El plan legislativo del presidente Emmanuel Macron tendrá que girar a la izquierda para poder contar, a partir de ahora, con el respaldo de la Asamblea Nacional.
PUBLICIDADLos votantes ses dieron a una amplia coalición de izquierdas el mayor número de escaños en el Parlamento en unas elecciones generales cruciales que han mantenido a la extrema derecha fuera del poder, pero dejaron a Francia en una situación sin precedente: no existe un bloque político dominante en el Parlamento.
Aunque la fractura del Parlamento no es poco frecuente en Europa, Francia nunca había vivido una situación semejante en su historia moderna. Por tanto, el país se encuentra en aguas desconocidas, con tensas negociaciones para formar un nuevo Gobierno y con la necesidad de nombrar un primer ministro que comparta el poder con el presidente.
No ha surgido ninguna figura clara como futuro primer ministro
Emmanuel Macron puede proponer un nombre, pero esa elección necesitará el apoyo de una mayoría parlamentaria. El presidente francés ha dicho que esperará para decidir los próximos pasos y viajará a Washington esta semana para asistir a una cumbre de la OTAN. Los nuevos legisladores empiezan a trabajar el lunes.
Han surgido tres grandes bloques políticos, pero ninguno de ellos está cerca de obtener una mayoría de al menos 289 de los 577 escaños. Los resultados hasta ahora muestran 182 escaños para el Nuevo Frente Popular, 168 para la coalición macronista y 143 para la Agrupación Nacional.
El 'tetrix' de las posibles coaliciones
La división de la Cámara Baja obligará a los legisladores a encontrar un consenso entre los partidos para acordar las posiciones del Gobierno y su programa legislativo. Las profundas divisiones políticas de Francia en torno a los impuestos, la inmigración y la política en Oriente Próximo dificultan especialmente esta tarea.
Los resultados significan que los aliados centristas de Macron serán casi con toda seguridad incapaces de aplicar sus propuestas proempresariales, como la promesa de revisar las prestaciones por desempleo. También podría resultar más difícil aprobar un presupuesto.
Macron podría buscar un acuerdo con elementos más moderados de la izquierda. Francia no tiene tradición en este sentido, por lo que es probable que las negociaciones, si se llevan a cabo, sean difíciles y den lugar a una alianza informal y frágil.
Macron ha dicho que no trabajará con la izquierda dura de la Francia Insumisa, pero podría tender la mano a otros partidos del Nuevo Frente Popular: los socialistas y los verdes. Sin embargo, estos podrían negarse a aceptarlo.
Macron gira a la izquierda
La semana pasada, su Gobierno suspendió un decreto que habría reducido los derechos de los trabajadores a las prestaciones por desempleo, lo que se interpretó como un gesto de pacificación hacia la izquierda.
En su lugar, algunos de los aliados de Macron están presionando para formar un Gobierno en torno a los centristas y republicanos, que junto con sus aliados quedaron cuartos con más de 60 escaños. No obstante, este grupo aún necesitaría el apoyo de más diputados.