La historia del último viaje del Papa Francisco desde San Pedro hasta Santa María la Mayor. A partir del domingo el féretro estará abierto al público.
Bajo un sol casi veraniego, miles de fieles siguieron en silencio, frente a la basílica de Santa María la Mayor de Roma, el funeral del Papa Francisco. Lejos de la plaza de San Pedro, pero unidos en oración ante las pantallas gigantes que retransmitían la misa solemne y el recorrido del papamóvil.
Bergoglio eligió esta basílica como su última morada: justo aquí, al final de la misa en San Pedro, llegó su féretro atravesando una Roma desierta, casi suspendida. Poco más de cinco kilómetros de camino, jalonados de aplausos y oraciones, en un baño de multitudes que le siguieron hasta el final.
"Trajimos los dibujos de nuestros hijos que no pudieron venir", dice Giuseppe, de Rímini a Roma sólo para el funeral, "porque en casa le conocían como un amigo, como un abuelo al que había que escuchar". Del otro lado del mundo, María Belén llegó desde Buenos Aires, la ciudad natal de Bergoglio: "estar aquí es algo único, especial", dice.
Frente a la basílica para algunos es difícil contener la emoción: "demasiada emoción, no se puede describir", dice Graciela, una fiel argentina que llegó el jueves desde Rosario a Roma sólo para el funeral.
El saludo del último fiel por el Papa Francisco
El solemne tañido de la campana de Santa María la Mayor dio la bienvenida a la llegada del féretro. Un largo aplauso abrazó a Francisco cuando la procesión se detuvo frente a la basílica querida por el Pontífice. En la escalinata le esperaban unas cuarenta personas: pobres, sin techo, presos, emigrantes y transexuales. Cada uno con una rosa blanca en la mano. Entre ellos también Manuel y Antonino, ambos sin hogar. Para ambos fue un privilegio ser los últimos en saludarle antes del entierro, que tuvo lugar en privado entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, como deseaba el Pontífice.
"Espero que no se olvide a diario todo lo que el Papa Francisco ha hecho por nosotros, los pobres", dice Manuel a 'Euronews', incrédulo por haber sido elegido para dar el último adiós al Papa. Antonino, con una sonrisa, recuerda: "las últimas palabras que me dijo el Papa fueron: 'Ayuda siempre a los pobres. Nunca digas que estás cansado. Tienes que hacerlo mientras estés de pie'".
A partir del domingo, los fieles podrán visitar la tumba del Papa Francisco, en la que sólo estará grabado un nombre: Franciscus, como los coros que llenaron hoy el cielo de Roma.