A pesar de los recientes comentarios de Donald Trump y Vladímir Putin, las fuerzas ucranianas no han sido cercadas por las tropas rusas en la región de Kursk ni en ningún otro lugar del frente.
PUBLICIDADLos soldados ucranianos en Kursk han perdido terreno en los últimos días, pero no han sido cercados por las fuerzas rusas, a pesar de las recientes afirmaciones del presidente estadounidense, Donald Trump, y de su homólogo ruso, Vladímir Putin. Durante la semana pasada, ambos mandatarios afirmaron en repetidas ocasiones que "miles" de tropas ucranianas han sido rodeadas por el Ejército ruso en la región de Kursk.
Trump dijo que había pedido a Putin que les perdonara la vida. "He pedido encarecidamente al presidente Putin que les perdone la vida. Sería una masacre horrible, no vista desde la Segunda Guerra Mundial. ¡Que Dios los bendiga a todos!" , dijo Trump.
Pero tanto las autoridades como los mandos militares ucranianos han negado estas afirmaciones, afirmando que Ucrania se está retirando del territorio ruso que capturó en una incursión sorpresa el verano pasado, pero que no se ha cercado a ninguna fuerza.
El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) declaró que no ha observado "ninguna prueba geolocalizada" que indique que las fuerzas rusas hayan cercado a un número significativo de fuerzas ucranianas en Kursk o en cualquier otro lugar de la línea del frente ucraniano.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, declaró el martes que las fuerzas rusas se están concentrando en la frontera de Kursk con la región ucraniana de Sumy y podrían estar preparando nuevos ataques allí, así como en Járkov y Zaporiyia.
El ISW cree que estos planes podrían formar parte de una estrategia diferente que Moscú probablemente esté llevando a cabo. El Kremlin sigue exigiendo que Ucrania ceda el territorio que Rusia no ocupa actualmente y estableciendo condiciones para plantear nuevas demandas territoriales.
Esto podría explicar la reciente operación ofensiva rusa en la región meridional de Zaporiyia, donde las fuerzas rusas están intensificando su empuje, probablemente hacia la ciudad de Zaporiyia, en medio de las continuas exigencias del Kremlin de que Ucrania ceda toda esta región meridional a Rusia. En los últimos días, la cuestión de la central nuclear de Zaporiyia, la mayor instalación de este tipo en Europa, se ha debatido repetidamente entre Kiev y Washington.
El miércoles, la Casa Blanca propuso que Ucrania podría ceder el control de sus centrales a Estados Unidos como parte de las conversaciones en curso sobre el alto el fuego. "Estados Unidos podría ser muy útil para gestionar esas centrales con su experiencia en electricidad y servicios públicos. La propiedad estadounidense de esas centrales sería la mejor protección para esa infraestructura", declaró la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, durante una rueda de prensa.
Zelenski dijo que discutió con Trump la posibilidad de asistencia estadounidense para restaurar el plan de energía nuclear de Zaporiyia, pero no su propiedad. "Todos los planes de energía nuclear pertenecen al pueblo de Ucrania", dijo Zelenski, señalando que son propiedad del Estado, incluso si están "temporalmente ocupados" por Rusia.
Las fuerzas rusas se hicieron con el control de la central nuclear de Zaporiyia en los primeros días de la invasión a gran escala y desde entonces la han convertido en base militar y plataforma de lanzamiento de ataques con drones contra territorios controlados por Ucrania, según las autoridades ucranianas. Según el alcalde exiliado de Enerhodar, Dmytro Orlov, desde el verano pasado hay desplegados en el territorio de la central unos 1.000 soldados rusos.