La autodenominada "conservadora de izquierdas", que superó en las recientes elecciones a sus antiguos aliados, cree que Berlín no debería apoyar a Kiev frente a la invasión rusa y que Alemania debería estar mucho menos abierta a la inmigración.
PUBLICIDADPara la izquierda alemana, las elecciones en los estados de Sajonia y Turingia han sido un desastre, excepto para un partido de hace meses. La Alianza Sahra Wagenknecht (BSW, por sus siglas en alemán) consiguió situarse en tercer lugar en ambos Estados al obtener el 15,8% y el 11,8% de los votos en Turingia y Sajonia, respectivamente.
El éxito de Sahra Wagenknecht, la líder del partido homónimo, fue tan sorprendente en Alemania como la victoria de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) en Turingia. Pero no es el único paralelismo entre BSW y el partido de extrema derecha.
¿De línea dura, populista o ambas cosas?
Sahra Wagenknecht pasó toda su carrera en las posiciones más a la izquierda del espectro político. Nacida en Jena y criada en Berlín Este, se afilió a las Juventudes Alemanas Libres y al gobernante Partido Socialista Unificado de Alemania antes de cumplir los 20 años.
Tras la reunificación de Alemania, estudió Filosofía y se licenció con una tesis sobre la interpretación de Hegel por Karl Marx, publicada como libro en 1997. A continuación se doctoró en microeconomía de los países desarrollados, al tiempo que se dedicaba a la política. Después de que los partidos de izquierda alemanes se unieran para formar Die Linke en 2007, Wagenknecht se convirtió en una de sus figuras más prominentes pero más divisivas y, finalmente, en uno de sus líderes en el Bundestag.
Tras un largo divorcio con Die Linke, que se saldó con más de 50 del grupo pidiendo su expulsión, formó su propio partido en enero. La ruptura de Wagenknecht con el principal partido de izquierdas de Alemania se debió a su creencia de que los partidos de izquierdas ya no sirven a la clase trabajadora, se han relajado demasiado con la inmigración y han cedido excesivamente a las políticas medioambientales, asuntos a los que ella se opone con vehemencia.
¿Demasiado cerca del Kremlin?
El modelo económico de Wagenknecht apoya el gasto social, los salarios altos, las prestaciones sociales y la propiedad estatal. Sin embargo, sus puntos de vista sobre política interior y exteriordifieren radicalmente de los de la izquierda dominante en el país.
En 2017, pidió la disolución de la OTAN y un nuevo acuerdo de seguridad que acercara Alemania a Rusia, el mayor proveedor de gas del país. Tras la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022, Wagenknecht se opuso a sancionar al Kremlin y se negó a respaldar el envío de ayuda militar a Kiev.
A principios de 2023, lanzó una petición para detener el envío de armas a Ucrania e intentar una resolución diplomática del conflicto. Su 'Manifiesto por la Paz' recibió unas 700.000 firmas en la plataforma de peticiones Change.org en menos de un mes.
Su postura sobre Ucrania ha sido elogiada y apoyada por la AfD y otros grupos de extrema derecha. Sin embargo, también ha puesto en aprietos a su antiguo partido, Die Linke, provocando la dimisión de dos destacados de la formación.
Duras críticas a la política migratoria de Merkel
Wagenknecht mostró su oposición frontal a las políticas migratorias de la excanciller alemana Angela Merkel. Wagenknecht sostuvo que las autoridades locales de Alemania no tenían ni el dinero suficiente ni la infraestructura necesaria para apoyarlas, lo que provocaría tensiones y conflictos sociales.
En 2017, afirmó que las políticas de Merkel eran parcialmente responsables del ataque islamista de 2016 en el mercado navideño de Berlín, en el que murieron 12 personas. También abogó por limitar el número de refugiados, una postura que no se considera muy controvertida en Alemania y que también expresó el presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, en 2023.
Para explicar sus opiniones sobre la inmigración, en 2021 publicó un libro titulado 'Die Selbstgerechten' ('Los santurrones'), en el que sostenía que la gestión actual de la inmigración perjudica a la clase trabajadora. El libro alcanzó el número uno en la lista de libros alemanes de no ficción, lo que la convirtió en una de las diputadas con más ingresos del país.