. De ellos, 108 cardenales de todo el mundo han sido nombrados por Francisco en el que es el cuerpo más diverso de la historia: 53 cardenales proceden de Europa, 37 de América, 23 de Asia, 18 de África y 4 de Oceanía.
La cuestión clave ahora es si el próximo Sumo Pontífice continuará con el legado del Papa Francisco de construcción de la paz o dará un giro conservador y será más complaciente con las fuerzas nacionalistas antiinmigración.
"¿El mundo debe ser guiado y convertido por el anuncio del Evangelio, o éste debe adaptarse al mundo? Este es fundamentalmente el mayor dilema de la Iglesia. Y esto es lo que tendrá que responder el próximo Papa", resumió el vaticanista Mark Érszegi, quien también recordó que los cardenales proceden de todo el mundo, desde Tonga a México, y apenas se conocen entre sí, por lo que el faccionalismo no es tan fácil.
Cada uno tiene su candidato
Sin embargo, según Péter Buda, experto en estudios religiosos y seguridad nacional, nunca ha habido un cónclave sin interferencias políticas. Esta vez, Washington, Moscú y Pekín intentan hacer todo lo posible para que la tiara papal recaiga en el candidato que más les gusta.
"Hemos visto que Donald Trump ha colgado recientemente en su página web una foto suya vestido de Papa, y la Casa Blanca la ha compartido. Esto es considerado por muchos como simple troleo, pero tengamos en cuenta que Donald Trump ganó dos veces las elecciones presidenciales troleando. Obviamente, está tratando de movilizar a su propia base de votantes, en la creencia de que el Colegio Cardenalicio no será ciego a la voluntad de esta base de votantes durante las elecciones."
Sin embargo, Peter Buda afirma que la tendencia nacionalista cristiana fracasará tarde o temprano, porque los problemas de la humanidad son universales. También señaló que el Vaticano ha estado abierto a la Iglesia ortodoxa rusa durante décadas, pero la guerra de Ucrania ha hecho que esta relación sea cada vez más inaceptable.
El arzobispo de Esztergom, Péter Erdő, fue el más entusiasta a la hora de tender un puente hacia Moscú, lo que ahora podría perjudicar sus posibilidades en el cónclave, a pesar de que financieros conservadores estadounidenses están haciendo campaña por él, según el diario británico 'The Times'.