Serbia enfrenta tensiones energéticas tras la suspensión del suministro de gas desde Azerbaiyán, clave para su consumo, mientras busca equilibrar su dependencia de Rusia y sus aspiraciones de unión a la UE.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, informó que la interrupción del suministro de gas desde Azerbaiyán se debe a una situación de fuerza mayor reportada por las autoridades azerbaiyanas.
"No podemos contar con el gas que esperábamos diariamente. El flujo se reanudará en aproximadamente un mes", aseguró el presidente Vucic en declaraciones recogidas por la agencia Tanjug.
Dependencia energética y presiones internacionales
Serbia, que consume más de 3.000 millones de metros cúbicos de gas anualmente, firmó en 2023 un acuerdo para importar 400 millones de metros cúbicos de gas de Azerbaiyán al año desde 2024.
Sin embargo, la mayoría del suministro sigue dependiendo de Rusia, lo que coloca al país en una posición compleja en medio de presiones internacionales para reducir su dependencia de Moscú.
La interrupción coincide con problemas técnicos reportados por BP Azerbaiyán en la plataforma Shah Deniz Alfa, lo que ha afectado otros envíos de gas en la región. Además, Azerbaiyán había anunciado esta semana una suspensión temporal de contratos de gas por razones no especificadas.
Nuevas sanciones y desafíos internos
A esto se suma el anuncio de nuevas sanciones de Estados Unidos contra Gazprom, el principal proveedor de gas en Serbia, que tendrá 45 días para deshacerse de su participación en la petrolera serbia NIS. Esto amenaza con agravar aún más la situación energética y económica del país.
Vucic enfrenta crecientes desafíos políticos y sociales. Protestas recientes por problemas de corrupción y negligencia en proyectos de infraestructura han generado tensiones internas, mientras Serbia sigue buscando equilibrar sus relaciones con Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea.