Tan solo un 20 por ciento de los votantes se pronunciaron acerca de cambiar la definición constitucional de 'matrimonio' cuando se exigía al menos un 30 por ciento para que la consulta fuera válida.
PUBLICIDADFracaso incontestable del referéndum rumano contra el matrimonio gay. La altísima abstención terminó siendo la gran protagonista de una consulta impulsada por la Coalición para la Familia que pretendía cambiar la actual definición constitucional de matrimonio. Poco más de un 20% de la población participó finalmente en la consulta cuando el mínimo necesario para que fuera valida era un 30%.
"Todo este asunto no era tal hasta hace seis meses", denuncian desde el laboratorio de ideas Expert Forum. "Es obvio que este tema ha sido utilizado instrumental y estratégicamente por los políticos para resolver otros problemas. Con este referéndum lo que quieren es desviar la atención del público e invertir capital político en algo que parece ser popular, desviando así la atención de sus problemas".
La actual constitución rumana se refiere al matrimonio como la unión entre dos personas, y el referéndum pretendía definirlo como "la unión entre un hombre y una mujer". El PSD de Liviu Dragnea había mostrado su apoyo a dicha consulta, así como la Iglesia Ortodoxa.
"Se está planteando este tipo de discriminación en el centro mismo de la Constitución, que se supone que nos protege a todos y no sólo a unos pocos", denuncia Florin Buhuceanu, presidente de la ONG Accept. "Y se ha iniciado toda una campaña contra los homosexuales, una de las campañas más feas que se recuerdan, apoyada directamente por el partido socialdemócrata en una alianza muy poco afortunada, un "matrimonio no tradicional", con la Iglesia Ortodoxa Rumana".
El contudente resultado supone un nuevo mazazo para el Partido Social Demócrata de Liviu Dragnea, observado de cerca por Bruselas por sus casos de corrupción y su polémico sistema judicial.